Capitulo 34 Gran final?

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Pase de ser la niña risueña a la más aburrida, triste y sola del universo.

Estoy en el hospital, logro ver paredes blancas, por doquier hay enfermeras y doctores.

Abro mis ojos lentamente. - ¿Dónde estoy? - dije casi sin vos.

- ¡Hija! - este señor me abrasó levantandome de la camilla. - estas bien bonita? - me miró atentamente. - porque te has hecho esto? - miro mis manos con cicatrices permanentes.

- No les incumbe ni a ti, ni a tu familia. - toque mi cabeza. - ¿Dónde esta mamá? - trate de levantarme pisando el suelo pero un mareo me hizo sentarme de nuevo. - pregunte que donde esta ella? - lo mire buscando respuesta en sus ojos tristes como aquel día que Rafa se fue.

- Ella ya no esta aquí. - casi fue un susurro pero escuche perfectamente. - algo sucedió todo estaba perfecto pero de un momento a otro murió, dicen que no fue una muerte con explicación. - las lagrimas salían como si de la lluvia tratase.

- No, estas mintiendo, mamá no pudo irse, no pudo dejarme, ella no. - me deje caer en el piso jalando mi cabello con desesperación. - porque ella? - mi madre, aquella que jamas me traiciono, me dio la vida, me cuido toda mi vida y jamas le agradecí por ello. Nunca le dije que era lo unico que me quedaba, debí decirle que siempre fue una buena mujer pero sobre todo la mejor mamá del universo.

Mi padre me abrazó como lo hizo alguna vez, hace tiempo, yo no sentía nada, ahora ya no tengo a nadie.

- Nat cariño. - lo mire. - estarás bien. Yo te cuidare hija, despues de todo solo nos tenemos uno al otro.

- No pude ser cierto. - me aleje de él. - jamas me perdonaría no haber estado con ella. - salí corriendo con aquella bata puesta. Lo vi, Bruno esta sentado en una silla por la sala de espera. Me di media vuelta, para mi nada tiene sentido, la vida esta en contra mio. Mis ojos se quedan sin lágrimas, los sueños ahora ya no existían, la esperanza se ha esfumado en todo este maldito tiempo. Solo entre a un lugar solitario y comence a romper todo, aventando todo al piso, medicamentos que no sirvieron, envenenaron a mi madre hasta que su alma decidió marcharce. Tome un instrumento con el que hacen operaciones, lo coloque entre mi cabello y con fuerza lo corte, después mire mis manos y aquella cosa, la acerque con intención de acabar con el sufrimiento, corte mis brazos peor a como antes lo había echo, me desangraba lentamente, mis fuerzas se agotaban, pronto perdería la vida.

- Nat? - alguien toco la puerta que yo cerré por dentro. - abre. - la golpeó con fuerza. - no hagas algo de lo que puedas arrepentirte. - es Bruno esta aquí.

- ¡Vete! - grite con las pocas fuerzas que tenia.

Abrieron la puerta bruscamente pero ya había perdido demaciada sangre.

Solo eschuche aquella frase. - ¡Quedate conmigo Nat! - con desesperación.

Pasaron todos los bellos momentos de mi vida por mi mente, aquella imagen de Rafa salvandome la vida, las peleas con Bruno sobre todo de aquel día:

- Pero porque me salvaste? - ese día cuando Justin me golpeo Bruno me salvó.

- Me importas. - fue casi un susurro.

- Perdona?

- Porque me importa hacer justicia solo por eso.

Mi alma pareció sentir esa sensación de alegría al recordarlo.

Lentamente abrí los ojos mientras deslumbraba el sol frente a la ventana de aquel lugar blanco. Mire mis manos que estan cubiertas por bandas desde los codos hasta las muñecas, mi cuerpo esta cubierto por una bata del hospital y una suave cobija delgada.

- Despertaste. - el señor que tanto odio, me abrasó aferrandose a mi como si fuera algo valioso para él aún después de todo lo que me ha hecho. - porque hiciste tal barbaridad? - tomó mi rostro entre sus manos.

- Perdón.  - agache mi cabeza apenada, como pude ser tan estúpida. - estaré bien. - sonreí medio preocupada.

- Saldremos de aquí bonita. - besó mi frente delicadamente. - no vuelvas a hacer una cosa así. - asentí con la cabeza.

Me duelen las heridas pero es más el sufrimiento por perder a mi madre, no puedo creerlo aún.

Salimos del hospital, justo afuera estan los hijos perfectos y la mujer griega, todos me miran, la señora me abraza.

- Brujita no vuelvas a hacer eso o tendré que encerrarte en mi habitación para vigilante. - la chica Ariadne me revolvió el cabello.

- Natural parece que seguirás molestándome por un gran tiempo. - Kilo digo Kile me rodeo con sus brazos. - todavía tienes que presentarme a la media hermana que quiero conocer aquella de la que todos hablan. - me dirigió una sonrisa.

- ¡Rubiesito para eso estoy aquí! - señale al suelo. - tengo que ver a tu primera novia ¿no? - encerio intentaba dejar todo atrás pero no puedo.

Busque a Bruno con la mirada pero parece que lo soñé.

- Si lo buscas él dijo que no querrías verlo al despertar. - dijo papá manejando hacia la casa.

- ¡Vale! - mire por la ventana, pasamos frente a esa casa tan hermosa donde nos encontramos por primera vez Brenda y yo. La cuidad es muy grande, los pocos árboles dejan caer sus hojas.

Ya no se que puedo hacer con mi vida.

- Linda? - voltie a ver a la señora. - un tal Leo fue a visitarte, dijo que deseaba verte pronto, ¿acaso es tu novio?

- Lo es. - lo dije para que mi papi querido se enojara porque siempre a pensado que él y los del club son malas influencias, yo opino lo contrario.

- Espero que aquel muchacho no sea el que causo eso. - por favor?

Ya en casa busque desesperada el celular mandando a Leo un mensaje.

Lunes:

En la escuela todos mis conocidos preguntan por mi salud. Solo dije bien para no preocuparlos.

- Oigan chicos no vieron a Bruno? vos irritante, muy fastidioso, popular.... ya lo conocen. - pregunte a unos chicos en el pasillo.

- Lo vi hace unos minutos pero si lo que quieres es consuelo aquí estoy.. - idiota.

- Pudrance. - me aleje pero uno de ellos dijo.

- Yo no dije nada. - levantó sus manos con inocencia.

Entonces lo vi allí, mirando su celular tan atento y relajado.

- Hola idiota, ¿cómo estas? - sonreí mirándole.

Separó su vista de aquel celular - no sabia que habías salido del hospital.

- Vine a....

- Espera... - contesto su celular. - si, bueno hermosa. - hermosa? - pero claro estoy en la sección C1.- pero que? - yo también... - cortó la llamada y me miro. - ahora si que quieres?

- Como decía vine a....

- Natalia no fuiste tú la que dijo "para mi estas muerto" pues es lo mismo para ti.

- Perdona pero que....

- Ya Natalia no necesitas mi ayuda Ok, largate con Leonardo, tu principe. - acerco su rostro al mio. - me alejare si eso sirve para que seas feliz. - me sonrió irónico. - me importa un bledo tú patetica vida, siempre seras un error. - entonces una tipa de cabello negro y ojos miel se acerco y beso a Bruno en mi cara.
- Mi amor ya compre el vestido para... - me miró. - y tú quién eres linda? - me vio de arriba a bajo con desaprobación.

- Amor? - susurré. - ella es tu amor? - hable lo más normal que pude.

- No ya te ibas Natalia? - dijo Bruno muy serio, jamas lo vi así.

- Tienes razón no te quiero cerca de mi. - me di la vuelta enprendiendo mi camino.

Esto ya me harto.

Mi Secreto Confidencial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora