Nuevo Chofer.

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Contaba los minutos para salir de allí.

 Mas de una semana ocupado por culpa de esos viejos ignorantes.

Aunque reconocía que Pepper le ayudaba, no soportaba que lo tuvieran como pelota de ping pong.

Había estado más que enojado cuando le había llamado de emergencia.

No era como si su presencia fuese de vital importancia, le había concedido a Pepper la dirección de su empresa.

Pero lamentándolo mucho, habían cosas que él debía hacer también.

Lo que más le irritó fue que tuvo que interrumpir su tiempo libre con Steve.

No era como si le hubiera reprochado.

 El rubio era demasiado comprensible, pero hubiera preferido que fuese en otro momento.


—Te juro que si no salíamos, me iría volando en el Mark VII.


—Eso ni soñarlo. —Ambos habían dejado el lugar casi a las once de la noche.


—No me tientes Pepper. —Bufo. —De todas formas, ¿Cuál era la necesidad de que yo estuviera presente en esto?.


—Es tu compañía. —Dijo por vigésima vez en la noche. —Llevas más de dos meses sin aparecer. Que lo hagas de vez en cuando mo te hará ningún daño.


Rodó los ojos aburrido.

Notó cierta sensación de ser observado. 

No pudo ocultar la expresión de sorpresa al notar de quién se trataba.

El rubio estaba sentado en su moto mirándole fijamente. 

Aquella mirada le hizo sentirse nervioso pero más que nada emocionado.


—Viejo ¿A qué se debe tú visita?. —Se le acercó con una sonrisa.


—Pasaba por aquí. —Contuvo la risa con aquella vaga excusa.


—¿En serio? Que paseos tan raros das.


Ambos se miraron largo rato sin pestañear. No lo dirían en voz alta, pero se habían extrañado.


—¡Steve, tiempo sin verte!.


La pelirroja puso su mano en el hombro del castaño y le sonrió al rubio. 

Tony no pasó por alto como su mirada se oscurecía un poco.


—Gusto en verte Pepper.


—Cariño. —Le sonrió y besó su mejilla. —Ya es tarde, ve con Happy y que te lleve a casa.


—Pero como vas a—


—Tranquila, ya caminaré. —Le calmó con una sonrisa. —No puedo dejar a mi chica que se vaya sola, no?.


—Pero..


—Descuida, yo puedo llevarlo. —Se ofreció el rubio.


Tony le miró, sin poder dar crédito de lo que había escuchado.


—Bueno, supongo que es práctico. —Dijo con una sonrisa. —Después de todo van al mismo lugar.


Pepper se despidió de ambos y se retiró. No sin antes  recordarle algo del trabajo pero no prestó real atención a sus palabras.


—¿Así que viniste para ser mi chofer viejo?. —Metio ambas manos en sus bolsillos. 


El rubio lucía demasiado sexy en esa posición.


—Puedes subir o no. —Se cruzó de brazos. —Es tu elección, después de todo vamos a la misma dirección.


¿Cómo poder negarse a esa oportunidad?.


—¿Con este traje?. —Se señaló. —Paso.


Se estaba divirtiendo un poco, quién podría culparlo?.


—¿Te importa arrugarlo?.


—No me importaría, pero de otra manera. —Dijo con picardía.


El rubio negó con la cabeza pero no pudo evitar sonreír.


—Solo sube Stark. —Puso una mueca de horror al ver que le ofrecía un casco. —La seguridad es lo primero.


Tony le ignoró, subió detrás suyo y le abrazó por la cintura.


—La mejor seguridad, es ésta viejo.

Amor Sin Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora