Fue en una noche nublosa. Estábamos en vacaciones en una casa de campo alejada de la sociedad.
- Naty estaremos solos por un rato es que nuestros padres salieron a comprar la comida para la cena. - les aseguro que esa persona tan repugnante planeó todo a la perfección porque esa noche mis padres no pudieron llegar a tiempo.
- Rafa porque se escuchan ruidos afuera? - pregunte con mi carita asustada.
- Es el viento o aquellas ramas que golpean el vidrio.
De pronto tocaron la puerta. Rafa se medio asomo por las cortinas y su mirada parecio opacarce en un instante - Naty escondete y no salgas peque. - me quede parada donde me encontraba muy perdida y inocente. - Ve, yo estare bien. - se acerco a mi, se agacho a mi altura ( yo solo tenia 7 o 8 años, él ya era mayor de 18) y besó mi frente. - Te quiero princesita hermosa, jamas olvides que los amo a todos.
- También a Emma, tu novia?
- Si a ella igual. Diles a todos que no me olviden. - sujetó mis manitas. - anda escondete como si jugaramos a las escondidas y no salgas oígas lo que oígas ¿me escuchaste?
- No digas eso Rafa seguro son mamá y papá.- sus ojos se cristalecieron. - no llores hermanito estaremos bien. - lo abrase cerrando mis ojos fuerte, de ver sabido que ese seria nuestro ultimo abrazo jamas me hubiera separado de él.
- Te adoro pequeña. - se separó de mi y yo subí las escaleras rápido pero sin hacer ruido.
Me escondí en un lugar secreto que solo conocíamos Rafa y yo como el lugar secreto de mi habitación.
Entonces escuche voces.
- Rafael un gusto verte de nuevo compañero, bello lugar.
- Qué buscan aquí?
- Pues eso deberías de saber tú, yo no tengo porque contestarte y de mala manera.
- Vienes a vengar la muerte de Tiago ¿verdad?
- Rafa, en pocas palabras vine a hacerte pagar por asesinar a mi mejor amigo.
- Hazlo, no tengo miedo de ti, menos a tus guaruras caras de ratas. Porque no acabas con esto de una buena vez. Espera... ya se la respuesta, eres un cobarde como Tiago, ambos siempre fueron iguales. Tenían tanto miedo de si mismos que terminaron viajando por el camino del alcohol, drogas y de la perdición total, que pena por ustedes. Matame si eso es lo que quieres y piensas que te sentirás mejor pero yo lo dudo. Sabes que no lo hice por gusto, él tenia un arma, quería matarmé, acaso tenia que aplaudirle y decirle que lo hiciera.
- Debiste ser tú y no él, solo eres un idiota que cree ir pon un buen camino. Estas equivocado Evans.
- Yo solo me defendí, nunca quise hacerle daño, lo apreciaba demaciado.
- No armes sermones Evans, que odio los discursos patéticos. Vamos a lo que vine... - escuche como resonaba un disparo por toda la habitación. Mis lágrimas brotaban. Mi cuerpo se paralizo al escuchar un gran golpe abajo. Corri con mis piernas temblorosas, sintiendo aquello que jamas pensé sentir.
Ál mirar abajo no supe como reaccionar, mis ojos nublosos no dejaban que pudiera ver claramente. Mi hermano estaba recargado en una pared, sangrando demaciado de su estomago. - Princesa vete, no tienes la culpa de nada. - dijo haciendo una mueca de dolor.
- Estarás bien hermanito solo estas herido, vamos a ir al hospital y todo seguira igual. - la linea telefónica no servía, me acerque, tome una manta del sillón y la puse sobre su herida.
- esto ayudara a que no pierdas más sangre. - acaricie dulcemente su cara, limpiando pequeñas gotas de lagrimas que se esparcian por su rostro. - No llores Rafa. - él limpio mis lagrimas delicadamente. - No te rindas vamos. - lo ayude a levantarce del suelo, de verdad que se veía pálido, con poca fuerza pero él no se rindió, por mi, porque me cuidaría hasta el final y así lo hizo. Salimos de la casa caminando por la carretera a media noche, yo lo alentaba a continuar y funcionaba, pero parecía que perdía bastante sangre, él cayó al suelo por la debilidad en su cuerpo.- Vamos Rafa yo voy por una ambulancia, lo que sea pero no te duermas, sigue aquí conmigo, te necesito. - asintio con la cabeza y se levanto del suelo aguantando el dolor que sentía en ese momento. - Pronto llegaremos.- Nat te amo hermana, eres mi vida entera pequeña.
