Bruce comenzaba a creer que el universo confabulaba en su contra.
Se había dedicado a atender sus heridas y marcharse. Sin importar los intentos que hacía el rubio por querer conversar.
Reconocía que Barton era interesante, pero por su bien era mejor guardar distancias.
En especial para su corazón.
Nunca antes se sintió con tantas ganas de darle el alta a un paciente.
Aquel día, Tony se había marchado de viaje. No sin antes tener que escucharlo quejarse de aquella injusticia de pasar días lejos de su rubio por casi dos horas.
En serio, había roto récord con eso. Tanto Tony en duración y él como en paciencia.
Aunque si era sincero ignoró casi la mitad de lo que dijo, siempre repetía lo mismo.
El día siguiente tras su partida, el equipo había partido desde muy temprano para una misión.
Dejándolos solos en la torre.
Sin mucho que hacer en realidad, se dirigió al laboratorio para atender algunas cosas pendientes.
Ahora que Tony no estaba debía encargarse también de sus partes en aquel proyecto.
Se hubiera quedado haciendo lo suyo, pero recibió una notificación de Jarvis.
Una que no esperaba.
Justo lo que le faltaba.
Caminó con prisa y se detuvo en la cocina.
—¿No te dije que debías guardar reposo?.
—Te dije que me aburro con facilidad. —Dijo con falsa inocencia. —Además, tenía hambre.
Miró al rubio apoyado en el mesón, sujetando con cuidado uno de sus costados.
La pregunta era, ¿Cómo había llegado hasta allí en ese estado?.
—Pudiste avisarme. —Le reprochó.
—¿Y, desde cuándo escuchas lo que digo?. —Tensó la mandíbula ante su queja. —Sol— ¡Auch!
—¡Barton!. —Le tomó del brazo y le ayudó a sentarse. —Eres incorregible. ¡Dije, nada de movimientos bruscos!.
—Dios, sólo me estire un poco para tomar el cereal. —Dijo con una mueca de dolor. —No es para tanto.
—¡Te dispararon hace dos días!. —Apartó sus manos y revisó sus vendajes.
—No es la primera vez que sucede y dudo que sea la última. —Le resto importancia al con un movimiento de su mano.
Banner le miró irritado. ¿Cómo un adulto podía ser tan inmaduro?.
—Supongo que es mi culpa por no fijarme en la hora. —Se alegró de ver que no había un daño peor. Bajó su camisa.—Espera aquí, prepararé algo.
—¿Vas a cocinar para mi? —Le miró escéptico.
—Una buena alimentación ayudará a que te recuperes mejor. —No podía dejarlo así, después de todo no había nadie más allí.
Acomodó sus mangas y fue hasta la cocina sacando los ingredientes.
—Tú eres el experto.
—Pero luego regresarás a la enfermería, y nada de paseos. —Le señaló estricto.
—Prometido. —Le miró divertido. —Pero sólo si prometes acompañarme.
—¡No me digas!. —Rodó los ojos cortando las verduras. —Odias comer sólo.
—Comienzas a conocerme. —Empezaba a odiar esa sonrisa.
Suspiró agotado.
Si lo pensaba bien no había comido en todo el día por estar trabajando, no le caería mal aprovechar la oportunidad.
Asintió. Mientras más rápido terminase podría volver al trabajo.
Además, tendría que decirle a Jarvis que cerrara el ala de la enfermería.
No iba a correr riesgos con él.
Fingió no darse cuenta de la sonrisa triunfal del rubio.
Agradeció el silencio mientras trabajaba.
—¿Cuándo aprendiste a cocinar?. —Amplió su sonrisa con curiosidad.
Por el tiempo que duró, claro.
Tal parecía que la paciencia, era un lujo que estos días no conocería.
¿Por qué tenía la impresión de que ese día sería, el primero de muchos otros complicados para él?.
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Amor Sin Medida.
FanfictionTony Stark lleva mucho tiempo suspirando por Steve Rogers. Tanto que un día se da cuenta que ese hermoso y tonto rubio jamás se dará cuenta de sus sentimientos por él sino hace algo pronto. Steve Rogers pasa cada día sin vivir en realidad. Envuelto...