No negaría que pasar tiempo con Stark era interesante, pero si quería tener paz al hacerlo tenía que poner mano dura.
Por ello puso cinco condiciones.
Nunca le habia pedido a nadie que le ayudara a adaptarse. No quería ser un incordio ni una molestia.
Estaba acostumbrado a trabajar en equipo si, pero también a hacer las cosas por su cuenta cuando la ocasión lo requería, pero al ver la insistencia de Stark no le quedó de otra.
Número 01: Aceptaría que Tony le mostrara todo, pero ambos realizarían actividades que fueran por los gustos de cada uno, lo cual era justo.
Número 02: Los coqueteos, comentarios insinuantes iban a terminar.
Aunque en ese, Tony fue muy claro que no siempre podría aguantarse pero que lo intentaría.
Número 03: Durante sus misiones, no esperaba que fuera otra persona.
Aceptaba que la naturaleza de Stark era, a veces compulsiva y decidida. Pero que no olvidara que eran un equipo.
Y como tal, debía aprender a seguir y apoyar a los demás.
Número 04: No invadiría nunca su privacidad ni la de ningún otro miembro del equipo. De sólo pensar que pudo haber hecho lo mismo con el resto, sentía su sangre hervir.
Fuera una broma o no.
La quinta, se la reservó por los momentos.
—¿En serio? —El menor le miró con una ceja alzada. —¿Tanto drama para solo dejarme con la curiosidad de la última? Viejo eso es tan cliché.
El rubio estaba apoyado en uno de los ventanales del laboratorio mirando con seriedad al castaño.
—Por el momento, te conformarás con esas.
—Vale. —Rodó los ojos. — Solo tengo una pregunta.
—¿Cuál?.
Stark avanzó hasta él. Arrinconándolo contra el cristal y su cuerpo, colocando su mano al lado de su rostro.
—¿Entre esas incluye que no puedo digamos, platicar contigo así?.
El mayor apretó los puños y le lanzó una mirada irritada.
Claro que no disminuyó la sonrisa del menor, ni que la distancia fuera más grande y segura.
—Exacto.
—Lástima. —Se acercó dos centímetros más a su boca, odió que su vista bajara hasta la sonrisa del menor. —Me agrada tener conversaciones con encuentros cercanos.
—Tony. —Uso aquel tono estricto y agradeció que el menor se alejara.
—Vale, acepto las condiciones Rogers.
Ambos estrecharon sus manos.
ESTÁS LEYENDO
Amor Sin Medida.
FanfictionTony Stark lleva mucho tiempo suspirando por Steve Rogers. Tanto que un día se da cuenta que ese hermoso y tonto rubio jamás se dará cuenta de sus sentimientos por él sino hace algo pronto. Steve Rogers pasa cada día sin vivir en realidad. Envuelto...