Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.

Dos.

— Buenos días mi amor. —

Erick dejaba besos en la cara de Joel, no había parte de ella que no fuera llenada de besos por los labios de Erick.

El ojiverde estaba muy feliz, los doctores decían que Joel tenía muchísimas posibilidades de sobrevivir, ya que era muy fuerte y si habían avances.

Había logrado mover los dedos "anular y pulgar", eso era grandioso, estaban perdiendo las esperanzas pero esto les hizo recuperarlas.

No sólo lo hizo una vez, si no tres veces.

Eso quería decir que lo lograría.

— Oye, estoy muy feliz. Deberías saber que nuestros planes quedaron inconclusos y me quedé con ganas bebé. —

Rió ante aquella tontería salida de sus labios. Pero siguió.

— Debemos experimentar, no sé si nos gustará más con los roles de siempre o si será mejor versátiles. —

Erick ya no soportaba ver a Joel así, sin poder besarlo, ni siquiera darle un pico porque tenía el oxígeno y si lo quitaba sería peor. Tampoco podían acariciarse, darse abrazos, sentir el calor del otro y menos dar otro paso.

Erick se imaginaba con Joel, y en realidad eso no era bueno.

Era hermoso pensar en eso, pero era algo difícil, además que le daba pena mirar a Joel después de imaginarlo con él en situaciones muy, extremadamente bochornosas.

— Amor, no sé si me escuchas, pero quiero decirte que te amo y esperaré el día que despiertes para estar completo. Mi vida no está completa si tú no estás cerca. ¿Y sabes por qué? Porque eres parte de mi alma y de mi corazón. También estás en mis pensamientos.
Eres como una florecilla que crece dentro de mí, en mi corazón.
Así que la tengo que regar, y eso lo haré dándote mi vida y mi sangre.
Haré cualquier cosa por ti, mi vida, porque tú eres el único que me mantiene a raya, en la realidad.
Sabes que si tú no estás conmigo no puedo seguir, mi única meta eres tú, y mi premio también. —

Comenzó a llorar.

— Te amo. Siempre te amaré pero, por favor despierta, te necesito. —

Lloró hasta que no le quedaban más lágrimas.
Cuando no tuvo más que llorar se quedó dormido tomando la mano de su bello novio, quien aún dormía.

Y aunque los doctores decían que habían avances no todo era permanente, y Joel, definitivamente tardaría mucho más de lo que Erick soportaría para despertar.

Aún así, el pequeño ojiverde no lo dejaba, todos los días le hablaba de cosas bonitas, de recuerdos, del futuro juntos que había planeado.

Joel lo escuchaba atentamente, aunque Erick no podía notarlo, Joel lo abrazaba todo el tiempo mientras sonreía.

Lo seguía a cualquier parte del hospital, excepto cuando tenía que escuchar a Chris.

Pero lo seguía. Sin que Erick lo sintiera, Joel besaba sus labios en cada oportunidad, lo acariciaba y lloraba cuando Erick lo hacía.

Quería despertar, realmente lo hacía pero no sabía como.

Luchaba con todas sus fuerzas por abrir los ojos, cuando se veía acostado jalaba sus pestañas para hacerlo.

Pero siendo sólo, prácticamente un espíritu no lo lograba.

Sus dedos traspasaban sus pestañas.

De haber sido real y poder tomar cualquier cosa sin traspasarla, en este caso sus pestañas, seguro que ya no las tendría pegadas a sus párpados, pues lo hacía con mucha fuerza, que en realidad, ahora era inútil.

Intentó brincar sobre su cuerpo para entrar en él, para volver a vivir.
Sí, "para volver a vivir". Esto no era vida.

Erick decía que era una florecilla, pero él sabía que Erick estaba equivocado. La verdad es que no era una florecilla, era un bendito vegetal.

Abrió su boca y el intento de entrar por ahí fue inevitablemente imposible, pero fue un total fracaso.

Erick despertó y vió la máscara de oxígeno un poco desacomodada y la boca de su novio entre abierta.

Exacto, cada movimiento que había en el cuerpo de Joel no era precisamente por avances, o talvez si, pues intentaba regresar, pero quién lo movía no era exactamente su cuerpo, si no su espíritu que estaba fuera y quería entrar.

Aunque Erick, al notar el oxígeno movido creyó que Joel había despertado y lo había movido, pero que estaba dormido o había vuelto a lo mismo.

Llamó al doctor. Mientras corría para que alguien viera a Joel, el moreno, o más bien su espíritu, saltaba encima del cuerpo para entrar en él.

Talvez traspasaban todo, por lo cual creía que no iba a pasar nada, pero estaba mal.

Saltó tan fuerte que su cuerpo también lo hizo, cuando cayó sobre éste la camilla se volteó y todos los aparatos que habían ahí, pegados a su cuerpo, se rompieron.

Lo único que había logrado era desestabilizar su cuerpo.

Llegaron dos enfermeras, el doctor y Erick.

Vieron la horrorosa escena en la que Joel convulsionaba. Así es, eso se podía a pesar de estar en coma.

El espíritu, con miedo tomó sus manos y no supo como pero estaba dentro nuevamente. Así sería más fácil.

Su cuerpo y su alma trabajarían juntos para poder salir de aquél problema.

Habían llegado más doctores, lo subieron a otra camilla y vió como dormían a Erick, quien había estado gritando.

Lo llevaron a la sala de urgencias e hicieron cosas que él no sabía que eran, cuando acabaron escuchó a alguien decir "está estable, podrá seguir luchando un poco más".

Eso lo hizo feliz, pero también triste.

Estaba feliz de seguir intentándolo, pero era triste el no poder morir y tener que sufrir tanto y hacer sufrir a los demás.