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Amintas se quedó como sátrapa de Bactriana y Hefestión tomó posesión de las tropas de Clito. Alejandro no se concedió más permiso de sufrir y entretuvo la mente cazando a los pocos rebeldes que quedaban, como era Sisimitres apoderándose de la llamada Roca Sogdiana, mientras Arimazes y Datafernes fueron entregados como habían entregado a Bessos.

Tras la campaña, las tropas se establecieron en Nautaca para tomar un merecido descanso y al comenzar primavera, regresaron a Bactriana para visitar a las cortes bactrianas que lo habían invitado a sus tierras y donde los haría firmar un tratado de alianza y sumisión. Todas fueron breves comidas, charlas amenas, y no más de cinco días en el mismo lugar.

Fue más bien como si Alejandro hubiera recorrido toda Bactriana para presentarse nuevamente como el nuevo Rey de Reyes, el Emperador, y todos pudieran postrarse nuevamente a sus pies aceptándolo de manera total. Por fin, yendo de aquí para allá, llegaron con él. Oxiartes fue uno de los jefes de tribu que traicionaron a Darío, y aunque se unió a Bessos, al final no se atrevió a poner cara contra los griegos.

Cuando Alejandro entró y tomó Bactriana, se rindió inmediatamente y ofreció sus servicios al nuevo rey. Al llegar Alejandro a la villa de Oxiartes, donde él era una especie de terrateniente, lo primero de lo que disfrutaron fue de los campos llenos de flores. Las ovejas se apretujaban en los establos de las casas y disfrutaban del viento fresco. En la residencia principal de la villa, Oxiartes les dio la bienvenida a todos con una cena impresionante, música, vino y mujeres. Alejandro les aseguró a sus hombres que se quedarían ahí sólo cuatro días, pues en su mente había aún cosas qué atender, pero no dijo qué. Sus hombres disfrutaron de la nueva hospitalidad que ofrecía Oxiartes, y comieron y bebieron y disfrutaron de las mujeres a placer. Alejandro fue sentado en un trono especialmente mandado hacer para él y se le vistió con un manto de hermosa tela roja.

-¡Aquí viene mi hija, permítame presentársela, su majestad! -dijo Oxiartes cuando le cena acababa de terminar y los sirvientes despejaban el salón-. No es casada aún, verá usted que tiene un carácter muy especial.

Dijo aquello para dejar en claro que esperaba le gustara al rey y se desposara con ella, como habían hecho tantos otros anfitriones, pero sin llegar a ser tan directo como los demás. Bagoas bufó, ya había oído mucho en la corte de Darío de la hija de Oxiartes, de la que se decía era la mujer más hermosa de Asia, aunque, al verla acercarse, se dijo que no poseía el porte de su señora, la princesa Estatira, ni era en verdad tan bonita como la princesa Dripetis, así que no le extrañaba descubrir que aquello que se decían no eran más que rumores iniciados por Oxiartes en aquél país. Al dirigir la vista hacia donde señalaba Oxiartes, Alejandro se percató de un grupo de ocho mujeres que entraban al salón, y entre ellas, al frente, una mujer como la que jamás había visto antes, o eso le pareció. Esbelta y morena, de largos cabellos oscuros y un par de ojos negros, caminaba con la frente en alto, iba vestida con un faldón vaporoso, sujeto a las caderas por un cinto donde colgaba un puñal de plata.

Rauxnaka, a quien los griegos cambiaron el nombre una vez más para poderlo pronunciar y la llamaron Roxana, pasó engreída por entre los hombres, ignorando a todos los demás, y al único hombre, camarada de Oxiartes que trató de tocarla, le alejó la mano de un manotazo y le dijo algo en persa que Alejandro no logró comprender, pero sonó amenazador. Luego siguió con su camino, miró a su padre y se postró a los pies de Alejandro con una actitud que no tenía nada de humildad. Aquella mujer era de las que se daba cuenta de que nunca se quiere a los reyes por sí mismos, y que los que se arrodillaban ante ellos sólo pensaban en recoger del suelo algunas migajas de poder y ella, decía en su postración, no recogería nada del suelo, aunque la mandaran a matar. Cuando Alejandro salió de su sopor, le ordenó levantarse y la joven lo obedeció.

El Amante del Sol de MacedoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora