Capítulo 16:

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Me levanté y aún estaba oscuro. 4:40 a.m.
Me metí a bañar y me relajé aún más con la fría agua. Ésta noche no logré dormir nada, ya que Chris desde que se fué nunca volvió, y yo no paraba de pensar si Hiba a permitir lo que estaba sucediendo.

Luego de colocar mis lentes oscuros, boina, pantalón buso y abrigo nike; tomé mi teléfono y la tarjeta de la habitación, y salí de ésta para tomar el elevador y marcar PB; caminé hasta el bar y estaba no tan lleno pero había Personas ebrias, bailando y otras sentadas en unas mesas. Me acerqué a la barra, quién me encontré con zabdiel no tan ebrio pero ido.

—¿Zab?— me senté a su lado.

—¿Yoe? ¿Que haces aquí a ésta hora?— se sentó mirándome.

—No podía dormir— me senté igual.

—Pero cuando no puedes dormir cantas para alcanzar sueño.

—Esta vez todo es diferente— hice un mohín.

—Chris— asentí —¿Desde hace no va a la habitación?

—En toda la noche— me giré, viendo las botellas de licor.

—A veces no es bueno preocuparse mucho por las personas, así como lo haces tú... Sabes que el es un gato y se pierde con facilidad, pero es buena persona, y también un adulto que sabe cómo comportarse.

Negué. —chris es un niño. Se comporta como niño de cinco años.

—Un niño de cinco no trata de besar a alguien— rodó los ojos.

—Sí. Si lo hacen, pero inocentemente.

—Claro. Ellos no saben eso. Chris es diferente, él sabe lo que quiere y hace... El quiere algo más y aún no logro descifrar por qué no me quiere decir— se encogió de hombros —me preocupa decir que le atraes sexualmente

Lo miré. —Pero tu ya lo has dicho, a Chris no le gusta los hombres.

—Pero tampoco le molesta probar cosas nuevas— tomó el último sorbo de la botella y se dio vuelta quedando espalda a la barra —. Y hablando del rey, se ve muy bien acompañado

Me di vuelta y lo encontré sentado en una mesa con una rubia media encuera, que se la comía a besos. —que asco— me giré —. Ya me entró sueño— dije, mirando mi teléfono —nos vemos zab, y llega temprano— dije, mientras lo miraba.

—Dile a erick que no iré hoy. Sé que te escribió, yo iré con christopher haber si impido alguna estupidez— dijo, negando.

—Bien. Nos vemos a las siete— guarde mi teléfono en el pantalón, mientras le daba leves palmadas en la espalda.

Emprendí mi camino y en tal, una chica morena atrajo mi atención. Cabello liso, ojos color negro intenso y piel morena; Hermoso bronceado. Tal chica llegó hasta a mí y pasó un brazo por mi hombro, para corresponder pasé el mío por su cintura y me guió hasta una mesa que estaba justo frente a Chris.

—¿Cómo te llamas, lindo?— susurró la morena en mi oído.

—Eso en éstos Momentos no importa— pasé mi dedo índice por su mejilla y barbilla, pegándome un poco a ella.

—Te diré...— pensó —chico rizado— su aliento chocó con mi nuca. Mordí mi labio mientras sonreía.

—Me gusta— la miré —me gustan tus ojos.

—A mí me gusta todo de ti— susurró, sobre mis labios.

—Que buena manera de seducir a un hombre para llevarlo a la cama— solté con una sonrisa.

—Se nota que eres un experto en ésto— dijo, coqueta.

—Podría ser— me encogí de hombros.

Debo admitir que gracias a christopher se algunas técnicas de contacto visual, seducción, etc. Ya que siempre anda hablando de sus buenas andanzas y la manera en que seduce a una chica o viceversa.

—Bueno. Más fácil, ya sabes lo que quiero— su mano se plantó en el centro de mi espalda.

—Sí. Pero aquí no— susurré sobre sus labios.

La chica se iba acercando, cuándo una tos falsa nos interrumpe. —joel, creo que es tarde para estar aquí— su voz era fría.

—No pensabas lo mismo mientras lo hacías— lo miré

—Pero ya no lo hago, ahora vámonos— me tomó de la muñeca —disculpa bella, pero nos tenemos que ir.

Me jaló del brazo, arrastrándome. —¡suéltame! Acabo de llegar y no me quiero ir

—No me interesa— dijo, mientras me arrastraba al ascensor y tocaba el botón de llamado.

—Quiero que me sueltes— logré zafarme —no soy un muñeco y menos el tuyo. Soy lo mayorcito como para decidir por mi mismo, y decido que me quiero quedar.

—Bien— las puertas se abrieron y mis piernas no tocaban el suelo —christopher!!! Bájame de inmediato!!!— gritaba como loco.

—Cállate Pimentel— su voz era tranquila.

—No! Quiero que me bajes por qué me estoy mareando.

—Okey. Pero lo haré en mi cama y contigo desnudo— dijo, riendo.

—No seas idiota— rodé los ojos —lo único que me quieres es para tener sexo.

—Y la morena también

—Pero no la conozco y ella menos, daría igual.

—¿Y que hay con eso? Tú y yo somos como hermanos y quiero experimentar con otras cosas.

—También hay prostitutos— las puertas se abrieron.

—¡Entiende! Yo te quiero a ti!

—¡Falso! Lo único que quieres es verme el...

—¡Chicos! ¿Que diablos hacen a esta hora y así?— nos señaló Renato.

—El tiene la culpa— dijimos, Chris y yo unísonos.

—Vallan a su habitación— dijo, negando.

—Te voy a matar— dije, ya dentro de la habitación y sobre el piso.

—La única forma que quiero morir, es escuchando mi nombre salir de tus labios en varios gemidos

—Eso no pasará— me crucé de brazos.

—Ya lo veremos— dijo, mientras se desvestía

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