Capítulo 53:

966 83 7
                                    

Me levanté gracias a unos gritos chillones.
—Mierda Johann cállate— tomé mi almohada y traté de cubrir mis oídos.

—Arriba rulitos, ya es súper tarde— se tiró sobre mi.

—Buscate una vida quieres— lo empujé para levantarme.

—Sabia que lo iba a lograr— dijo, triunfante.

—Ashg— rodé los ojos —¿Te podrías ir? Me tengo que bañar.

—Pero a bañarte, no harás como la última vez que te volviste acostar y te levantaste a las 5:00 de la tarde.

—Vete Johann— dije ya irritado.

Levantó los brazos y me dejó solo en mi habitación pero no sin antes abrir las persianas de par en par. ¡Shit! Con toda la pereza de la existencia me levanté de la cama y caminé hasta el baño para darme una corta ducha ya que el agua estaba súper fría, rebusque entre mis maletas que ponerme pero me sentía muy débil para hacer ese esfuerzo.

Ayer solamente había almorzado y no comí más nada después de eso así que probablemente puede ser que esté comiendo a deshoras y porque me salto algunas de las comidas principales.

Como pude saqué algunas prendas y me las coloqué con suma dificultad. Salí de mi habitación y caminé hasta la cocina donde estaban el resto de mi familia.

—Buenos días— sonreí.

—Ya te iba a buscar— habló Johann.

—Buenos días, mi cielo— saludó mi madre.

—Isra, ¿Para cuándo la cuenta?— brome.

—Pronto— dijo, con su cara de🍑 como siempre.

—Si ya lo creo— se burló gabo.

—Joe, ¿Quieres huevos con tocino?— preguntó dulce, mi madre.

—Me como lo que cocines, ma— sonreí.

Me recosté un momento sobre el desayunador y la puerta de la entrada se abrió y cerró al instante. Debe ser yoyo. Seguí como estaba esperando algún golpe pero nada lo único que escuché fue a mi hermano tocer y las manos en mi cintura con el toque de un cuerpo en la parte trasera de mí, instantáneamente me levanté y me giré para saber quién era.

—Idiota— dije en español.

—Hola christopher ¿Cómo estás?. Yo muy bien y tú— dijo, sarcástico.

—I- d - i - o - t - a— le dije por letra.

Me levanté y lo dejé allí en la cocina, todo estaba en silencio y era súper incómodo así que decidí salir de ese ambiente y caminar hasta la sala.

—Me encantó tu recibimiento, joel— me giré.

—Tampoco te había pedido venir— me tiré en el sillón y cerré los ojos para no mandarlo a la chingada.

—Viaje cuatro horas desde Miami para verte y ahora me sales con ésto— me regaño.

—Usted quería ir con Allan yo no le pedí que viniera— le di la espalda.

—Se nota que jamás harías lo que acabo de hacer por ti— me levanté.

—Mira christopher— lo encare —por lo menos yo no te gritaría por un maldito celular y lo peor es que nunca me preguntaste nada desde que comenzaste a buscar, sabiendo muy bien que tú y yo tenemos la misma funda del teléfono. Ahora sí te quieres ir— señalé la puerta —allí está la puerta. Nos vemos en una semana.

Sentía mil pedazos caer, sentía mis ojos llorosos pero no iba a ser débil frente a él iba a resistirme hasta que el se fuera... Pero no fue así, siguió frente a mi mirándome fijamente detallando cada acción que hacía pero no hacía ni decía nada.

—No— habló por fin luego de unos largos minutos —no pienso dejarte tan fácilmente— se acercó —me importa poco lo que digas pero aquí me voy a quedar y no me iré.

Sentí un vuelco en el corazón. Nunca nadie me había dicho algo tan hermoso como lo que me acababa de decir. Bueno. A parte de las fans. Era demasiado hermoso y si antes no iba a llorar ahora sí.
Mis mejillas estaba mojadas y mis pestañas se veían más gruesas de lo normal, sus brazos rodearon mi cuerpo en me sentí en casa, me sentí como un niño cuando necesitaba del abrazo de su madre, cuando el corazón está vacío y necesita ser llenado por el amor de su vida... Cuando un secreto es contado, una confesión dada. Era maravilloso.

—Te amo Joel, y dejaría todo por ti aunque tú no dejes nada por mí... Eres todo mi ser y el único que me hace ver a través del oscuro anochecer. Sin ti no puedo ser yo y por eso te entrego mi corazón, hoy y siempre podrás tenerlo— susurró en mi oído.

Las rimas nunca se le han dado bien así que podría jurar que lleva practicando en todo el viaje para que le saliera bien o lo más probable es que se lo haya preguntado a Erick o zabdiel.

—Acabo de improvisar por si piensas que le pregunté a zabdiel o Erick.

Éste chico tiene un don, y es leer mentes a parte de enamorarme cada día más y otros muchos más.

Nuestro Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora