Vemos llegar la meru, nos vestimos, recogemos nuestras cosas y nos marchamos hasta la casa, los recibimos. Vamos de nuevo a la playa, ellas están encantadas con la soledad de la playa, es fabulosa para las fotos. Alejandro y Eduardo conversan con sus respectivos vasos de wiski, sentados bajo una sombrilla. Después del mediodía vamos a la casa, Alejandro y Eduardo cocinan parrilla en la parrillera que hay en su jardín, mientras que nosotras estamos en la piscina. Se escucha de fondo "vamos pa la playa" de Farruko".
Ellas no dejan de hablar sobre la suerte que tengo y lo perfecta de la casa, zona y Alejandro por supuesto. Por Dios, claro que tengo muchísima suerte.
-Te ves diferente- me dice Judith.
-Debe ser la playa- contestó tratando de sonar despreocupada.
-No, yo diría que es el amor- me contradice Judith.
-Que amor, ni que nada, es el pene de Alejandro- contesta Rosa sin dejarme hacerlo yo.
-Rosa por Dios, baja la voz, no es nada de esas cosas- niego para no hacer más alboroto. Me da pena.
-Te ves diferente a ayer- confirmar Alexandra.
-Ayer me vieron de noche - ya no tengo más que decir.
-¿Vas a negar que te estás acostando con ese hombre? Pregunta asombrada Lana.
-Psss... no, bueno sí, quiero decir, no lo voy a negar - estar con él es lo mejor que me ha pasado.
-Y ¿qué tal es? Se le nota que sus zapatos son talla 45 y quién sabe si...- fantasea Rosa.
-Es espectacular, ok. Ya ¿sí?- digo para cortar las ensoñaciones de Rosa.
-No, más detalles, más...- pide Alexandra.
-No, solo diré que es espectacular en todos los sentidos. Y ya, fin del tema- no me siento como hablando de estos temas y menos con Rosa tan interesada en él.
-Eres una... Egoísta y aburrida- finalizada Rosa.
Terminan la parrilla y comemos entre risas y bromas en el comedor del jardín, luego volvemos a la piscina. Las chicas estamos de un lado y ellos en el opuesto, Alejandro se quita la camisa y se mete en la piscina, deja a mis amigas con la boca abierta, por su cuerpo tan cuidado y formado. Nada hasta donde estoy y me abraza para besarme. Eduardo se queda sentado del otro lado de la orilla, yo solo espero que nadie note sus rasguños, me deja allí con mis amigas, después de la bulla que ellas arman, vuelve a nadar hasta donde estaba y se sienta con Eduardo de nuevo.
Mis amigas por supuesto que notaron los rasguños y me hacen bromas de la noche que pase y que he pasado con él, dicen que con razón tengo morados en el cuello y hombros, mierda es verdad, se me había olvidado. Tonteamos un rato más hasta mitad de la tarde, deciden irse por que Eduardo tiene cosas que hacer mañana y Alexandra y Judith tienen que trabajar, los despedimos en la puerta y volvemos a entrar, decidimos aprovechar la piscina para nosotros y nadamos un poco, Alejandro se sienta en el borde de la piscina y yo me meto entre sus piernas aún en el agua.
-¿Que tienes?- le pregunto.
-Eduardo sabe que tu amiga lo está utilizando y que en cualquier momento ella lo va a cambiar por otro- me dice mirando el horizonte.
-Sí, yo sé, ella siempre hace eso- le digo, sin entender su punto.
-¿Y tú? Tan joven que eres... ¿de verdad te gusta un hombre que te lleva 14 años?- me pregunta y yo me ofendo con lo que dice ¿qué piensa? ¿Qué estoy con él para sacarle dinero? Yo no soy como ella.
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Sala de Espera
RomanceEstela es una chica, recien graduada de enfermera , viuda y con 1 hija. Su vida siempre se visto envuelta en relaciones tóxica y dolorosas, además de no poder evitar despertar envidias, pasiones en su ambiente laboral. No entiende ¿Qué le pueden env...