Aturdida, Camile se echó a un lado para cederle el paso.
—¡Xing! ¡Xing! ¡Xing! —gritó la niña alegremente corriendo hacia él.
Yixing la cogió en sus brazos y la pequeña lo abrazó. Camile tuvo que reprimir las lágrimas al ver la ternura de aquel nombre.
La vida era injusta, Sunmi necesitaba un padre, alguien que la quisiera como, evidentemente, Yixing estaba dispuesto a querer al hijo que iba a nacer. Camile se aclaró la garganta.
—Hola, Yixing. Yo... espero que no te moleste la pregunta, pero... ¿a qué has venido?
Durante un instante, los ojos de Yixing lanzaron una furiosa chispa; sin embargo, desapareció antes de que Camile pudiera interpretarla.
—He venido por dos motivos —contestó él con voz suave—. El primero, quería ver qué tal estaba Sunmi y, por fin, he encontrado una excusa para hacerle una visita.
Yixing alzó la cabeza y contempló las rosadas mejillas de la niña.
—No cabe duda de que está mucho mejor de lo que podía imaginar.
—Sí, así es —le aseguró Camile—. El médico está encantado con su recuperación. Si quieres que te diga la verdad, se está convirtiendo en una pesadilla, teniendo en cuenta lo pequeño que es este apartamento. Bueno, ahora dime cuál es el segundo motivo.
Yixing dejó a Sunmi en el suelo y luego, enderezándose, indicó el sofá.
Sunmi salió corriendo a su dormitorio para volver a jugar con Xing, su foca, dejándolos solos.
—Jake me ha llamado —anunció Yixing.
¿Qué Jake se había atrevido a llamarlo? Volvió a sentir náuseas y en esta ocasión no las pudo reprimir. Respiró hondamente y luego salió apresuradamente del salón hacia el cuarto de baño.
—¿Cómo te encuentras? —le preguntó Yixing cuando ella volvió al cuarto de estar—. Vamos, túmbate en el sofá. Tenemos que hablar.
—¿Sobre qué?
—Sabes muy bien sobre qué. Camile, estoy encantado de que estés cuidando tanto del niño que va a nacer, pero estás arriesgando tu salud.
—Como ya le he dicho a Jake, tener náuseas es perfectamente normal. Ya casi estoy a finales del tercer trimestre. Cada día me siento un poco mejor. Pronto estaré completamente bien.
—Puede que tengas razón, pero no vamos a esperar a que se te pasen los mareos.
—¿Qué no vamos? —preguntó ella tratando de ignorar la súbita ternura que sintió.
—No. He llamado al médico antes de venir. Nos espera en su consulta dentro de media hora.
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dreams - yixing
FanfictionZhang Yixing necesita de un heredero lo más pronto posible.