Nuestro Secreto

T2 C23

El sol era muy fuerte para mi delicada piel pero no quería irme de este hermoso paraíso, una playa hermosa de aguas cristalinas y grandes olas que dejaban un hermoso sonido al impactar todas juntas, todo era maravilloso hasta que escuché su maldita voz.

—¡Joey!— chillonamente me llamó —¿has visto a mi bebé?— se paró, frente a mí tapando lo que hace unos minutos prefería ver.

—Christopher entró al mar con dos chicas— dije sin prestarle atención.

—Estás de broma— rió —dónde está— su tono de voz era más serio y se podría decir que no hizo una pregunta sino exigió la respuesta.

—Yo no vivo pegado a él, tú, eres la novia... Lastimosamente, y no yo— sonreí mientras me levantaba —pero veremos cuánto dura su "relación"— reí aún más fuerte al terminar la frase.

—Mira lo que te diré joel a mí tú— me paré frente a ella lo justamente serca para asustarla un poco, era un topo, y con gran distancia le pasaba.

—Primero que nada niñita, yo— señalé mi pecho —soy, fui y seré su primer amor y gracias a mí— volví a señalar mi pecho —tú—le di un leve empujón con mi dedo en su hombro —estás con él.

—Nadie es tan estúpido como para dejar a una persona como chris— me miró de arriba abajo.

—Lo dices porque han cogido y sé lo dios que es en la cama— mordí mi labio inferior —pero no haz conocido la verdadera virtud del amor en él porque no está ni serca de quererte un poco— sonreí —lo único que podría sentir por una persona como tú es lástima.

Y sin más le di la espalda para regresar al hotel en que nos estábamos quedando serca de la playa mientras disfrutábamos un poco de Acapulco y nuestra gira a la vez.

Mi habitación estaba a oscuras, cosa que nunca hago ya que le tengo un poco de miedo a la oscuridad por más de cinco minutos, rodé los ojos antes de encontrar el interruptor y encender las luces para encontrarme con el espectacular cuerpo de mi señor amante, si se podría decir así.

—La estúpida de tu novia estaba desesperada buscándote en la playa— dejé mis cosas sobre el mueble frente a la cama.

—Lo sé— metió una cereza a su boca —me ha dejado cuarenta llamas perdidas y cientos de mensajes— sonrió. Lo miré ya harto de ésta situación.

—¿Hasta cuando?— me senté junto a él.

—Ya sabes lo que habló Ricardo con nosotros y no podemos desobedecer de nuevo. — Mordió su labio —No me niegues que te gusta esta pequeña aventura— Mordió mi cuello.

—Los dos sabemos que nadie cree sobre su "relación"— besé su mejilla.

—Es lo que trato de que la gente entienda— dio leves besos a mis pectorales —ve al baño estás muy quemado, yo iré en un momento.

Y sin más me levanté para entrar al baño, sabía que llamaría a vanessa y por eso no luché en irme antes de que entrara en un colapso por escuchar lo paranoica que era cuando no estaba con christopher.

Me miré frente al espejo y decidí jugar un poco ya que estaba de buenas y sabría que christopher me seguiría el juego sea el momento que sea. La única y última prenda se posicionó en el suelo antes de darme la vuelta y salir de la habitación para encontrarme con chris hablando con la estúpida por videollamada, mi plan no podía salir mejor.

Sin hacer mucho ruido caminé hasta estar frente a él y notar como su respiración era algo irregular no podía prestar mucha atención a su teléfono y reí bajo ante su reacción. Tomé la silla que estaba junto a la ventana que daba al paraíso y la puse frente a él para hacerlo sufrir un poco más.

Mi labio tenía un poco de sabor a sangre gracias a lo fuerte que estaba mordiendo para no gemir tan alto y que todo mi plan se echara a perder, mi mano subía y bajaba por mi miembro mientras a lo bajo gemia y miraba el sufrimiento que estaba causando en chris, mi mano derecha apretaba fuertemente el brazo de la silla para calmar un poco mi placer, la sensación de hormigueo que sentía en mi estómago.

—Hablamos ahora— dijo chris en susurro prácticamente antes de colgarle y lanzarse sobre mi para luego tener una escena llena de amor y pasión, lo que me hacía dudar ciertas cosas pero las dejaría para después.