29. LA HUIDA pt. 2

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Mientras tanto, los novios y los padrinos habían llegado a la habitación nupcial, donde dos criadas esperaban ya con agua fría, paños y sanguijuelas para sangrar a la novia desmayada. Ellen las despidió a las dos, diciéndoles que lo haría ella misma. Ninguna le replicó y se limitaron a marcharse ante la orden de su señora. Al dejarla Blair, con suavidad en la cama, Mairi despertó como si de una bella durmiente se tratara, con un suave beso en los labios de su ya, marido. Ellen los miró extrañada. "¿Acaso aquellos dos también se habían enamorado de verdad, a pesar de las tropelías de Lovat?." Pensó mientras los recién casados sonreían y se miraban a los ojos como solo las parejas enamoradas se pueden mirar. Blair asintió y fue hacia la cómoda, de donde sacó un enorme monedero así como un bolso lleno de joyas y se los dio a su sorprendidísimo hermanastro.

-Sé que no he sido el mejor hermano del mundo, Brian. Sabes como es la vida en Beaufort. –sonrió con ácida ironía dejando ambos bolsos en manos del otro. –Se limita a la supervivencia y aunque yo sea el mayor, Morwan siempre ha sido el preferido de padre, por su crueldad... y tú. Tu eres un zorro de Lovat, siempre lo dice y se queja de no poder dejar la heredad en tus manos cuando muera... -un deje de amargura se deslizó en su voz. –Así que yo simplemente podía sobrevivir, hermano... -miró a los ojos a Brian, quien asintió con la cabeza. –No soy tan simple como todos creeis. Pero me conviene, ya que no gozo del favor de nadie... como tú, Brian. Opté por ser el simple, el tonto de la familia. Tu optaste por luchar y buscar un hueco en ella... -sonrió a Brian con astuto orgullo. –No solo tu eres un zorro de Lovat, lo que pasa es que padre no se ha dado cuenta, porque a mi no me interesa continuar su legado... Una cosa es parecer tonto, hermano... Y otra muy distinta, serlo...

Las lágrimas acudieron a Brian al conocer en realidad a su hermano mayor por primera vez y casí dejó caer al suelo su carga al abrazarlo. Los dos estuvieron un rato abrazados, igual que Mairi y Ellen. Al terminar, fue ésta última la que retomó la palabra.

-Blair y yo discutimos la forma de ayudaros cuando Ellen me contó su plan de fuga y los motivos. –miró a su amiga con amor. –Me ha apenado mucho comprobar que aquí existen el mismo tipo de serpientes que me encontraré en Beaufort. –extendió su mano hacia Blair , quien la tomó y besó su palma con devoción. –Por eso decidimos daros todo nuestro dinero y joyas. Así tendréis más capital para invertir en Lallybroch y dinero para el viaje. Aunque creo que Ellen tiene su propio plan para recaudar fondos. ¿No es así, amiga?

Ellen asintió con la cabeza y dejó el sitio en la cama que ocupaba junto a Mairi. Se puso frente a Brian y amorosamente abrazó su cintura, sin dejar de mirarlo directamente a los ojos, mientras el la ceñía de igual forma, sonriendo como un bobo. –Hay un pasadizo detrás de las cocinas, que descubrimos Murtagh y yo cuando eramos pequeños y yo estaba proyectando la construcción de mi bañera... -una luz traviesa recorrió los acerados ojos de Ellen y su sonrisa se ensanchó sin dejar de mirar a Brian. –Huiremos por ahí tu y yo. La salida está mas allá del castillo. Lo que no se es como hacernos con caballos. Quizá tengamos que caminar hasta el pueblo y comprar unos...

-No. –la interrumpió él, haciendo que sus rojas cejas se alzasen con sorpresa casi hasta el nacimiento del pelo. Ese gesto iba a ser una señal de identidad de la que sería su familia, su hijo, su nieta Brianna... tan igual físicamente a ella... -Murtagh nos esperará en el bosque con los caballos para huir. –se inclinó a ella como para besarla, cosa que hizo de forma muy fugaz en el cuello, poniendo la carne de gallina a Ellen y haciendo flaquear sus piernas, aprovechando para hablarle al oído. - Murtagh y Robena nos están esperando con los caballos en el bosque. –sonrió él. –La señora Fitz, ¡Dios la bendiga!, la ha escondido en el ala de los criados y ella misma con un hombre la han acompañado a su habitación a por algo de ropa y todas sus cosas de valor. Murtagh sacó antes los caballos, aprovechando que todo el mundo está en el Salón. –Ellen lo miró muda, sorprendida de que su amado fuese tan astuto y bueno haciendo planes, como ella. Como agradecimiento, le devolvió el beso, pero justo detrás de la oreja, aprovechando para rozar su piel con la punta de su lengua, haciéndole llegar olas de placer a todo su cuerpo. Brian boqueó sorprendido por el inusitado gesto y se alejó de ella, tratando, de todas formas, de controlarse, pues en ese momento, si seguía cerca de ella, iba a haber mas de una consumación en aquella cama. Y por ahora, no se lo podían permitir. Tenían que pensar en la huida. Después... quien sabía...

-Ah, bien... -Ellen se aclaró la garganta, algo azorada también. –Había pensado huir por ese pasadizo, ya que tengo todas mis cosas de valor y algo de ropa aquí. Mairi me ayudó antes de la ceremonia a sacarlo todo sin que nadie se diera cuenta. –vio como Brian sonreía, se inclinaba y sacaba un saco de cuero de considerables dimensiones de debajo de la cama. Al parecer, él también había tenido la misma ocurrencia y Blair le había ayudado a esconderlo todo allí. –Pero necesito que me acompañes a un sitio, pues puede ser algo peligroso y necesito que me cubran la retaguardia... -Brian arrugó el entrecejo, pensando qué se le había podido ocurrir ahora a aquella mujer, pero la siguió fuera de la habitación de todas formas. No había nadie en el pasillo y les llegaba el murmullo de los juramentos formales a Colum a través de la galería por la que estaban pasando. Brian miró un momento hacia abajo y vio a un hombre inclinado ante su Señor, que soportaba estoicamente en pie, con el nuevo "quaich" en la mano mientras le juraban fidelidad. Una vez que el hombre terminó, Colum bebió un sorbo del "Rhenish" que contenía el cuenco y el hombre otro sorbo, estallando el publico en vítores, y así hasta que llegaba el siguiente, y el siguiente... Parecía que todo iba según lo previsto. Dougal estaba apoyado contra el vacío sitial, vigilando a la concurrencia con la mano puesta en su puñal y Letitia, regia en vestuario, joyas y pose, parecía una estatua cubierta de pieles de zorro rojo, sentada muy erguida en su sitial, en total silencio.

LAS PERLAS Y EL JABALI (FANFIC DE OUTLANDER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora