Pasadas las 00:00

Dementor

Todo permanecía estable, normal, igual al resto de los otros días. Las risas se posaban en nuestros labios y estallaban en mil carcajadas rebotando cada partícula de alegría contra cada uno de nuestros cuerpos. Todo estaba bien, y de repente, tu llamada. Esa llamada nos paró el tiempo, hizo que todo fuese más lento, aún recuerdo como la cara de mi padre se volvió más triste, la mirada se le apagó y se volvió todo más tenue dentro de él, como si volviese a recordar todo por lo que ya había pasado antes por tu culpa. Volvías a la carga, te volviste a posar en alguien cercano queriendo absorberlo, eres como ese dementor en Harry Potter que se alimenta de los miedos, que se acerca a su presa y en un beso le arrebata la vida. Te has llevado demasiadas ya, demasiados soldados he visto caer ante ti, unos en meses, otros en años, pero eres realmente difícil de esquivar. He rondado en habitaciones llenas de sueños rotos, esperanzas que te llevas de personas inocentes, esbozos de oasis de otra vida donde no les haya tocado vivirte. Lo más triste de todo... Es que no invades solo cuerpos de víctimas, calas hondo en el alma de la gente que rodea a tu presa, conviertes su rostro radiante en un cuadro lleno de enigmas, preocupaciones, tormentos y miedos. Sin embargo, he oído entre pasillos que hay soldados que consiguen vencerte, que te plantan cara y no dejan que te apoderes de ellos, hay soldados firmes, rectos y a esos no eres capaz de destruirles. Te llevaste contigo a personas realmente importantes, y cuando todo parecía calmado, llegas de nuevo a invadir el cuerpo de otro ser querido. Vengo a decirte, que ahora te toca perder a ti, que a pesar de habernos ganado todas las batallas, las ganas de vencerte las superan. Que no volverás a dejarnos ese vacío, que ahora subiremos a ese hipogrifo a sacarle de la torre, y tú, te quedaras deambulando con vacío, esperando a posarte en otro ser, porque a este, te aseguro que no me lo vas a arrebatar.

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