━ Necesito que mantengamos esto como lo habíamos empezado.
━ ¿En secreto?
━ No es un secreto cuando todos mis amigos saben lo que hay incluso sin haberme visto comerte la boca. Pero prefiero que se quede ahí. La gente ya habla suficiente de mi vida a mis espaldas como para echar más gasolina al fuego.
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Eso fue lo que acordamos, o más bien lo que me pidió. Que solo quienes lo sabían mantuviesen ese privilegio pero que el resto del mundo viviese en la ignorancia. Y yo accedí.
No percibí maldad en sus palabras. No sentí que se avergonzase de mí o que la razón principal fuese el querer acostarse con otras. No después de todo lo que hablamos esa noche en la azotea. Incluso la persona más indiferente del planeta se cansaría con el tiempo de que a su paso todo lo que quedase atrás fuesen susurros que deformaban la realidad de su vida.
Hasta yo misma había sido testigo de ello.
Ni siquiera yo quería que nos convirtiésemos en el próximo rumor que recorriese la universidad. ¿Cuál sería el titular esta vez? ¿La nueva muerde almohadas de Ethan? Porque pareja no éramos aunque hubiésemos prometido que no habría espacio para nadie más. Así que sinceramente, prefería mantenerme entre las sombras hasta que decidiésemos ser más que dos almas perdidas. Aunque eso significase mantener a Lucy al margen por ahora.
"¿Vas a ser puntual por una vez en tu vida?"
Le pregunté en un mensaje antes de recogerme el pelo con un coletero frente al espejo.
Habían pasado seis días desde esa noche. Seis días en los que por diferentes razones no nos habíamos visto. Cuando no era él, era yo y al final esta espera se me estaba haciendo eterna.
Por lo visto ese mismo viernes, su padre había llegado de visita y tanto Ethan como Edgar habían estado pasando más tiempo en casa. Sí, su casa. Porque aunque supe desde el principio que se habían criado en Kenberg, que ambos durmiesen en la residencia había hecho que no cayese en el hecho de que debían tener una casa en alguna parte de este pueblo. Una que sentía cierta curiosidad por conocer.
Y este tiempo en el que no lo vi, hizo que por primera vez echase de menos que en cualquier momento por la noche se colase en mi habitación sin permiso aunque solo fuese para ver su cara.
Me puse un poco de cacao de labios y revisé un par de notas que tenía apuntadas en la libreta que esperaba que me sirviesen para la prueba de hoy. La última prueba teórica antes de lo que iba a ser el examen y que hasta ahora todos habíamos estado especulando en clase del profesor Shepherd sobre qué podía ser.
Pero el móvil vibró distrayendo a mi mente.
"¿Sabes cómo se piden los milagros?"
"De rodillas."
Mensajes. Eso era lo único que habíamos tenido durante esos días. Pero esta madrugada su padre se iba, o al menos debería haberlo hecho ya, y eso solo significaba que todo iba a volver. Quizá con más fuerza que nunca, porque esos mensajes acababan de crear en mi mente la escena más lasciva que había imaginado en años.
El nuevo nombre que le había puesto como contacto le venía que ni pintado. Ya no era Neiss, ahora era Lucifer. El ángel caído y mi alma perdida.
"Necesitas con demasiada urgencia satisfacerte a ti mismo."
Respondí con una sonrisa en los labios, pero antes de que llegase a bloquearlo, contestó.
"Te necesito a ti."
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Blinded ©
Novela JuvenilDicen que el amor es ciego... Que bastan sesenta segundos para ser consumida por sus llamas y acabar siendo esclava de la incertidumbre. Pero nadie me avisó de que esa venda caería lentamente sobre mis ojos y me convertiría en su marioneta. Una que...