Nuestro Secreto

Capítulo 5:

*Narrador Omnisciente*

La van dejo a Joel y a zabdiel en el hotel muy contentos los dos, mientras tanto christopher moría de dolor por dentro. Christopher Acepta que se equivocó en decirle lo que le dijo a Joel pero no es motivo para que actura de ese modo, sabía que había algo y quería saber qué era.

Joel subió a la habitación de zabdiel y éste le prestó ropa para poder quedarse a dormir. El rizado no tenía ánimos para caminar hasta su habitación y buscar ropa, ya que además de eso recordaría lo que pasó con christopher y esta noche la quería pasar bien con el rubio.

Joel no se quería dormir solo sabiendo que estaba con zabdiel del otro lado. —zab— lo llamé y me miró.

—Dime Joe.

—¿Puedo dormir contigo?— en ese momento el rizado sintió sus mejillas arder y el cuerpo de zabdiel estremecerse.

—Claro! Ven.

Zabdiel se hizo a un lado para que Joel se pudiera acostar bien y terminar de ver la película Romántica que había puesto Joel la cual le encantaba a zabdiel.

El rubio pasó su brazo por la cintura del rizado y lo pegó a su cuerpo para sentir su calor corporal, lo cual los dos disfrutaron discretamente.
Joel se dió la vuelta para quedar muy serca de zabdiel. Los dos sabían lo que querían y pasaría, por qué zabdiel lleva mucho tiempo esperando este momento y no lo va a desaprovechar, en cambio Joel lo necesitaba por despecho a lo que le había hecho christopher y por qué su corazón le pedía que lo hiciera.

Joel y zabdiel eran tan unidos que se conocían demasiado pero su diferencia de idioma hacían complicado su unión y su amistad aún que ya estaban acostumbrados a hablar por señas cuando no se entendían.

Levemente Joel unió los labios de zabdiel con los suyos para empezar un beso tímido pero con el tiempo fue subiendo a un beso feroz y necesitado, más por parte de zabdiel.

Zabdiel se sentía extraño al besar a su amigo, pero necesitaba probar esos labios que tanto había soñado con saborear. Era la primera vez que besaba a un chico y por eso el beso fue un poco tímido al comienzo.

Las manos de zabdiel recorrían toda la espina dorsal del rizado haciendo arquear el cuerpo de éste y estar aún más pegado al rubio, quién samia y saboreaba el pecho del pequeño.

—Zabdiel— un pequeño gemido salió de sus labios.

—¿Estás tan seguro de hacer esto como yo lo estoy?

—Solo vivamos el momento que no se sabe si vuelva a pasar— la voz del rizado estaba muy ronca de la excitación.

Zabdiel acomodó al Rizado en el centro de la cama y con toda la delicadeza quitó la franela que le había prestado. Sus besos fueron bajando desde la manzana de Joel y recorrieron todo el centro de su cuerpo; Joel tiraba de los extramos de las sábanas para poder calmar un poco la excitación pero no ayudaba en lo absoluto.
Los labios del rubio quedaron en el borde del Buso que tenía puesto Joel; sonrió antes de ir bajándolo con besos por su paso al dejar la piel desnuda.

El menor se levantó para besar los labios del musculoso y lentamente desabrochar los botones de la pijama de satín que traía su acompañante.
Sus labios bajaron a su piel desnuda haciendo que el mayor posará sus manos en la cintura descubierta del menor y lo viera a los ojos antes de bajar su pantalón que debajo de él no tenía absolutamente nada.

Joel hundió su cabeza en el hueco de su cuello y lamió la piel un tanto sudada del puertorriqueño para desaparecer por completo el ahora molesto pantalón.

—Joel— susurró.

—Shh— interrumpió el de rizos.

Joel recostó a zabdiel en lo que quedaba de cama e hizo el mismo camino que había trazado zabdiel en su cuerpo. La respiración del mayor era descontrolada y las caricias del menor no ayudaban en lo absoluto para controlarse.

Sus labios reposaron en la pelvis del mayor y luego miró a su nueva víctima, zabdiel cerró los ojos en forma de que prosiguiera y así hizo Joel, introdujo la punta de éste haciendo juego con su lengua, dientes y labios.

—Dios Joel! Eres un experto— gimió.

—Si te digo que es mi primera vez no me creerías.

Mintió. Sabía que si le decía que lo había hecho le preguntaría con quién y lo que menos quiere es que todos se enteren del secreto que tenían entre ellos.

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Christopher no paraba de pensar en lo que zabdiel y Joel podrían estar haciendo y lo que más tenía era que ellos dos estuvieran solos y haciendo lo que hace unas horas no pudieron.

—Hola precioso— susurró la pelinegra en el oído del castaño.

—¿Te gustaría viajar a las estrellas?— Chris pasó su brazo por la cintura de la plástica.

—De sólo sentir tu aroma ya estoy en proceso de viaje.— le sonrió.

—Bueno, vamos a terminar ese viaje yendo a un lugar más privado— susurró sobre los labios de la plástica.