Propuesta.

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Si había algo que le gustaba a Tony  Stark, era un desafío.

Steve Rogers era el premio mayor.

Le encantaba provocarlo.

Mientras más tiempo pasaba con él, se sentía aún más cautivado. Pero sabía que los métodos convencionales no servirían con él.

No le sorprendió que el rubio irrumpiera en su laboratorio luego de su conversación en la azotea.


—Tenemos que hablar. —Dijo con esa seriedad que le caracterizaba.


—¿No es una conversación lo que hacemos ahora mismo?. —Señalo a ambos con ironía.


—Las cámaras. —Se cruzó de brazos molesto.


—Son muy efectivas, sirven para inmortalizar imágenes de personas y objetos. —Dijo divertido apoyándose en la mesa.


—No las vuelvas a poner. —Exigió molesto.



—Era una broma, deberías calmarte viejo. —Sonrió divertido. —No niego que nada me gustaría más que verte así, pero prefiero hacerlo en 3D, sino te importa.


—¿Qué pretendes con esto?.



—Yo creía que mis intenciones eran claras. —Se cruzó de brazos. —Supongo que debo de ser más obvio, no?.


—No es divertido Tony. —El castaño estaba luchando para no reírse de la cara del mayor.


—¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo sólo por diversión que no fuera en los 40?. —El rubio apretó la mandíbula. — Adivino, ¿Hace dos días y conmigo?.


—¿Debo creer que  haces esto porque te importo entonces?. —Nego con la cabeza.


—Mas de lo que piensas. —Dijo sincero. Ambos se miraron en silencio. —Mira esto como un trabajo comunitario. Yo necesito entretenerme con algo, tú aprender más de este tiempo. Es práctico.


El mayor negó con la cabeza. ¿Que más podía hacer?

Con Stark, sólo se podía empatar o perder.

Pero eso no significaba que se dejaría hacer por su voluntad.


—Bien.—Accedió y el castaño sonrió triunfal. —Pero dejarás de hacer esto.


—¿Qué cosa?. —Preguntó con falsa inocencia.


—Lo que haces ahora. —El menor le miró con intensidad. —Verme de esa manera y tus bromas de mal gusto.


—¿Por qué debería?. —Su vista bajó a su boca y luego subió a esos iris azules que tanto le encantaban. —Necesitas verte en el espejo Rogers, pues yo no tengo mal gusto.


—Puedes tomarlo o dejarlo. —Alzó la voz.


—Claro que lo tomaré. —Dijo seguro.


—Además. —Añadió con una sonrisa el rubio. —Accedí a tus términos, pero no acordamos los míos.


Alzó una ceja divertido.

Esto se ponía interesante.


Amor Sin Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora