Consejos.

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Steve odiaba el haberse dejado arrastrar a ese lugar por Nat.

Sabía que nada bueno saldría de esa fiesta y lo había confirmado.

Más el hecho de haber caído en su trampa tan fácil por estar ocupado en ignorar como se la pasaba tan amigable con todos.

Ahora no podía negarlo más.

La atracción. Que por desgracia sentía por Stark cada día empeoraba, eso le estaba enloqueciendo.

¿Por qué siempre Tony tenía que meterse en su mente de esa manera? Aun cuando intentaba ignorarlo sus ojos siempre terminaban en él.


—Para él, sólo es un juego.


—¿Y eso te molesta?. —Le dijo con una sonrisa. —¿Quieres algo más que eso?.


—No, es sólo que. —Se apresuró en decir pero sólo terminó más frustrado. —Nunca pensé en tener ese interés en alguien más.


La pelirroja asintió comprensible.


—Y de todas las personas tenía que ser él. —Se lamentó con un suspiro.


—Creeme, también le gustas. —La miró escéptico. —¡Por favor Steve! El coqueteo de Stark es más que evidente.


El rubio se mantuvo en silencio.


—Todos tenemos un pasado. —Le dijo. —Pero no es sano que sólo vivas de esos recuerdos. A veces, es necesario vivir el presente.


El rubio tomó la copa que le ofreció y su mirada se perdió en aquel líquido.


—De acuerdo. —Aceptó al fin y su amiga sonrió triunfal. —Pero es imposible.


—¿Por qué?. —Notó que su amiga le miraba con reproche pero a la vez con curiosidad.


—Porque se trata de él. —Vio como el doctor le abrazaba y ambos reían.


—Nada es imposible. —Le señaló. —Y huir de los problemas no es tu estilo.


No supo que decir a eso. Desde que había empezado a notar esos pequeños detalles lo hacía.

Quizás, porque sabía que esos sentimientos no podrían terminar bien.


—Eres mi amigo. —Pudo ver la sinceridad en su mirada. —Si te lo digo es porque me importas. La felicidad es algo que no muchos de nosotros conseguimos, no dejes pasar la tuya.


El rubio exhaló con fuerza.

Aunque quisiera que fuera de otra manera, tenía razón, no podía escapar más de ello.

Su amiga tenía razón. No era su estilo el escapar de las cosas.

Pero, ¿Cuáles eran sus opciones? Stark no era el tipo de persona que tenía una relación fija.

Aún si fuese una mujer, no soportaría verlo con otra persona.

Justo como lo hacía ahora.


—No sabes cuánto te odio por esto. —Suspiró.


—Me amas Steve. —Negó con la cabeza divertido. —Y sé que me lo agradecerás luego.


Natasha le vio tomarse aquella copa y avanzar hasta la salida. Estaba a punto de correr por él cuando lo vio.


Su boca se abrió con sorpresa sin poder dar crédito de lo que veía.

No pudo evitar soltar una carcajada y tomar la botella para celebrarlo.

¿Quién lo diría?

¡Y tan santo que se la daba!.

Amor Sin Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora