Voy sentada en el bus con mi cabeza recostada de la venta, bostezando cada dos minutos, me dormí después de las 3 de la mañana, ni tiempo tuve de tener pesadilla. Le doy un sorbo a mi café que llevo en mi vaso térmico, hoy necesito mucho café para no quedarme dormida.
Llegue temprano porque no prepare desayuno, metí unas rebanadas de pan tostados en m bolsa para mojarlas en mi café y desayunar con eso. Entro al cuarto para cambiarme, enciendo la luz y casi muero del susto que me provoca al conseguir alguien en el cuarto que creí vacío y además es un hombre, sentado en la orilla de la cama.
Parpadeo con las manos sobre mi pecho, intento respirar profundo para salir de mi asombro y recupera la normalidad de mis signos vitales. El gira su cabeza para verme y sí, es quien yo creí, es el doctor Lares pero ¿qué hace aquí? y en este cuarto, esto es otra de mis pesadilla o más bien un sueño, me toco y me pellizco... y siento el dolor, se siente real pero no puedo confiar en mi mente.
-Buenos días ¿cómo estás? -me dice.
-Aquí tratando de no morir por el susto, buenos días- digo y el ríe viendo al piso tratando de despertase aun, tiene más cara de cansancio que yo. No lleva puesta su camisa de raya sino una camiseta blanca ceñida al cuerpo, se ve muy bien, hasta para estar recién levantado... borro esos pensamientos de mi mente, por favor no, es muy temprano para empezar. Cierro la puerta del cuarto como siempre, camino hacia mi loker y saco las llaves de mi bolso para abrirlo - ¿y eso? ¿Qué le paso que se quedó durmiendo aquí?-.
-Termine tarde, muy tarde, la consulta y no me quise ir manejando tan tarde- dice mientras se coloca su camisa de rayas de ayer e intenta peinar sus cabellos rebeldes. Se ve... sexy así. Siente el peso de mi mira y levanta su cabeza para verme y sonríe.
-¿Que? ¿Tan mal me veo?- me pregunta con su ojos pequeños por estar recién levantado, es la primera vez que lo veo sin sus lentes. Me rio
- no, al contrario- ¡mierda! lo dije sin pensar. Otra vez mis mejillas me traicionan.
-¿En serio?- pregunta y se rie, se burla de mi como siempre. Me molesta.
-Toma- le digo de mala gana y le extiendo la mano para dale mi vaso de café- toma, esto es lo que te hace falta- Lo recibe y toma de él. Mientras yo consigo mis llaves y abro mi loker. Me agacho para abrir y revísalo...
-Te quedo muy bueno, gracias- me dice.
-Gracias. No sabía que estabas aquí sino habría hecho más, pero bueno. Si quieres tómatelo mientras que voy al baño a cambiarme y así también tú te arreglas- digo sin mirarlo, estoy ocupada sacando mi uniforme, las medias, los zapatos, el peine y mi perfume.
-Yo no tengo problemas de arreglarme frete de ti, no veo ¿por qué no te puedas cambiar al frente de mí?- dice de forma despreocupada. Giro con mis cosas en las manos y me le quedo mirando incrédula.
-¿Que? ¿Dije algo malo?- Me pregunta con inocencia mientras se levanta y camina hacia mí. Otra vez no por favor. ¿Que se supone que debería de hacer? lo odio por no dejarme pensar.
Me incorporo y me recuesto de los loker al detenerse frente de mí, lo tengo tan cerca, que tengo muchas ganas de salir corriendo, recuerdo que yo misma cerré la puerta, ahora estoy aquí con él dentro de un cuarto...
-No, si, no sé... Me confundes- digo bajando mi mirada. La concentro en su pecho.
Acuna mi mejilla derecha en su mano izquierda y hace que levante mi rostro para mirarlo a los ojos.
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Sala de Espera
RomanceEstela es una chica, recien graduada de enfermera , viuda y con 1 hija. Su vida siempre se visto envuelta en relaciones tóxica y dolorosas, además de no poder evitar despertar envidias, pasiones en su ambiente laboral. No entiende ¿Qué le pueden env...