Quince.

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- Entonces te has enamorado, Zabdiel. -

Alegó Christopher mientras daba un sorbo a su bebida. Aún estaba sorprendido de que ese chico pudiese tener sentimientos por alguien, ya que nunca lo hizo... A excepción del sentimiento por su hermano.

En respuesta sólo recibió un asentimiento, así que se acomodó mejor en la silla y se inclinó hacia adelante en la mesa, recargándose un poco en sus codos.

- Y dime, ¿Cuál es el nombre del afortunado? Debe ser alguien hermoso para que se ganara tu amor, ¿No es así? -

- Jamás has estado tan en lo cierto como ahora... -

El castaño sonrió mostrando su perfecta dentadura, al ver la cara de su amigo.

- Bueno pues, cuéntame. -

- Sólo si tú me cuentas de tu relación con Richard... -

- Te diré, anda... Dime. -

Rogó emocionado.
Talvez su Joel no podía ser feliz con la persona que amaba, pero talvez Zabdiel sí, entonces eso le daría la mitad de su felicidad.

- Bueno, él es perfecto. Amm no sé por dónde empezar... -

Rió nervioso, y feliz de contar su primer encuentro con el pequeño de ojos bonitos.

- Por el principio amigo... -

Rió.

- Tranquilo, me hace muy feliz que hayas aprendido a amar. Te adoro, y realmente tu felicidad es la mía. Cuéntame lo que tú quieras. -

- Bien. Lo conocí una noche en un bar, él me hizo sonreír de verdad en mucho tiempo porque en realidad desde que me fuí de este lugar no lo había hecho realmente, y cuando lo conocí el revolvió todo dentro de mí.
Es un chico atrevido en algunas cosas, y eso me encanta. Me dijo muchos piropos aquella vez y por alguna razón hice lo mismo. Luego, cuando tuvimos un poco de confianza nos abrazamos, nos tomamos las manos y yo por mi parte, me perdí en sus bellísimos ojos. Después de un rato bailamos y realmente agradezco que una persona descuidada pasara por ahí en ese momento, porque por eso nuestros labios se rozaron y hasta ese momento fue lo más hermoso que pasaba. -

El castaño lo escuchaba atento, observando cada gesto del chico que le decía que realmente moría por aquél del que hablaba.

- Y es que no sabes Chris, me he vuelto adicto de sus besos y caricias. Instantáneamente me volví adicto a su cuerpo... A él. -

- Eres tan cursi... -

Suspiró como enamorado. Lo estaba.
Un mejor término era: Suspiró como si estuviese viendo a Richard en su modo cursi.

- Sigue así, es hermoso que sean cursis. Ahora ya no me siento tan especial de tener un amor a primera vista, porque todos lo tienen, o eso es lo que veo a mi alrededor. -

- Cuéntame de tu relación. -

- Casualmente también nos conocimos en un bar, muy cercano de aquí por cierto... Fuí a buscar chicas y encontré algo mejor, agradezco a mi posible excuñado por correrme de la habitación de Joel. Richard y yo fuimos muy clichés en ese bar, pero luego todo fue menos romántico... En realidad fue penoso porque tuvimos sexo. -

Rió igual que Zabdiel. El rizado había dicho las cosas de forma muy linda, como eso de que era adicto a las caricias de su amor y a su cuerpo, pero Chris no tenía el talento de convertir cualquier cochinada en algo tierno.

- Bueno, y aunque eso pasó la primera noche y según teníamos vergüenza siempre terminábamos igual. Creo que nos acostumbramos a eso, así que no hay muchas cosas que contar, además que ya conoces a Richard y creo que has notado que es todo precioso, de su carita y su piel, su cabello tan lindo y su abdomen y... Bueno, todo. Simplemente es perfecto para mí, y el que nuestra relación tenga muchas cosas sucias no cambia el hecho de que hay un amor muy fuerte entre nosotros, también tenemos nuestro lado lindo como pareja. -

Estiró su mano hacia Zabdiel para mostrarle gran parte de su corazón, pues eso era algo que se quedaría en él por siempre. Y no hablando precisamente del objeto, si no lo que simbolizaba para él y su morenito hermoso.

El rizado bajo la mirada y soltó un chillido al ver aquello. ¿Sería que Erick estaría tan feliz de recibir algo como aquello, como lo estaba su amigo?

- Chris, ¿Cuándo pasó? -

- Nos saltamos el noviazgo y fuimos directo a lo bueno, eso fue hace poco. Estamos esperando que Joel despierte para poder casarnos. -

- Será pronto, ya verás... Felicidades Chris. -

El castaño sonrió y se pasó al lado de su amigo para abrazarlo con fuerza, siendo bien recibido.

Pero a Zabdiel le entró una duda en la cabeza, de las palabras mencionadas un momento atrás por Christopher.

- Dime, ¿Cómo está eso de tu "posible excuñado"? -

- El muy idiota prometió estar siempre con Joel, ¿Pero sabes qué? Se fue a coger con alguien que no conocía. Digo, yo no lo criticaría por eso porque hice lo mismo con Richard, pero el caso está en que si estuviera solo podría hacer cualquier estupidez pero no, estaba con mi hermano y se fue. Es un imbécil. -

Concluyó sacando todo el aire que había retenido al hablar.

Zabdiel lo miró, y a su mente llegó el que no era un santo y posiblemente su amigo también lo criticaría por ser parte de una traición a algún chico. Bajó la mirada.

- Está muy mal, ¿Eh? -

- Claro que sí, pero dejemos el tema de ese idiota. Ahora dime, ¿Cuánto llevas de relación con tu chico? -

- Él y yo no tenemos una relación. Él tiene problemas y hace algunas cosas de las que luego se arrepiente. Quiero ayudarle y no sé qué hacer. -

- ¿Qué pasa? -

- ¿Te puedo ser sincero? -

Le miró a los ojos y el castaño asintió, con el ceño fruncido por el cambio tan repentino en la actitud de su amigo.

— Él tiene un novio y aún así hemos estado juntos, yo pienso que está mal, pero no quiero dejarlo. —

— ¡Zabdiel! ¿Te das cuenta el daño que le harán a ese chico? —

— Lo sé, demonios, no quiero ni pensar en ello. Simplemente supongo que se lo merece porque cada vez que menciona algo de él llora, y si ese chico lo ha lastimado pues me alegra muchísimo, pero si no es así realmente seré una mierda. Es que no hemos hablado nada de él y yo tampoco le he dicho que regresé por Joel... —

— Lo entiendo, pero deben hablarlo y si entre ellos el único problema que hay, es lo que el chico pasa contigo, deberías entender que todo está mal y debes dejar que el otro sea feliz. Y si no, mínimo dejar de dañarlo y que lo deje. —

Zabdiel miró extrañado a su amigo, porque no esperaba algo como eso...

— Vale. —

— ¿Cuál es el nombre del chico? —

Y el rizado sonrió ampliamente, con los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas porque había recordado el rostro de su ojiverde.

— Es Erick... —

Y la cara de Christopher estaba pálida, con los ojos muy abiertos. Estaba realmente sorprendido de escuchar aquel nombre.

Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora