Perder a las personas que amamos es justo lo que nunca queremos, es a lo que más le tememos y es lo que más cuesta superar.
Mi abuela no soportó todo eso, ella solo no pudo más y nos ha dejado. La mujer que me crió y me enseñó todo lo que sé, se ha marchado y siento que estoy perdida, a la derriba, siento que no podré reponerme de este dolor.
La casa está llena de gente y yo tengo que estar de pie y recibir las condolencias. Alessandro no quiere ver a nadie y Raffaelle luce aún más devastado y eso que aún no sabe lo que sucedió con mi abuela, aún no sabe que fue la noticia en el periódico lo que la puso mal y fue la idiota de Ivanna la que debió amentar su molestia y provocar su derrame.
Estoy llena de rabia, de rencor y he jurado por mi vida que voy a acabar con esa tonta mujer.
— ¿No quieres comer algo? —pregunta Patricia, yo niego— Sophia, no puedes estar sin alimentarte.
— No tengo hambre...
Me pongo de pie cuando unos amigos de mi abuela se acercan a mí y me dan sus condolencias. Los invito a entrar y vuelvo a tomar asiento.
— ¿Has visto a mi hermano? —pregunto buscándolo entre la gente.
— Está en el jardín con esa —le regalo una mala mirada cuando se refiere a Daniela de ese modo— perdona... he olvidado que ustedes son amigas.
— Lo somos y dejaré de ser la tuya si sigues con esa mala actitud...
— No sé cómo puedes defenderla, ¿No viste lo que salió en el periódico de su amiga?—respiro profundo y me pongo de pie— ¿Cómo sabes que ella no es igual?
— Procura no repetir semejante estupidez y sobre todo trata de que mi hermano no te escuche porque si te echa de aquí no voy a oponerme.
Camino con la intención de volver a mi habitación pero la rabia se apodera de mí cuando escucho a mi tía Isabelle insultando a Raffaelle.
— El dinero no te da la clase —grita la anciana sobre él— Y eso es algo que no tienes... Ahora, ¿por qué no te largas de aquí?
— Tía... —interrumpo tratando de controlar mi molestia.
— Sophia, cariño, mira lo que este recogido le ha hecho a tu primo.
Observo a Fabiano limpiando la sangre que aparece en su boca y luego miro a Raffaelle regalándole una mala cara por dejar que le hablen así. Respiro profundo y me acerco a él, lo tomo del brazo y hasta parece sorprendido.
— Raffaelle no es un recogido —Le aclaro a mi tía— Él es hijo de mi nonna... así que le agradeceré que no vuelva a llamarlo de ese modo.
— ¿Ahora resulta que tú me dirás lo que tengo que decir o no?
— Mientras esté en nuestra casa, tendrá que respetar a los miembros de mi familia... y esos son mi hermano y Raffaelle.
— Yo pensé que tú eras distinta al malcriado de tu hermano pero...
— ¡No siga, tía! —Le advierto con una voz amenazadora— No hable mal de mi hermano porque haré que la saquen de nuestra casa.
— ¡No serías capaz! —No tienes ni idea de lo que soy capaz, quería tía.
— No me subestime... tía.
Ella sostiene al idiota de Fabiano y se va furiosa directo a su auto. Admito que me siento agradecida de que se marchen, no me gusta ver a mi hermano de peor humor por culpa de ellos. Intento calmar mi mal humor pero todo empeora cuando veo a Ivanna y su familia aparecer frente a nosotros y aunque quiero echarla de mi casa, sé que no puedo hacerlo, no con Raffaelle allí, él sospecharía y lo que menos quiero es que piense que es culpable de lo que sucedió con mi nonna.
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Demente Amor - Los Baccherelli
Teen FictionSophia creció en un hogar lleno de gritos y maltratos, un hogar que distorsionó la palabra amor en su corazón y la hizo saber que en un mundo en guerra, las niñas ya no deben esperar por un príncipe. De carácter fuerte, decidida y segura de lo que...