Veintisiete.

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Joel miró a ambos chicos sin expresión y luego bajó la mirada a los tantos documentos que había en la mesita frente a él. Pudo haber disfrutado todo el día, desde que Yoandri llevó a cabo los ejercicio matutinos de rutina, porque había podido mover desde sus codos hasta sus manos y su cuello definitivamente iba mucho mejor, pero saber que aquel avance iba a servir para firmar unos malditos papeles de divorcio le habían arrimado todo.

Yoandri, viendo su incomodidad, se agachó a la altura de su rostro y dejó un suave beso en su mejilla. Christopher que miraba desde atrás sonrió al ver aquello, y notó que Erick arrugaba el entrecejo con fastidio.

Aunque ya no estaban juntos, seguía sin poder evitar los celos tan comunes en él.

Nuevamente levantó la mirada y negó, sin saber qué decir, siendo observado por ambos.

- ¿Así que van a adoptar he?

- Sí -respondió Zabdiel-, pensábamos ir a la casa de la Cigüeña, ya sabes, es un lugar bastante bonito.

Joel miró a Erick sin creerse lo que escuchaba. Él le había propuesto visitar ese lugar para hacer una solicitud de adopción pero el ojiverde había dicho que era muy joven para eso, y no era lo peor, si no que dijo que cuando estuviera listo no le gustaría adoptar un niño de ahí porque les daban buenos cuidados, más bien irían a un orfanato de poco prestigio para salvar a un niño.

Aún le molestaba recordar sus palabras, pero le molestaba más el hecho de que con Zabdiel hubiese tomado la decisión de que aquello era correcto.

Erick bajó la mirada al notarlo, sabía que lo veía acusadoramente por eso.

- ¿Y tú conocías ese lugar? -le preguntó a Zabdiel, que negó confundido.

- No estaba cuando yo me fuí de aquí -suspiró-. Erick lo conocía y lo dijo como opción.

Los ojos mieles de Joel comenzaron a picar y Christopher se acercó a su oído.

- Hermano, ¿Quieres hacerlo ahora o les digo que los dejen y yo se los entrego cuando firmes?

- Está bien, lo haré ya.

Intentó sonreír y Christopher tomó su mano.

- ¿Necesitas que te ayude?

Hacer todo aquello era un proceso vergonzoso, pero realmente agradecía a Christopher por procurar hasta el más mínimo detalle para que estuviera bien.

- Creo que puedo Chris, déjame intentarlo.

- Está bien.

Y con mucha paciencia firmó cada una de las hojas que habían con éxito, y al finalizar Erick le sonrió.

- Te lo agradezco mucho Joel, ser papá es algo que realmente deseo y no sería posible sin tu cooperación.

- Está bien, todo porque seas feliz -sonrió falsamente, creía que habían quedado bien, pero ahora no estaba tan seguro-. Pero les recomiendo un lugar de menos prestigio para que puedan salv...

- Joel -lo interrumpió el ojiverde en tono rudo-, lamento lo que dije aquella vez. Sé que fuí duro y obviamente no pensaba bien en lo que podría pensar uno de esos niños si me hubiesen escuchado, pero cambié ¿Sí? -suspiró tomando la mano de Zabdiel- Entiendo que hice mal al decir las cosas de esa forma, porque sé que eres sensible con esos temas, pero por favor ya no quiero pensar en esas cosas. Con Zabdiel soy una persona nueva completamente y no quiero que me hagan mal los recuerdos del pasado.

- Lo entiendo -susurró y apretó la mano de Yoandri, que estaba a un lado-. ¿Seguimos con la terapia Yoyo? Se nos hará tarde.

El chico asintió un poco incómodo y, sabiendo lo que eso significaba, Christopher se puso de pie al igual que Zabdiel. El ojiverde miró con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido a Joel, entendía que de nuevo no había cuidado sus palabras y de nuevo, su sensibilidad o quizá su orgullo habían sido dañados, así que prácticamente los estaba corriendo.

Se levantó también luego de unos segundos y sonrió levemente.

- Adiós chicos.

Zabdiel, como siempre, se acercó a besar la frente de su amigo y acarició sus rulos.

- Adiós Joey -miró a Yoandri y sonrió, le parecía menos "peligroso" que el enfermero del hospital-, adiós chico.

- Adiós -respondieron al unísono y Zabdiel caminó hacia donde Erick y Chris lo esperaban.

Afuera, ambos miraron al castaño y a Richard, que apareció detrás.

- ¿Ya se van? -preguntó el moreno y ambos asintieron- Con cuidado. Sean felices.

Sonrió y sin más, luego de besar el hombro de su prometido, se retiró para ver a Joel también.

- Lamento que se haya puesto así -se disculpó Christopher-, sólo les pido que no se enojen o se sientan mal. Él está todavía muy a la defensiva, procesando todo, porque ha pasado demasiado rápido. La enfermedad y lo de ustedes.

- Nosotros entendemos bien eso Chris, no hay problema -le respondió Zabdiel, viendo que su novio parecía molesto y confundido-. Estamos bien.

- Cuídense -susurró y recibiendo una sonrisa del chico, ambos se marcharon.

Cuando volvió adentro sonrió, porque su hermano parecía de nuevo feliz, con Yoandri haciendo bromas y gestos extraños mientras continuaban con su terapia. Se sentó en las piernas de Richard, que también parecía contento.

- ¿Está bien?

- De maravilla, parece que su enojo se acumuló en su columna, porque ha podido arquearse un poco -sonrió besando su espalda, mientras entrelazaba las manos en el estómago del castaño-. Parece que vendrá la boda pronto.

Christopher se giró a mirarlo y sonrió, lo besó y volvió a mirar a su hermano, que se movía muy lentamente.

- Parece que el padrino estará disponible muy pronto.

- ¿Qué dices si consigo el número de Riki con Yoandri?

Christopher lo miró con los ojos entrecerrados y sonrió cómplice.

- ¿Quieres acercarte al enfermero para emparejarlo con mi hermano?

- ¿Tú no quieres?

- ¡Por supuesto que sí! -chilló y ambos comenzaron a reír.

Joel los miró con una sonrisa y los ojos cargados de emoción, parecía ser tan feliz sintiendo como nuevamente, luego de un par de meses su cuerpo volvía a tener un poco de movimiento. Ambos le sonrieron de vuelta y el chico continuó en lo suyo.

Necesitaban una vida así para ellos, feliz.

Mi florecilla || Joerick, Erickdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora