Capítulo 26

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Nota del autor:

Antes que nada quiero disculparme por la demora de este capítulo. Los profesores me han estando exprimiendo hasta la última gota de energía vital. Pero al fin, aquí esta. Espero que me perdonéis, porque mi cabeza no daba para más estas semanas.

Y gracias a todos los que os preocupasteis al ver que no subía el capítulo y que me habéis preguntado si todo iba bien. ¡Os amoo!


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El amor no está hecho para cobardes.

No sabía a ciencia cierta si le amaba. Pero prefería pasarme el resto de mi vida sabiendo que lo había intentado, a pasármela pensando en qué habría pasado si le hubiese elegido a él. Si me hubiese atrevido a remar en contra de todo lo que creía.

Los músculos que residían a ambos lados de su mandíbula se volvieron más prominentes. Un signo claro de que estaba apretando los dientes, y mis pulgares que abarcaban parte de sus mejillas, acariciaron aquella zona tratando de amansar los resquicios de ira que aún permanecían en su interior. Quizá había conseguido que de sus labios no saliesen más palabras que me mandasen lejos de allí, pero todavía no le conocía lo suficiente como para saber como dominar situaciones como esta.

━ Demuéstramelo ━ respondió finalmente aflojando la mandíbula.

━ ¿Es que esto no te sirve? ━ susurré pegando mi frente a la suya negándome a romper esa cercanía que tanto había añorado.

Después de todo el tormento que había estado sufriendo desde que salí por la misma puerta por la que acababa de entrar, estaba ahí, junto a él. Diciéndole que Josh no volvería a interponerse entre lo que fuese que había entre nosotros. Que quien me importaba había pasado a un segundo plano mientras que él se había convertido en el primero.

━ Me he cansado de fingir que no quiero estar cerca de ti... ━ añadí.

Si estábamos destinados a encontrarnos daba igual lo mucho que intentase apartarme del camino, daba igual lo mucho que mi mente luchase por anteponerse a los deseos de mi corazón. Porque cuando es real, cuando el sentimiento es verdadero, es imposible escapar.

La punta de su nariz recorrió la mía tan delicadamente que no me hicieron falta palabras para reconocer su significado. Corresponder a mis muestras de afecto con otra fue nuestro pacto de reconciliación. Al fin y al acabo, seguía pensado que nuestro mejor lenguaje era el de las miradas, y la suya había perdido parte de esa gélida aura que había podido apreciar al principio. Pero antes de que pudiese sellar ese momento con un nuevo beso, su diestra cogió una de mis manos y de un rápido movimiento me dio la vuelta hasta dejarme atrapada. Con la espalda pegada a su pecho y mi cintura en vuelta por su brazo.

Blinded ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora