Capitulo 2 La Clave.

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Llegando a casa bailaba de alegría cerrando la puerta porque le dije al odioso de mi vecino que no me mirara, lo hizo,  entonces grite que me estaba acosando y le dieron el regaño de su vida. Pero al darme vuelta me encontré con dos padres furisos:

- Volvieron temprano. - dije disimulando que no ocurría nada.

- Hable con la profesora Claudia. - mamá Isabel.

- Querrás decir Cleoplatra. - dije burlona.

- Espero que cuando estés castigada que será desde mañana puedas seguir sonriendo hija. - papá Federico.

- No sean así, ya saben que la profa es bien amargada y me odia. - dije haciéndome la inocente.

- Pues deberías de darle las gracias a tu profesora ya que ella dijo que no te expulsaria si te aplicabas en serio. - mamá.

- Encerio Cleopatra hizo eso. - dije finjendo interes.

- Esa profesora dijo que tienes una gran memoria pero te falta utilizarla así que te enseñaremos a estudiar por las buenas o las malas. - papá.

- No. - dije abrasando mi celular.

- Tranquila conservaras tu celular pero sin internet, solo sera para llamadas. Además te quitare tu laptop, cancelare el internet, te quedaras sin tarjetas de crédito, nada de viajes por un tiempo y mucho menos salidas con tus amigos ¿queda claro?

- Pero Pa...

- Natalia.

- Es que...

- Natalia.

- Pero....

- ¡Natalia! - gritaron mis dos padres.

- Ok, acepto el castigo ¿contentos?

- Hasta mañana. - se despidieron de mi y se fueron a su cuarto.

- Como piensan que sobrevivire sin internet o ropa nueva. - me tire en el sillón cubriendome la cara con un cojín, ya saben estaba exagerado la situación.

Día Siguiente : Nos dejaron mucha tarea así que fui con Bren a su casa para investigar en su compu ya que mis padres hermosos me cancelaron el WIFI. Lo malo fue esto:

- Bren se me olvido pedirte la contraseña del internet amiga. - grite afuera del baño porque ella estaba dándose una ducha.

- Ah, cierto no te preocupes ve y pidesela a Bruno. - acaso dijo que  fuera a pedirle la contraseña a ese mujeriego, ni loca haria una cosa así.

- Mejor te espero.

- No, es que si me voy a tardar y tú tienes que apurarte, solo ve y le dices que te la pase. - ¡valla!  jamas mi mejor amiga me pidió hablarle a Bruno, ahora quiere que lo haga como si lo conociera de años y fuesemos amigos. Antes muerta.

- Ok. - dije desganada dirigiendome a la habitación del Mujeriego numero 1.

Toque la puerta tres veces.

- Pase... - gritaron desde adentro.

Entre abriendo la puerta como si adentro viviera un zombi o algo parecido.

Al mirarme abrio sus ojos como platos.

Él estaba en su silla jugando en su Play ,tenia sus audifonos de orejeras puestos, ya que me ignoraba le quite los audifonos de las orejas,  voltio y se quedo de a 5 - Tú? - preguntó mientras se ponia una camisa ya que anteriormente no tenia (camisa) y dios santo el que le dio ese cuerpo.

- No vine por gusto. - mire alrededor ya que en estos 6 años jamas habia entrado a esta habitación y mucho menos hablado con Bruno.

- Para que vino su majestad?- dijo acercandose peligrosamente a mi.

- Nesesito la clave de tu internet, Bren me dijo que te la pidiera.

- No te la dare. - tomó sus audifonos de mi mano haciendo que por un momento se rozaran nuestros dedos, se alejó, se puso de nuevo los audifonos sentándose donde anteriormente se encontraba. Le dio play a su juego de asesinos y continuo jugando haciendome ver como una perdedora.

Me acerque y volvi a quitarle los audifonos.

- Mira cabeza hueca, no te estoy pidiendo permiso. - coloque mis manos a cada lado de la silla donde él se encontraba sentado, prácticamente estábamos muy cerca.

- Mira princesita de papá te largas o te saco ¿tú eliges?

- No te tengo miedo. - dije alejando mis manos de su asiento.

- Pues deberías. - se levanto de su silla de princesito y se atrevio a abrirme la puerta.

- Acaso me estas corriendo? - lo mire furiosa.

- Digamos que eso es más que obvio. - señalo con sus manos hacia afuera.

- Pasame la clave del WiFi o destruire tus preciados audifonos con la pared. - mire sus ojos azules ardiendo en fuego.

- Deja eso allí y sal. - aún sigue corriendome. Mira esto Bruno Ríos. Me dirigui a su estante,  coloque allí sus audífonos, pero tome algo aun más preciado para él.

- Bueno tú me orillaste a hacerlo. - con valor iba a dejar caer su celular pero una mano me detuvo mire enfrente y alli estaba él sujetando mi muñeca para que no rompiera su celular, tomando mi mano y mirándome con sus hermosos ojos. ¿Qué dije?

- Me sorprendes mucho niña. - sonrió y soltó mi mano dejando atrás ese contacto que me paraliso.

- Esta bien, me voy. - estaba dispuesta a salir de su habitación pero al casi salir una mano detuvo la mia.

- Dame tú celular. - mire mi mano y luego a él, jamas había estado tan cerca de algun chico.

Como mi cerebro no reaccionaba él tomo el celular de mi mano soltando la misma. Anotó algo y luego me lo entrego. - Ya esta. - cerro su puerta.

Simplemente mágico es este momento.

Niego con mi cabeza borrando los acontecimientos anteriores.

Entre a la habitación de Bren y me senté en su cama completamente perdida (mirando hacia la nada).

- Nat ¿pasa algo? - dijo Bren checando que no tuviera fiebre porque ni siquiera parpadeaba.

- No nada especial, solo fui por la contraseña y listo. - dije mirando mi celular.

- Estas rara. - Bren.

- Soy rara y lo acepto. - dije riendo.

Pero mi presiada conciencia solo mencionaba un nombre: Bruno, Bruno.

¡Desaparece Ya!

- Nat crees que Tomas saldría conmigo? - Bren.

- Tomas y sus amigos?

- Nat hablo encerio. - Bren.

- Yo igual pero Seeeee, si eres la más linda de su clase. - yo.

- Vales mil Nat. - seguimos platicando de tonterías hasta que llegue a casa.

Me acosté en la cama y lo recorde:

- Mira Princesita de papá te largas o te saco ¿ eliges?

- No te tengo miedo.

- Pues deberías.

Parece que nací odiandolo.

Es un grosero, malcriado, envidioso y horrible.

No lo soporto, chico fresa de Quinta.

Si me vuelve a tratar de esa manera lo pagara caro.

Pero es que solo al mirarlo se te detiene el corazón, con esa radiante energía. Odioso.

Mira memoria saca a ese de mis pensamientos o te sustituire por otra mejor. 

Mejor piensa en Sebastián él si es encantador y más amable que aquel mujeriego (Bruno).

Mi Secreto Confidencial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora