Capítulo 16

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Sus manos se mueven suaves sobre mi cabello largo. Lo peina con cuidado y yo espero impaciente que termine de arreglarme.

Quizá el próximo mes nos iremos de vacaciones—susurra papi con una voz gruesa.

¿Con Ale?

Sí, y con mami... hace mucho que no viajamos... podemos celebrar el primer año de tu hermano en otro lugar.

¡Sí!

Sonrió encantada al oírlo, la idea de viajar todos me emocionaba.

Listo So... quedaste hermosa... te pareces tanto a tu mami. —Le toco el cabello porque es lo único que tengo como él y vuelve a sonreír—. Sí, por lo menos mi cabello tienes.

Y Ale el de mami.

Sí, Ale se parece mucho a mí, pero con el cabello de mami.

Me besa la frente y me ayuda a bajar de la cama, toma mi mano y juntos caminamos hacia la salida. Papá es grande y fuerte, su sonrisa es hermosa... me gusta como sonríe y me gusta cuando toma mi mano porque sé que con él siempre estaré bien, sé que va a cuidarme como cuida a mami y a Ale.

Papá abre la puerta y sonrió al ver a tía Fabiana, corro para abrazarla pero ella me hace a un lado y me sonríe algo molesta.

Vaya, creo que llegué en mal momento —susurra mirando a papá—. ¿Vas de salida?

Sí, iré a casa de mamá...

¿Y tu mujer?

Ella y Alessandro están allá... mamá fue con ella al pediatra para su control...

Ohhh ¿y el padre abnegado por qué no fue?

Acabo de llegar del hotel —respondió papá.

Bueno, de todos modos no tienes que ir... ni siquiera es tu hijo.

En ese momento no entendí a lo que se refería, pero papá no dijo nada, tomó mi mano y me llevó hasta su auto. Me subió en el asiento posterior y abrochó el cinturón.

Traje algo nuevo...—susurró la tía.

Te dije que estoy intentando dejarlo... —respondió papi mientras aseguraba mi cinturón.

¿Por qué? ¿Por qué a tu esposa no le gusta que te diviertas?

Me tengo que ir. —Papá cerró mi puerta y caminó delante del auto, la tía lo siguió y cuando él estaba por subir, ella lo detuvo.

¿Seguirás jugando al padre ideal?

¡No es un juego! —respondió papá molesto—. Se trata de mi familia... quiero que las cosas estén bien... estoy intentando cambiar, Soledad no merece que la vuelva a lastimar.

¡Es una prostituta! —gritó ella.

No lo es —susurró papi. — Es la mujer que amo... me enamoré Fabiana. —La tía empezó a llorar—. No puedo siquiera imaginar mi vida sin Soledad... menos ahora que tenemos otro hijo.

Demente Amor - Los BaccherelliWhere stories live. Discover now