Cinco.

166 13 1
                                    

— Hola Joey, otra vez soy yo.
Te dije que me tendrías molestándote todos los días.
Oye, acabo de ver que un chico moreno salía de aquí. ¿Ese es tu novio? Si es así, ya sé quien es el pasivo de la relación. —

Ríe.

— ¿Sabes? Me hace feliz saber que hay alguien que te cuida.
Jamás me he encontrado con nadie aquí, así que pensé que no venían a verte pero ahora pienso que simplemente no los veo, porque ya sabes, soy medio ciego y distraído, o talvez sólo no coincidimos.
Pero bueno... No he visto a tu hermano, ¿Él sabe de esto? Si yo no mal recuerdo, él siempre estaba cuidándote aunque sólo es un año mayor. —

Sonríe.

— Cuéntame algo, bebé. Me aburre ser el único que habla. —

Espera un momento.

— Tienes razón, me respondes, pero es que no tengo señal aquí y no te escucho muy bien. —

Ríe fuerte.

— En realidad creo, siento, que me estoy volviendo loco. ¿Qué dices si me duermo aquí a tu lado y hablamos? —

Le sonríe tiernamente.

— Bueno Joey, aquí voy. A dormir juntos como en los viejos tiempos. —

Acercó la silla a la camilla, tomó la mano de Joel y recostó su cabeza en el abdomen de éste.

Sin saberlo hacía lo mismo que Erick, aunque ni siquiera lo conocía.

Tenían las mismas intenciones.

Que Joel despertara y apretara sus manos. Querían tener el amor de Joel, ser fuertes y lograr avanzar con él, pero el chico de aquella camilla era el fuerte, y ellos se derrumbaban en los intentos por ser iguales a él y ayudarlo.
No querían una vida sin Joel.

— Buenas noches Joey. —

Besó su mano y después de unos minutos, sin darse cuenta como, se durmió.

(...)

— ¡Chris más! —

El castaño daba fuertes embestidas, a ambos les gustaba tener sexo salvaje, así dejaran de sentarse por un buen tiempo.

Sí, lo que piensan es lo que sucede.

Chris y Richard son versátiles.

— Me voy a... —

Chris no terminó de hablar, cuando ya se había corrido dentro del moreno.

— ¡Ah Chris! —

Gritó

El castaño sólo gimió fuerte y eso bastó para que también Richard se corriera entre los abdómenes de ambos.

Chris se tiró cansado a un lado de su prometido.

Intentaron regular sus respiraciones y Chris habló.

— ¿Tercero? —

Sonrió pícaro.

Empezaron con Chris pasivo.

La segunda con Richard pasivo y Chris quería repetirlo.

Richard asintió y subió a su regazo, haciendo que Chris se hundiera en él.

Comenzaron nuevamente y cuando estaban a punto de correrse por tercera vez la luz se prendió.

Ambos miraron hacia la puerta que se había abierto y lo único que pudieron hacer fue cubrirse al ver a un Erick ojeroso y un poco adormilado con los ojos entrecerrados.

Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora