Catorce.

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— Un día más... —

Soltó un suspiró.

— Es hora de dejarte ir. Te he amado siempre Joe pero, ya es hora de despedirme de ese amor porque he encontrado a alguien y sé que será especial en mi vida. Siempre he cagado todo, pero ahora quiero hacer las cosas bien, no quiero lastimar a ese chico y por eso debo dejar de amarte. Pero créeme que guardaré todos nuestros recuerdos en un lugar hermoso, y seguirémos nuestra amistad. —

Zabdiel estaba a un lado de la camilla de Joel, tomando su mano mientras acariciaba su cabello con suma delicadeza, como si pudiese romperlo con sólo un toque más fuerte.

De verdad quería dar definitivamente por terminado todo el amor que sentía por Joel, pues Erick era importante para él y quería que quedarse juntos el resto de sus vidas fuera una opción. Pero aquello sería imposible si en cada minuto que estaba con Erick pensaba en Joel, como la situación de una semana atrás.

Por otra parte, aunque nadie lo supiera Joel estaba más fuerte que nunca, listo para luchar contra el ¡Maldito coma! –como lo llamaba él–, y despertar para seguir con su vida antigua, sin Erick.

En ese momento lo tenía muy presente, debía ser fuerte y dejar a Erick a un lado, pero ¿Acaso lo tendría presente cuando despertara? Si es, que despertaba. No.

— Bueno, lo único que quiero es que despiertes para poder decirte que Te amo con todas mis fuerzas, entonces sólo así estaré tranquilo y podré intentar amar a alguien más... —

Un par de lágrimas comenzaban su recorrido por las mejillas del chico, quien las limpió rápidamente y besó la frente de Joel para luego hablar.

— Ni si quiera a Er, podré amarlo de esta forma. —

«¿Er? Que no sea lo que pienso... ¿Quién es Er?», se preguntaba Joel a sí mismo, esperaba que las cosas no estuvieran tan mal como parecían.

— Te amo, y no me canso de repetirlo. —

— ¿Zabdiel? —

Preguntó una voz realmente conocida para el rizado, una que jamás olvidaría, lo cual le formó una gran sonrisa en el rostro, pero el otro chico sólo pudo llorar al verlo en ese horrible lugar. ¿Por qué Zabdiel estaba ahí?

(...)

— ¡Ey, Riki! —

Habló Richard y el castaño lo miró con una sonrisa.

— ¿Qué pasa? —

— Necesito ver a Joel, de verdad necesito hacerlo. —

Rogó, ya tenía un largo rato haciéndolo para poder subir y ver a su cuñado.

Su corazón latía rápidamente, y aunque no había compartido momentos con Joel fuera de ese hospital podía sentir una gran conección entre ellos, he ahí donde su corazón estaba inquieto, pues presentía algo.

— Pero Richard, ya te dije que hay alguien. —

— Y yo sé que lo hay, pero necesito verlo... ¿Desde cuándo dejan pasar sólo a una persona? Siempre éramos tres. —

— Richi, Richi... Pues déjame decirte que eso pasó desde que el tonto cuñado de tu novio fue a alterar al paciente, y Chris sólo hizo más grande la cosa tirándole fuera de la habitación... Aunque no se den cuenta o no lo parezca, Joel se altera y puede salir mal todo. —

Richard comenzó a hacer una rabieta y Riki rió enternecido.

— Eres tan lindoo Richii... —

Comentó apretando sus cachetes y el moreno se quejó.

— Bueno, cambiando de tema creo que alguien se nos perdió... —

Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora