Capítulo 11:

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Me removí en mi lugar y sentí algo muy serca de mi mano, abrí los ojos de par en par y pude ver a christopher muy dormir y con su boca abierta, me di vuelta para ver si richard estaba dormido y mejor me hubiera quedado como estaba.

—¿Porque se niegan?— desvío la mirada de su teléfono y me miró.

—Esto no es bueno, richard... Nadie se puede enterar— levanté mis cejas, por la preocupación

—Lo sé... Pero algunas fans lo consideran como pareja.

—Shipp. Creo que se dice así.

—Bueno eso. Mientras pueden ser novios tras de los hoteles.

—No podemos... No puedo.

—Pero... ¿Por qué?

—Por que ahora me estoy conociendo con Sandra y ella es una chica muy guapa como para que le haga lo que estoy haciendo.

—¿Te gusta?

—Me atrae demasiado... Hasta el punto de que me pueda gustar.

—¿Y Chris?—

Me giré para ver ese pequeño angelito endemoniado. —no— mi voz se quebró —. El tampoco se merece ésto.

—No llores, Joe. Sé que te sientes confundido y es horrible pensar que puedes dañar a dos personas con tan solo un acto.

—No sólo daño a dos... Si no a tres— se me salió.

—¿Hay alguien más?

—S-si. Yo— dije, nervioso.

—Bueno. Creo que christopher debería Regresar a su habitación, son las tres de la madrugada y Renato pasará por nosotros más tarde.

—Tienes razón... Pero date vuelta ya que el está...— dejé la frase al aire.

—¿Lo hicieron estando yo aquí?— preguntó con repugnancia.

—Si y no. Ya no preguntes tanto que no te pienso responder— rodó los ojos y se dio vuelta —. Chris, arriba— lo moví —te tienes que ir.

—Uhmm. No quiero— me tomó de la mano jalándome de la mano y quedando muy serca de él —. Vente conmigo, bebé— me besó —antes de que richard se levante.

—Ya estoy despierto— los ojos de Chris se abrieron como platos. Asentí a la pregunta que hizo con sus ojos.

—Mira Rich... Nadie se puede enterar de ésto por favor.

—Okey. Pero si lo harán de nuevo avísenme para por lo menos irme a bañar.

—Es que si lo llevo a mi habitación sería sospechoso y tú te veía tan metido en tu sueño— rió —¿Puedo continuar mi sesión?— su manos pasó por mi cintura.

—Chris! No. Te tienes que ir— levemente lo empujé.

—No si no vas conmigo— en un movimiento ágil quedó encima de mí.

—Aún sigo aquí— interrumpió richard.

—Duérmete— lo señaló Chris —. Ahora vamos por el segundo round.

Sus labios atacaron mi cuello chupando y jalando de éste, mis manos bajaron por todo su pecho hasta llegar a su miembro y acariciar la punta.

—¿Te gustaría jugar?— susurró.

—Está richard— dije, Igual.

—Christopher, ¿Dónde está la tarjeta de tu habitación?— se levantó Rich ya frustrado.

—Está en la parte de atrás del pantalón en los bolsillos.

Richard se levantó y sacó la tarjeta y sin querer salió un condón. —¿Para que es eso si no lo usas conmigo?— pregunté un tanto serio.

—Yo me voy— salió richard.

—Nunca se sabe. Hay que tener para la ocasión

—Quítate— lo empujé y cayó a mi lado.

—Pero, ¿Que?— preguntó confundido.

—No soy un juguete sexual— me levanté y caminé hasta el baño.

—Bebé. Abre la puerta— tocaba la puerta.

No le presté atención a los llamados que me hacía y me bañé por completo. Al terminar me enrollé una toalla en la cintura y salí para sacar una ropa de mi pequeña bolsa. Chris me tomó de la cintura y me colocó frente a él quien estaba sentado en la cama de richard; sus manos atraparon la punta dónde se sostenía la toalla y tiró de ella dejando ver mi miembro totalmente dormido. Y no creo k valla a Despertar.

Se arrodilló y lamió mis alrededores del miembro, tiré mi cabeza hacia atrás y posé mis manos en su corta cabellera. Su lengua pasaba entre mis piernas, abdomen, muslos y pequeñas mordidas en las pantorrillas.

—Acuéstate en el piso— me ordenó. Regañado me acosté y una sonrisa salió de sus labios.

Sus labios jalaban de la punta de mi miembro chupándolo con toda la intensidad mientras masturbaba lo restante.
Sentí su lengua pasar por mí entrada y mordí mi labio para no soltar un gran gemido.

Christopher tenía su miembro mucho más grande y más gordo que el de zabdiel y eso me daba mucho miedo ya que no quería desgarrarme.

Inpulsé mi cuerpo hacia él para que su lengua fuera más profunda al penetrarme. —¡Oh Chris! Ya no puedo más.

Chris agarró su miembro y me miró. —¿Que es lo que quieres?— dijo, con una sonrisa maliciosa.

—Mételo Chris! Mételo ya!— enterré mis uñas en la alfombra.

Solo sentí su cuerpo chocar con el mío y un fuerte gemido salió de mis labios, el cual rápidamente Chris calló para que nadie se alarmara.
Tomó mi pierna derecha y la colocó en su hombro para besarla mientras entraba y salía de mí.

—Ma-mas rápido— gemí.

Christopher enrolló mis piernas en su cintura y colocó sus brazos a los lados de mi cabeza sosteniéndose de ellas, mientras intensificaba sus embestidas quienes tocaban mi punto dulce. Tomé su cara que hacía gestos retorcidos al entrar profundamente en mí; lo besé como nunca antes, como si estuviera necesitado de sus labios.

—Me vengo— susurré.

Chris dejo de ir rápido para ir más lento y dar embestidas profundas haciéndome levantar un poco. Tomó mi miembro y comenzó a masturbarlo de un ritmo más rápido de sus embestidas haciéndome correr y manchar nuestros cuerpos. A los segundos sentí un líquido dentro de mí y su cuerpo caer sobre el mío.

—Tenemos que limpiar está alfombra— reí.

—¿Se ve muy sucia?

—Es de peluche negro, chris— rodé los ojos.

—Se regó un poco de comida— dijo, riendo.

—Quiero dormir... Me siento muy cansado— me quejé.

—Yo también— se levantó y me ayudó a llegar hasta mi cama

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