Ya habían transcurrido dos semanas de la llegada de los estudiantes a la isla.
Camile se despertó una mañana al amanecer y se vistió rápidamente.
Con sigilo, se acercó a la puerta que comunicaba con la habitación de Yixing y llamó. Al no recibir respuesta, pensó que debía haberse marchado ya.
Sin embargo, quizá el instinto le hizo girar el pomo de la puerta y abrir.
El dormitorio de Yixing tenía más luz que el suyo va que las cortinas estaban descorridas. Camile se quedó quieta en el umbral de la puerta, contemplando la enorme cama que llenaba el espacio entre dos altos ventanales.
Yixing, inmóvil, dormía en ella.
¿Siempre dormía sin cubrirse con las sábanas? Estaba tumbado boca abajo con los brazos extendidos y las sábanas colgaban por los lados de la cama, cayendo al suelo.
No llevaba nada de ropa y su piel brillaba bajo los tenues rayos de sol que se filtraban por las ventanas. Su cabeza quedaba oculta bajo la almohada. Ella paseó la mirada por el cuello, los hombros, los poderosos brazos, la cintura... sus firmes nalgas y sus piernas largas.
Deseaba tocarlo, acariciar cada centímetro de su piel desnuda, estrechar su cuerpo contra el de él... llenarse de su potencia masculina. Pero no se atrevía.
Por fin, se dio media vuelta y comenzó a retirarse hacia su habitación.
—¿Camile? ¿Qué te pasa?
A sus espaldas, oyó el crujido de ropa. Yixing se puso los pantalones cortos que estaban en el suelo, junto a la cama.
—No me pasa nada. Sólo quería decirte una cosa.
—¿Sobre qué? ¿Sobre el niño?
—Sí.
—¿Qué? —preguntó Yixing alarmado acercándose a ella. Al momento, le puso las manos sobre los hombros.
—No te asustes. Es sólo que... creo que ahora podrías sentir sus patadas... si quieres.
Yixing la hizo volverse y la miró fijamente. Luego, su mirada se tornó fría y distante.
—Entonces... ¿has decidido que estoy capacitado para ser padre?
Camile comprendió inmediatamente el sentido de sus palabras.
—Todavía no he tomado ninguna decisión, pero eso no es razón para privarte de que sientas el desarrollo de tu hijo.
Yixing asintió en silencio, relajándose visiblemente al tiempo que clavaba los ojos en el vientre de Camile.
Camile le cogió una mano y se la llevó al vientre; el calor de él la distrajo momentáneamente.
—¡Se está moviendo! —Exclamó Yixing casi con reverencia—. ¡Se está moviendo! ¿Qué sientes tú?
—Es difícil de explicar —respondió Camile quedándose pensativa unos segundos—. No duele; al final del embarazo molesta, pero ahora no duele. Es como si sintiese que no estoy sola; en ocasiones, casi siento cosquillas cuando el niño da patadas.
—Siempre hablas de él, no de ella. ¿Estás segura que el médico no te ha dicho que va a ser niño?
Mientras hablaba, Yixing movió la mano y, por fin, subiendo la camisa de Camile, le puso la mano sobre la piel desnuda. Aquel contacto fue demasiado para ella, encendiendo la llama de su deseo.
En ese momento, Yixing bajó la cabeza y luego, alzó el rostro con expresión interrogante, pidiéndole permiso con la mirada.
Con eficiencia, Camile se subió la camisa un poco más.
—Vamos, hazlo. Y te aseguro que no sé si es niño o niña.
Yixing sonrió maliciosamente y luego pegó la cabeza al vientre de Camile.
—No me importa lo que sea, lo voy a querer igual. ¿Me oyes? Soy tu padre. No me importa que seas chico o chica. Lo que sí te digo es que tengo muchas ganas de tenerte en mis brazos.
Yixing rió encantado cuando volvió a sentir otra patada.
—¿Lo has sentido, Camile? ¡Me ha oído!
—Sí, lo he sentido —respondió Camile haciendo un esfuerzo por ocultar su emoción.
«Reconócelo», se dijo a sí misma.
«Lo deseas, lo amas. Quieres que te pida que te cases con él y quieres vivir en esta isla desierta durante el resto de tu vida, apartada de todo lo que, hasta ahora, has considerado importante».
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dreams - yixing
FanfictionZhang Yixing necesita de un heredero lo más pronto posible.