- No hables como si te estuvieras despidiendo, vamos. - tome su mano la cual estaba cubierta del rojo de su sangre.
- Nunca quise esto, ni mucho menos para ti. - su cabello castaño lucía húmedo, tenía temperatura.
- No quiero perderte Rafa, debemos seguir.
- Perdoname por esto, no lo mereces.
- Tú no lo mereces. - escuchamos una vos detrás nuestro.
- Lo mataste. - ambos giramos y vimos a un chico de al menos 14 o 15 años. - Era mi familia, todo lo que tenia y lo asesinaste. - el chico tenía un arma en sus manos las cuales temblaban demaciado. - No pienses que escaparas vivo mientras él esta muerto por tu culpa y no te arrepientes siquiera un poco. - levantó con ambas manos su arma. - No tenias porque hacerlo. Debiste morir tú, ese debió ser ser el destino. - sonrió con ironía. - vivíamos tranquilos y tú lo arruinaste todo, te odio y odio a tú familia. - me miró con sus ojos azules llenos de odio. - ese dolor que sientes no es ni la mitad de lo que yo senti al saber que él había muerto. - miró a mi hermano. - luego mi madre se dejo morir lentamente por su muerte y al poco tiempo mi padre nos abandono, ¿pensaste en eso acaso? - de sus ojos escurrían lagrimas que hacían que mis ojos se encristalecieran. - ahora ustedes pagaran. - apuntó en mi dirección.
- Nat cierra los ojos pequeña. - dijo Rafa en un susurro. - dejala tranquila ella no tiene nada que ver.
- Yo perdi a mi familia entera. - grito él joven con odio. - Los odio, a toda tu maldita familia. Jamas debieron siquiera existir.
- Juro que te cuidare hermana. - entonces el joven disparo hacia una dirección, aquella que jamas me perdonare que allá hecho. La bala dirigió a mi pero como Rafa lo prometió me cuido hasta el final, salvo mi vida a cambio de la suya, la bala dio directamente a su cabeza, a un lado de su oido. - Te amo Naty. - dijo antes de cerrar los ojos. - mire al joven corriendo lejos.
- Rafa. - grite cuando su cuerpo calló al suelo sin ninguna señal de vida, la luz escapo de sus ojos, - Rafa. - me inque a su lado. - No me dejes. - mis ojos dejaban a su paso miles de lagrimas. - Te necesito Rafa. - sacudi su cuerpo. - No te duermas. - intente de todo. - No cierres tus ojos. - acaricie su cabello. - No te puedes ir, no ahora. - lloraba desconsoladamente. - Rafa prometo ser buena para todo pero abre tus ojos. - me deje caer en el suelo. - Te quiero Rafa no me dejes sola. - grite mil veces ayuda pero solo era una carretera oscura. - Aún te necesito. - agite su cuerpo. - Rafa. - grite. - ¡Rafa! - grite como si se acabara el mundo.
Escuche un auto estacionarce a un lado y unos brazos separandome de mi hermano. - No dejenme, Rafa. - trataba de acercarme a mi hermano pero no me soltaban. Una mujer llamo a emergencias, pronto la patruya llego con la ambulancia, vi a mis padres llegar
- Rafael. - grito mi madre como si perdiera parte de su alma al ver en tal estado a él, su hijo.
- ¡Nat! - dijo mi padre abrasandome, mamá estaba a un lado de la camilla donde Rafa se encontraba y los paramedicos con todo el dolor del mundo dijeron.
- Lo sentimos, él murió. - papá dejo caer un par de lágrimas por sus mejillas al escuchar aquello y yo solo gritaba que me dejaran acercarme a él.
- ¡Rafa! - era todo lo que quería, abrasarle y ver su sonrisa al ayudarme a levantarme para ir a la escuela, al apoyarme cuando me castigaran, al decirme que todo estaría bien.
Él dio su vida por salvarme y me arrepiento por ello, yo debí ser, no él, Rafa merecía todo el bien del mundo y yo no, sea como sea espero que algún día aquel chico que lo hizo tenga el valor de verme a la cara y decirme ¿por qué? sea capas de mirarme y yo mirarlo como él nos miro aquel día, con furia, enojo, no espero que pague de la misma manera pero lo que él me causo es imposible de olvidar y menos de PERDONAR.
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Mi Secreto Confidencial.
Teen FictionEn la vida suceden cosas que no tenemos previstas o en mente como le sucedió a Natalia Evans, una simple chica que no tiene compromisos escolares, ni metas a futuro, ni un novio de revista, tampoco es la típica chica popular, ni la más guapa, solo...