¿Cupido?

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Dicen que no existe mejor estrategia para resolver un problema que la preparación.

Y nadie era mejor que Tony Stark para resolver un problema.

Si quería ayudar a su amigo, tenía que conocer a su enemigo. En este caso al culpable del humor de su amigo.

Sólo había una persona que podía ayudarlo.

Había aprovechado las horas de la mañana para tener una plática como Dios manda.

El resto el equipo se encontraba descansando, disperso por la torre.

No le fue difícil encontrarle, después de todo, Jarvis tenía ojos en todas partes.


—¿Por qué me preguntas por Clint?. —Alzó una ceja. —Yo pensaba que ahora más que nada, estarías dedicándole tiempo a Steve.


—Cariño, soy un genio. —Abrió ambos brazos divertido. —Puedo hacer todo lo que me propongo.


—¿Y qué tal tu trasero?. —Le picó la espía.


—Con ganas de repetir su dosis de carne irlandesa. —La pelirroja soltó una risa por su descaro. —Por Rogers no te preocupes. Mi interés ahora es Barton, qué sabes?.


—Muchas cosas. —El castaño bufo sirviéndose café.


—Detalles, detalles. —Le apuró con la mano. —¿Quiere a mi Brucie o sólo le ve como un juego?


—Difícil saberlo. —Dijo sincera. —No hemos platicado sobre eso.


—Averigua entonces. —Tomó un trago de su bebida abriendo una nueva caja de donas.


—¿Por qué el interés?. —Se cruzó de brazos la pelirroja. 


—No te hagas cariño. —Apoyó sus manos en la mesa. —Sabes que a mi Brucie le interesa, por ello a mi también me interesa.


—¿Sabes que eso, se puede malinterpretar?. —Le dijo divertida.


—Sé que tú también debes de haberlo notado. —Ignoró su comentario con una sonrisa. —Bruce le esquiva, y últimamente, Barton le ha tomado atención.


Natasha apoyó sus codos en la mesa y confrontó su mirada.

No negaría que no se daba cuenta, no esperaba que Stark teniendo sus propios problemas amorosos se interesa por el de los demás.


—¿Quieres que te ayude a ser de cupido entre ellos?.


—¿Tienes algo mejor que hacer?. —Le sonrió travieso el genio. —Clint es tu mejor amigo, yo soy el de Brucie, quién más podría hacerlo?.


Nat le miró en silencio.


—¿Sabes que es algo peligroso no?. —Suspiró. —Ni siquiera se conocen.


—¿Acaso noto una pizca de celos Romanoff?. —Le miró a detalle.


—No es por eso. —Rodó los ojos. —Aunque reconozco que Bruce es adorable, diferente a todos los demás hombres que he conocido.


Tony asintió.


—Pero jamás me permitió entrar, por qué crees que será diferente con Clint?.


—Fácil. —Se inclinó hasta ella. —No contabas conmigo antes. Y porque sé, que esta vez no podrá escapar.


La espía negó divertida por sus palabras.

¿Que podía perder con eso?.

Otra dona le fue ofrecida, pero esta vez lo haría pero no por el pago, si no por su amigo.

Clint merecía ser feliz, y si era con Bruce mucho mejor.


Amor Sin Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora