Blinded ©

Capítulo 6

En cuanto la sudadera salió dejando al descubierto su rostro, esperaba que fuese a acabar en manos de Candice, pero en lugar de eso me la lanzó a mí en un acto tan repentino que casi se me cae al suelo. Genial. No era tan tonto como para no deducir el motivo por el que había sido obligado a quitársela. Sin embargo lo que más me preocupaba en ese momento era Thomas. Por si no había tenido suficiente con que me vomitasen encima, ahora tenía a mi lado a una bomba de relojería que temía que pudiese explotar en cualquier momento. Si abría la boca podía arruinarlo todo por más que yo intentase negar lo que saliese de esta hasta el día de mi muerte. Prefería ser la chica vómito a ser la babas. Había mirado, pero eso no significaba nada. No era el tipo de chica que se dejaba llevar por un físico. Si lo fuese lo tenía tan fácil como irme a cualquier gimnasio y disfrutar de un amplio catálogo en lugar de buscarlo en una estúpida fiesta. Pero lo que menos quería, era que Ethan me viese como una nueva opción más dentro de su baraja de cartas.

No estaba ciega, pero yo me enamoraba de una mente no de un simple cuerpo, así que estaba completamente fuera de su liga.

━ ¿Estáis esperando a ver cómo se la pone o qué? ━ preguntó ladeando la cadera para apoyar todo su peso en una sola pierna. ━ Gracias pero adiós. Volved con el resto y decidle a Edgar que estaré ahí en cinco minutos, pero que la próxima vez no me mande a sus perros de caza.

Thomas presionó los labios sin separar sus ojos marrones de los míos y por un segundo pensé que iba a exponer algo que yo quería que se quedase en un insignificante secreto, pero sus iris se desviaron finalmente hacia Candice y empezó a caminar hacia la puerta.

━ Qué simpática eres cuando estás de mal humor... ━ dijo abriendo la misma dejando que Ethan saliese antes que él.

━ Muy gracioso estas tu hoy, ¿no? Tsk...

En cuanto la puerta se cerró, exhalé largo y tendido como si acabasen de quitarme un peso de encima. Si sobrevivía a esa noche, podría superar cualquier cosa que la vida me echase en la cara.

Sujeté la sudadera boca abajo para alcanzar los bordes y  metí los brazos por dentro para ponérmela. Estaba aún caliente; una sensación agradable reconfortó mi afligido corazón que no se sentía preparado para enfrentarse a más desafíos. Por dentro su tacto era suave y aterciopelada. Poco a poco la fui deslizando hasta que cayó por su propio peso cubriendo gran parte de mi cuerpo. Era tan grande y gruesa que ocultó por completo el hedor que  pudiese desprender todavía mi vestido quedando solo el aroma del que estaba impregnada. Un olor que solo podía describir cómo...a café. No era exactamente eso, era una mezcla de café, menta, perfume y tabaco, pero lo que más predominaba era ese olor a café recién hecho.

La única pega era la talla. Él debía medir casi un metro noventa mientras que yo no superaba el metro sesenta. Me sobraban varios centímetros de manga y de largo me llegaba casi hasta la mitad del muslo. Me sentía como una niña probándose la ropa de un adulto.

━ Anda trae, que yo ya tengo experiencia con esto. ━ murmuró Candice acercándose a mí.

Hábilmente sus manos recogieron la parte inferior de la sudadera hacia dentro y me dobló el sobrante de las mangas de forma que tuviese cierto estilo. A saber cuántas veces debía haber hecho algo parecido. Medíamos prácticamente lo mismo si le quitaba el extra de altura que ganaba con esos tacones, así que la ropa de Edgar debía sentarle igual que a mí solo que ella tenía talento suficiente como para hacer que quedase bien.

━ ¿Cuanto llevas con él? 

No quería que todo lo que supiese sobre ella viniese de boca de Lucy. Quería empezar a conocerla por mí misma.

━ ¿Con Edgar? Yo diría que desde que tengo uso de razón. ━ se rió revisando el resultado de sus ajustes.

━ ¿A vuestros padres les iba ese rollo de emparejar bebés?