Capítulo 12:

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Me desperté y los brazos de christopher aún rodeaban mi cintura, me moví un poco para poder soltarme e ir a bañarme.

Luego de ya vestirme, salí para Despertar a Chris pero su cuerpo ya no estaba en la cama y menos en la habitación. Se ha ido. No era común que christopher Vélez se levantara temprano por su propia cuenta.

Salí de la habitación y al cerrar la puerta pude ver a mi hermano salir de la habitación de de zabdiel. ¿Qué pasa con estos últimamente?

—¿Isra? ¿Qué andas haciendo despierto a estas horas de la mañana?

—Pasa que ayer me acosté temprano y pues ahora estoy despierto— se encogió de hombros

—Bueno. Zabdiel ya está listo, ¿No?

—Sí. Estaba por salir para desayunar.

—¿Desde que hora está despiertos?

—¿Desde las siete, por?

—Por nada. Recuerda cuando termines de desayunar venir directamente a tu habitación— lo señalé.

—Pero si yo vine es para divertirme y salir y salir de la rutina— se cruzó de brazos —no para estar encerrado.

—Okey, está bien. Pero no vallas tan lejos, vale.

—No te preocupes, Joey.

—Eres mi hermano menos, ¿Como no hacerlo?

—Pero ya dame la confianza, ¿Sí?

Lo miré. —esta bien. Pero regresa loco.

—Si, si. Anda ve a desayunar, te aviso cualquier cosa— me empujó hasta el ascensor.

—Nos vemos— me despedí antes de que se cerraran las puertas.

Espere unos minutos y llegué a PB donde habían muchas personas, caminé lo más rápido para llegar al restaurante y buscar la mesa con mis Preciosos ojitos pero no encontré absolutamente a nadie.

¿Dónde están?

Iré a buscarte. ¿Estás?

En el restaurante.

Sal de allí ya! Hay reunión de CNCOwners.

Pero ¿Dónde están?

Sólo sal y espérame serca de los ascensores.

Apúrate zab.

Salí del restaurante lo más rápido pero unas voces femeninas llamaron a mi nombre, dónde corrí más rápido al ver que zabdiel estaba por llegar al ascensor.

—Zab!!— grité y me miró extrañado por correr —corre!!!— lo tomé de la mano y lo jalé aún corriendo.

—¿Qué pasa?— preguntó mientras aumentaba la velocidad.

—Fans venían tras de mí.

—Joel no!— salimos y habían muchas más —nosotros estábamos por salir en la parte de atrás del hotel. Ven— me cargó y caminó rápido hasta la puerta trasera en dónde estaban Erick, Chris y richard.

—¿¡Por qué diablos no me dijiste!?— le pregunté desesperado a Chris.

—Richard fue quien me dijo— mordió su labio.

—Ya! No peleen. Vamos adentro— interrumpió Renato.

Entré y me senté al fondo con zabdiel y richard, Chris se sentó solo y erick con Renato. Me acomodé bien en el hombro de zabdiel para poder tratar de dormir algo, ya que me acosté muy tarde hoy.

—¿Sueño, Joey?— me despertó, Richard.

—No molestes yashel— dije, colocando mis piernas sobre las suyas.

—Chris, ven a sentarte aquí para que sostengas las piernas de tu— le pegué para que se callara —ah!— se quejó.

—Callate yashel— dijo Chris, mientras se acomodaba a lo largo del sillón.

Zabdiel y richard murmuraban algo que no logré descifrar... Hasta que sentí mi cuerpo en el aire y caer sobre otro más fuerte. Chris.

—Richard!! Zabdiel!!— grité furioso, mientras me levantaba —. Me las van a pagar— los señalé y me cambié de puesto a donde estaba erick.

—Joey— me abrazó.

—Ey!— se quejó Chris.

—Alguien está celoso— dijo, Richard chistoso.

—Pero la pregunta es... ¿De quién está celoso?— miré a zabdiel y le saqué el dedo del centro.

—De Erick. Obvio— dijo, richard.

—¿Y si no?— ésta vez preguntó Chris. Lo miré y me guiñó un ojo.

Me recosté más a Erick, mientras lo abrazaba por la cintura. —¿Te unes a mi plan?— le susurré al oído.

—¿Cuánto me das?— me miró con una sonrisa.

—Te iba a dar algo Ferragamo si no me lo pedías... Pero como ya lo hiciste— me recosté en el respaldar y estiré mi brazo, para que se recueste a mi lado y deje su cabeza en mi pecho.

—Hagamos como si no hubiera dicho nada— dijo, mientras me abanicaba con sus largas pestañas.

—Adoro tus ojos— susurré.

—Y yo tus pestañas rizadas.— mordió su labio.

—Aquí no erick.

—¿Te gusto la última vez que te besé?— preguntó sonriendo.

—Shh. Renato te puede escuchar— lo calle posando mi dedo pulgar en sus finos labios.

—¿Se podrían alejar un poco?— nos separó Chris.

—Cálmate chris— lo señalé.

—Tu y yo vamos hablar ahora— me miró serio y volvió a su puesto.

—Uy sí, que miedo— rodé los ojos y abracé a erick

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