Entre por aquellas puertas grises donde las rejas me permitían verlo claramente.
- ¡Viniste! - tenia su cabeza agachada pero al voltear a verme sus ojos pasaron de obscuridad a luz.
- ¿Qué querías decirme? - una pequeña lágrima salio de mi ojo.
- Algún día me quisiste? - no se con exactitud a que grado lo desprecio pero antes de enterarme de lo que él hizo en verdad lo quise.
- Eso fue en el pasado. - su mirada perdió el brillo.
- Ilógico verdad? - lo mire confundida.
- El que?
- Preguntarte eso después de lo que te cause. - se acerco lentamente a la reja. - no me arrepiento de haberlo hecho pero solo una cosa me da coraje. - golpeó la pared con fuerza. Varios minutos y nadie dijo nada.
- ¿Qué es? - volvió a mirarme.
- Sentir algo cuando estas cerca mió, eso, no soporto quererte y a la misma vez odiarte. - me quede sorprendida. Primero quería matarme y ahora dice que me quiere.
- Eso que significa? - cuestione recargandome en la pared lejos de aquella reja que nos separa.
- Odio a tu familia. Pero detesto más amar a la persona equivocada.
- No me hables de sentimientos después de lo que has hecho. Fue suficiente. - me di la vuelta para irme de aquel lugar.
- Nat. - di media vuelta. - espero que seas feliz. - me dirigió una sonrisa algo rara.
- No se porque no te creo. - volví a acercarme. - asesinaste a mi hermano y no te he reprochado nada porque nunca seré como tú. - me di media vuelta, él se acerco rápido y tomó mi mano.
- No tenia otra opción. - su mirada expresaba suplica pero ya estoy harta de las falsas palabras.
- Yo tampoco tengo otra opción. - me solté de su agarre. - gracias por arruinar mi vida por dos años. - dije sarcástica. - adiós para siempre Leonardo. - escuche como maldecia todo tipo de cosas cuando sali.
- Adiós Vallolett. - ¿cómo?
Al pasear por el parque mirando la nieve caer lo vi, miraba hacia el lago de enfrente como de costumbre.
- Idiota ¿qué tal? - me senté a un lado de él.
- Chica gorritos veo que nada te puede vencer. - dijo observando el lago congelado.
- Me parece que debo agradecerte por todo lo que has hecho por mi. - una sonrisa escapo de su boca.
- Pensé que moriría antes de escuchar un gracias salido de tu boca dedicado al Cabeza Hueca que tanto desprecias. - su mano rodeo mis hombros.
- Yo pensé lo mismo por mucho tiempo. - recargue mi cabeza en su hombro.
- Tus ojos siguen igual de hermosos Nat. - dijo mirándome muy cerca.
- Siempre tan molesto Ríos. - con su mano libre tomó mi mano mirándome fijamente. - ¿qué crees que haces? - fue acercando su rostro al mio.
- No es que querías agradecerme? - lo fulmine con la mirada.
- No de esa forma tarado. - me aleje de él dejando un espacio entre ambos aunque estamos sentados en la misma banca.
- Ya extrañaba ese carácter chica gorritos.
- Por lo menos no soy una Cabeza Hueca. - me reí de él casi ahogandome por tanta risa.
- Pienso que estas enamorada de mi. Tus ojos me lo demuestran. - me quede callada borrando completamente mi sonrisa. - tampoco te estoy pidiendo que lo digas, sé perfectamente que no lo harás.
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Mi Secreto Confidencial.
Teen FictionEn la vida suceden cosas que no tenemos previstas o en mente como le sucedió a Natalia Evans, una simple chica que no tiene compromisos escolares, ni metas a futuro, ni un novio de revista, tampoco es la típica chica popular, ni la más guapa, solo...