Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.

Diez.

00:10

— Hola pequeño, creo que hoy no hay nadie. No me he presentado ¿Cierto? Bueno Joel, mi nombre es Riki.
No sé si te aburriré, mi turno debería haber acabado hace ya algunas horas pero, vivo solo, me da miedo todo. Soy muy paranoico y no me gusta estar solo en la noche, estudio la universidad aquí pero vengo de otro país, estoy por terminar mi último semestre y si hago bien mi servicio social obtendré un trabajo aquí, dicen que lo hago bien y que podrían ayudarme.
Como mis superiores saben sobre mis miedos me han dado permiso de quedarme a cuidar o charlar con algún paciente que lo necesite, creo que como tú estás solo me necesitas.
Talvez no, lo siento si es así y te molesto, simplemente quiero tener amigos en este lugar. México es muy bonito ¿Sabes?.. Realmente lo es, pero no creo que sea muy pacífico, por lo que he visto en las noticias, es algo peligroso.
Todos en mis escuelas me habían molestado por mi actitud, pero aquí es diferente, de hecho creo que le doy ternura a muchas personas, en especial a las chicas, y ellas siempre me hacen olvidar mis males.
Tengo más amigas que amigos.
Bueno, quiero decirte que aunque no quiero dejar de verte tampoco quiero que estés aquí, no dormido, creyendo que todo es una pesadilla.
Creo que tu familia te quiere y mucho, tu novio, hasta tu amigo.
Y sé que es estúpido, yo no puedo decir que te quiero, pero tampoco me gusta verte en el estado en que estás, eres demasiado lindo.
Tú puedes ser el Sol de Verano de aquellas personas que están tristes y a oscuras con el invierno. También podrías ser el viento de otoño que llena de paz el alma de las personas a las que el Sol quemoso de la primavera le lastima. Puedes ser tanto para la sociedad, con tu belleza puedes hacer maravillas, y ¿Por qué desperdiciar tal cosa? Tienes un grandísimo don en tí, en tu persona.
Eres un milagro de Dios, seguro que te ha hecho perfecto, como una de sus mejores obras de arte.
Sólo mírate, es decir, tus cabellos negros y ondulados, tu piel canela, tus pestañas rizadas, tus labios que, aunque ahora están secos y pálidos siguen siendo hermosos, con un poco de cuidado quedarán de maravilla. También tus manos, todo tú, lindo.
Eres un bellísimo espécimen que podría inspirar a cualquier poeta a escribir su nueva obra, a cualquier cantante a sacar un disco completo dedicado a ti, y a mí, siendo un simple estudiante de medicina, me has inspirado a filosofar ante tí, y toda tu belleza. Creo que debería hacer un libro y escribir todos mis pensamientos hacia tí, supongo que tan sólo con poner tu nombre o describirte en la primera página, ese libro sería un completo éxito.
Eres tan delicado, tan fugazmente dulce, osea, con sólo verte un mini instante puedes creer en los mismos ángeles del cielo. —

Sacó algunas cosas de una bolsita, tenía una enorme felicidad, ayudar a Joel realmente lo hacía sentir bien.

Un ser tan bello, posiblemente en algún futuro sería especial para él, como un mejor amigo talvez, tan delicado y lindo.

Era muy joven aún, así que él, igual que los que querían a Joel, esperaba que despertase y fuese feliz, tanto, que su sonrisa no puediera desaparecer jamás.

Debía despertar y recuperar su vida, seguir el curso que llevaba al lado de las personas que más le querían y poder cumplir todos sus deseos y metas.

Fuerza, apoyo y amor necesitaba.

Riki sonrió.
Mientras comenzaba a contarle un bello romance, su favorito, "Blancanieves", tomó en sus manos una crema corporal con olor a rosas.
Tiró un chorro en la palma de su mano y la frotó con la otra, al tenerla esparcida por ambas palmas tomó el brazo derecho de Joel y suavemente lo recorrió, humedeciéndolo con la crema.
Hizo lo mismo con el izquierdo.
Siguió con sus piernas, su cuello y pecho y luego su abdomen.
No quería moverlo, así que su espalda siguió igual.

Tomó una crema facial, humedeció sus pulgares y con ellos recorrió el rostro inexpresivo del moreno, haciendo movimientos circulares, como pequeños masajes.