Capítulo 13 Las locuras de Luna

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Un día más llega, me levanto de la cama, me tomo una pastilla para el dolor de cabeza y estoy lista para comenzar otra vez la rutina a la que ya me estoy acostumbrando, gracia a Dios ya va cediendo mi menstruación. Nos arreglamos, mi niña y yo para comenzar otro día, hoy llevo una blusa sin mangas, de tirilla holgada de flores, blue jean y zapatos deportivos. Dejo a la niña con Carmen y salgo corriendo para agarrar mi bus al trabajo.

Llego, saludo a las personas que también trabajan en el hospital como siempre, me cambio, me consigo a Luna que también se está cambiando y sale dispara dejando las llaves del loker colgando de él. Firmo y me voy a trabaja con la Sra. Adelina, hacemos todo el recorrido y luego comenzamos a trabajar, Luna llega al star con cara de preocupación.

-Perdí la llaves de mi loker ¿qué voy hacer ahora? junto con esa llave están las de mi casa ¿qué voy hacer ahora?- repite.

-Luna... - intento decirle que yo tengo sus llaves pero me interrumpe.

-¿Que voy hacer yo ahora? tengo que comprar cerradura nueva del loker, y saca nuevas llaves de mi casa- continua ella.

-Luna, escúchame...- me vuelve a interrumpir.

-Imagínate ¿con que tiempo y dinero voy hacer eso?- dice mientras saca su móvil y empieza a marcar un numero- hola, a que no sabes lo me paso... se me perdieron mis llaves...- se corta al ver lo que saco de mi bolsillo- olvídalo, ya las conseguí- dice viendo al techo con cara de vergüenza- ... si, si tú sabes como soy para que me contestas- dice riendo y cuelga la llamada.

-¿Las deje colgando en el loker?- me dice como si estuviera preguntando pero en realidad está afirmando.

-Si- confirmo.

-Bueno, ya tú sabes que estoy loca- me dice.

-Si- vuelvo afirmar.

-Entonces no hay más de que hablar- concluye.

Reímos y pasamos la página de lo sucedido. Pero en definitiva, tengo que andar cuidándola. Hoy viene el otorrino, traumatólogo, cirujano, ginecólogo y el internista. Buscamos y hacemos historia, a Luna la viene a buscar otra vez el mismo muchacho que trabaja aquí en el hospital y que la vino a ver la otra vez. Se quedan un rato conversando y luego él se va y ella vuelve a entrar al star.

-Tú y él tiene algo ¿verdad?- digo sin poder aguantar la curiosidad.

-¿Cómo te distes cuenta?- me pregunta.

Yo solo me le quedo mirando

-¿Tan evidente es?- me pregunta

-Más de lo que te imaginas- le respondo.

-Y eso que tratamos de disimúlalo- me dice con cara de fracaso-¿sabes? no está permitido que los empleados tengan relaciones personales entre si- me explica.

-Si, lo sé- le digo asintiendo.

- tratamos de mantener una relación de amistad frente a los demás- dice mirando al vacío- pero creo que no lo estamos logrando- dice mirándome a mí, en búsqueda de una reacción.

-Creo que no, o yo... es que yo soy muy detallista- digo para quitarle un poco de culpa a ella.

-No quiero arriesgarme a que nos despidan pero... ¿cómo disimular algo más grande que yo?... yo quiero... pero es difícil ¿sabes?- me dice y voltea a mirar unas historias que están sobre el escritorio.

-No voy a decir nada, no es mi asunto, sino el de ustedes- sonrió.

-Gracias, Estela- dice sin apartar la mirada de las historias.

