El chico que tenía una precisión casi perfecta en sus manos, ahora coordinaba peor que un crío de cuatro años.
¿Quién se emborrachaba un lunes?
Tendría que haberme ido. Haberle dejado y que se las apañase solo. Al fin y al cabo, estaba delante de su puerta y no en un callejón lúgubre. No iba a pasarle nada malo más allá de pasarse posiblemente una hora luchando con la cerradura.
Pero no lo hice.
No podía cerrar los párpados y encerrarme entre las paredes de mi habitación. Intentar dormir se convertiría en una ardua tarea si de fondo le escuchaba seguir intentándolo una vez tras otra. Me sentiría como una maldita egoísta por no ayudarle. Aunque eso significase ir en contra de la única norma que me había impuesto. Alejarme de él.
━ Déjalo estar... ━ murmuré poniendo una mano sobre aquella con la que Ethan sujetaba las llaves.
Y fue ese contacto el que le llevó girar su rostro finalmente hacia mí, dándose cuenta de que estaba a su lado.
Tenía los iris rodeados por un color rojizo que resaltaba el color azul, casi grisáceo, de sus ojos.
━ ¿Alexa? ━ pronunció mientras recorría cada parte de mi rostro como si no pudiese enfocar con claridad. ━ ¿Que mierda te has hecho en el pelo?
Fruncí ligeramente el ceño tratando de averiguar a qué se refería hasta que levantó la otra mano y sus dedos pasaron tan cerca de mi mejilla que por un instante creí que iba a depositarla ahí. Tal y como lo hizo durante lo que duró aquel momento en el que mis labios fueron suyos. Y en lo más profundo de mi ser, una débil voz deseó volver a sentirlo. Sin embargo, pasó de largo para alcanzar el coletero que mantenía mis cabellos sujetos y tiró suavemente de este hasta que todos ellos cayeron sobre mis hombros. Fue en el camino de vuelta, cuando su índice me dejó una pequeña caricia sobre el cuello para luego dejar caer la mano.
━ Cuando lo llevas suelto me entran ganas de repetir lo que dejamos a medias...
━ N-no dejamos nada a medias. ━ respondí rápidamente para no darle a mi cabeza la oportunidad de colapsar.
Ni me había percatado de que no me había deshecho la cola al salir de la cafetería, y a pesar del alcohol, Ethan no había pasado ese detalle por alto.
━ Vamos. Te llevaré a...
Le quité las llaves para hacerme cargo de ellas, pero su evidente carencia de equilibrio le hizo acabar usándome como punto de apoyo. Por suerte, porque si se hubiese inclinado hacia el otro lado, mis raquíticos brazos no habrían podido levantar del suelo a un chico que medía casi dos metros. Así que cogí uno de sus fuertes brazos para que lo pasase por mis hombros, y mi cuerpo reaccionó al reconocer su calor. Inspiré profundamente pidiéndole a mis hormonas que me dejasen pensar con claridad.
¿Dónde iba a llevarle?
Si le llevaba a su cama tendría que abrir la puerta y meterme en su habitación sin su permiso.
━ Mierda... ━ susurré para mí misma.
Le tenía al lado, podía pedirle permiso y hacerlo en cuanto él me dijese que me lo concedía. Pero Ethan no era consciente de lo que hacía o decía. No me estaba dando un permiso real, sino nublado por el alcohol. De modo que me giré hacia mi puerta, pero no di ni un solo paso hacia delante. ¿De verdad iba a meterle en mi habitación? ¿En mi cama?
Maldita sea, era solo para que durmiese y se le pasase la cogorza que llevaba encima. Sacudí levemente la cabeza y me encaminé hacia ella teniendo que hacer casi malabares para evitar que Ethan se cayese. Saqué mis llaves y una vez dentro, cerré la puerta con el pié.
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Blinded ©
Teen FictionDicen que el amor es ciego... Que bastan sesenta segundos para ser consumida por sus llamas y acabar siendo esclava de la incertidumbre. Pero nadie me avisó de que esa venda caería lentamente sobre mis ojos y me convertiría en su marioneta. Una que...