Sus manos se mueven suaves sobre mi cabello largo. Lo peina con cuidado y yo espero impaciente que termine de arreglarme.
— Quizá el próximo mes nos iremos de vacaciones—susurra papi con una voz gruesa.
— ¿Con Ale?
— Sí, y con mami... hace mucho que no viajamos... podemos celebrar el primer año de tu hermano en otro lugar.
— ¡Sí!
Sonrió encantada al oírlo, la idea de viajar todos me emocionaba.
— Listo So... quedaste hermosa... te pareces tanto a tu mami. —Le toco el cabello porque es lo único que tengo como él y vuelve a sonreír—. Sí, por lo menos mi cabello tienes.
— Y Ale el de mami.
— Sí, Ale se parece mucho a mí, pero con el cabello de mami.
Me besa la frente y me ayuda a bajar de la cama, toma mi mano y juntos caminamos hacia la salida. Papá es grande y fuerte, su sonrisa es hermosa... me gusta como sonríe y me gusta cuando toma mi mano porque sé que con él siempre estaré bien, sé que va a cuidarme como cuida a mami y a Ale.
Papá abre la puerta y sonrió al ver a tía Fabiana, corro para abrazarla pero ella me hace a un lado y me sonríe algo molesta.
— Vaya, creo que llegué en mal momento —susurra mirando a papá—. ¿Vas de salida?
— Sí, iré a casa de mamá...
— ¿Y tu mujer?
— Ella y Alessandro están allá... mamá fue con ella al pediatra para su control...
— Ohhh ¿y el padre abnegado por qué no fue?
— Acabo de llegar del hotel —respondió papá.
— Bueno, de todos modos no tienes que ir... ni siquiera es tu hijo.
En ese momento no entendí a lo que se refería, pero papá no dijo nada, tomó mi mano y me llevó hasta su auto. Me subió en el asiento posterior y abrochó el cinturón.
— Traje algo nuevo...—susurró la tía.
— Te dije que estoy intentando dejarlo... —respondió papi mientras aseguraba mi cinturón.
— ¿Por qué? ¿Por qué a tu esposa no le gusta que te diviertas?
— Me tengo que ir. —Papá cerró mi puerta y caminó delante del auto, la tía lo siguió y cuando él estaba por subir, ella lo detuvo.
— ¿Seguirás jugando al padre ideal?
— ¡No es un juego! —respondió papá molesto—. Se trata de mi familia... quiero que las cosas estén bien... estoy intentando cambiar, Soledad no merece que la vuelva a lastimar.
— ¡Es una prostituta! —gritó ella.
— No lo es —susurró papi. — Es la mujer que amo... me enamoré Fabiana. —La tía empezó a llorar—. No puedo siquiera imaginar mi vida sin Soledad... menos ahora que tenemos otro hijo.
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Demente Amor - Los Baccherelli
Novela JuvenilSophia creció en un hogar lleno de gritos y maltratos, un hogar que distorsionó la palabra amor en su corazón y la hizo saber que en un mundo en guerra, las niñas ya no deben esperar por un príncipe. De carácter fuerte, decidida y segura de lo que...