No digo ni una palabra más y la imito, solo nos concentramos en el trabajo. Casi al medio día recuerdo que no he comido y busco mi desayuno. A veces fantaseo con preguntarle por el doctor Lares, pero me cohíbo, no es mi problema si está casado o no... pero ¿porque me mintió? Luna podría ayudarme con mis dudas... pero ¿a cuenta de qué? Me convenzo de que no debo preguntar nada, no es mi asunto, y si me mintió... ps es su problema, total, es un hombre como cualquier otro. Termina la jornada laboral, los doctores se despiden de nosotras, esperamos a la otra enfermera que nos recibe la guardia, bromeamos y nos vamos a cambiar. Salimos después de firmar y tomamos el mismo bus de camino a casa. Hablamos un poco más hasta que Luna llega a su parada, ella vive a unas cuadras más adelante que yo. Me quede con las ganas de preguntar sobre... nada, no hay nada que preguntar.

Llego a la casa paso a saludar a Aracelis, me como el almuerzo junto a un café. Subo a mi casa, me tomo otra pastilla para dolor de cabeza. Coloco ropa a lavar, me introduzco en el baño y me ducho, me coloco ropa cómoda, busco la ropa que se estaba lavando, la llevo a ordenar y repito la operación con la lavadora, termino de ordenarlas. Trato de mantener mi mente ocupada y no pensar en ese doctor, todo por culpa de Andreina. Bajo a casa de Aracelis a esperar a Carmen y a las niñas.

Llega Carmen, cuenta cosa nuevas que le pasaron con Ángel, el cree que la va a volver loca pero primero lo va a terminar siendo el. Llegan las niñas en el transporte, las recibimos pero nos quedamos un tiempo más en la casa de Aracelis hasta que por culpa de la hora tenemos que irnos a nuestras casas. Mi niña esta vez no me necesita para hacer las tareas, así que me dispongo hacer la cena, cómenos y al terminar cada quien se arregla para dormir, pero decido sentarme en la computadora para revisar mi Facebook, mientras reviso mi WhatsApp. Ya las muchachas de la U están planificando la salida de este fin, están locas, todavía falta para llegar a esos días, les escribo, se ríen, me dicen agua fiesta y me recomiendan que me integre. Termino de revisar las notificaciones, noticias y estados, Dani está muy feliz con su nueva novia, hacen buena pareja, me alegro por él. Decido irme acostar para leer mi libro mientras que me duermo.

Suena la alarma la apago pero noto que no estoy en mi cuarto, estoy encerrada en una caja o celda, no lo sé con exactitud. Entra luz solo por el techo, de pronto comienzan a golpear las paredes y las paredes de esta se comienza hacer más estrechas, más y más, a cambio mi angustia crese, más y más. Creo que están arrastrando la celda, no estoy segura, estoy paralizada por el terror, después de un par de golpes más, comienza a caer como por una ladera rocosa (o es lo que noto a través de mi miedo) porque la celda empieza a dar vueltas dando tanto golpes que queda a mi medida, sigo sin saber que pensar o hacer y de pronto deja de caer ¿será que está cayendo de la sima de un pico? Lo pienso por el vacío en mi estómago al sentir como la gravedad me jala. ¿Qué va a pasar cuando toque el piso? y me asusto mucho, no me quiero imaginar el golpe tan grande que se va a dar la celda y ¿mi cuerpo? Por fin, escucho el golpe y lo siento, mi cuerpo se aprieta y se contrae, no puedo respirar, no me puedo mover. Siento la inmensa necesidad de respirar y estirarme, pero no puedo, siento que, que... y de pronto logro moverme, lo hago con mucho esfuerzo y sacando fuerza de donde no las hay, saco mis brazos y abro los ojos.

Me incorporo de la cama al despertarme de la pesadilla y grito, logrando así llenar mis pulmones de aire por fin. Me toco, toco a los lados y descubro que estoy en mi cama y en mi cuarto, me recuesto un momento para dale gracias a Dios mientras recupero mi ritmo cardíaco y respiraciones. Luego busco mi celular para ver la hora son casi las 5 de la mañana ilumino mi habitación con el brillo de mi celular y me aseguro que estoy en ella, cada noche mis pesadillas se sienten más reales, ya no puedo reconocer cuando estoy dormida o despierta, a veces tengo miedo de que pasaría conmigo si muriese en una de ellas.

Sala de EsperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora