Después de un rato, me separé de Jinxx y tomé un gran respiro, con la mirada me preguntó qué me pasaba.
—Ven, vamos al jardín—tomé una servilleta y limpié mi rostro. Las lágrimas recorrían mis mejillas como si fuesen pequeñas corrientes de agua.
—¿Dime?—preguntó después de sentárnos en una pequeña amaca que colgaba de los árboles.
—Me matarás por esto, pero no puedo quedarme con este remordimiento. —tomé aire y volví a indicarle—por favor, no me mates, fue un gravisimo error lo que cometí y...—interrumpió exáltado.
—¡Ya! No la hagas de drama, ¡dime!—sacudió un poco mis hombros y esperó a que hablara. Volví a tomar aire y con difícultad pude hablar.
—Es que... anoche, tú sabes ¿no?, las copas de más, el buen ámbiente—bajé mi cabeza hacia mis dedos, con los cuales estaba jugando para no estar nerviosa.
—Ajá, continúa—agachó la cabeza de igual manera y empezó a mover sus pies como niño pequeño.
—Yo... yo...es difícil Jinxx pero... tuve sexo con... Andy—paró el movimiento de sus pies y dirigió su mirada a la mía, la cual estaba entre preocupada y sorprendida.
—¿QUÉ?—fue lo único que se permitió decir en ese instánte. —¿te cuidaste? Ay por favor, dime que sí—ahora su mirada estaba tornada entristesida.
—Jinxx yo no... me cuidé. En ese momento te juro que no tenía ni la más mínima idea de que era eso—las lágrimas me volvieron a invadir y me dejé caer sobre su regazo.
—Ay por Dios ______, tenemos que hacer algo ahora, esto no se puede quedar así—su voz estaba molesta... mmm ok...muy molesta. ¿Aprendí la lección? Sí✔ ¿otra cosa? Que tu mejor amigo se puede comportar como tu padre cuando está furioso.
No dije nada y seguí llorándo en su regazo.
Empezó a obscurecer cuando ambos habíamos quedado dormidos sobre la amaca. Desperté y miré hacia el cielo, que ya se podía apreciar estrellado.
Desperté a Jinxx y entramos a mi casa, se despidió de mí y se fue. Yo me quedé pensándo en qué pasará mañana cuando vea a Andy.
