Hoy me encontré con Lud y salimos por la noche al club, les aseguro que no he tomado ni una sola gota de alcohol.
- Te vez fatal. - Justin se sentó a mi lado muy normal.
- ¿Qué quieres? - no tengo interés en el asunto.
- Un día me pediste ayuda verdad. - asentí. - dijiste que querías olvidar y dejar de sufrir? - asentí. - yo recuerdo haber dicho que no era el momento. - lo mire. - pero así como estas ya nada puede salir peor. - me mostró por debajo de su chamarra una bolsa pequeña con polvo blanco.
- ¿Qué haces? - me acerque para que nadie lo notara.
- Si eres valiente esta es la solución, te sentirás de maravilla.
- Estas loco yo no hablaba de eso. - aleje su mano de mi vista.- La necesitas Nat... - tomó mi mano y la coloco en la misma.
- Yo hablaba de.... - entonces pensé... mi madre está muerta, en el entierro solo pude suplicar ser yo quien estuviese allí, mi padre tiene a esa familia perfecta, Brenda y Sebastián me causaron daño, mi hermano se fue, ya que tengo...... nada. -sabes? tienes razón. - cerré mi mano guardandola en mi bolsillo.
- Sabia que no me decepsionarias. - me abrasó.
- ¿Qué ocurre? - Leo llego alejandome de Justin.
- Nada solo hablaba con la nena de asuntos sin importancia. - se alejó entre la gente.
- ¿Qué te dijo? - miró mi rostro buscando respuestas.
- Nada.... solo preguntó por los chicos.. por cierto donde están?
- Ya sabes desahogando la mala energía en la pista de carreras.
- Vamos. - sujete su mano. - mi rey de la super pista me consederia el honor de ganar conmigo.
- Mmmm..... es una propuesta tentadora no lo negare pero.... que pasa.... - lo abrace.
- Este es el ultimo día. - él solo me miro con cara de ¿qué piensas hacer? pero aceptó salir conmigo a jugar una carrera peligrosa.
En casa:
Lo dije antes y lo diré ahora: ya no aguanto este sentimiento.
Me encuentro en mi habitación encerrada, recargada en la pared, sentada mirando aquel paquete entre mis manos. ¿deberia hacerlo? ¿tan mal estoy? ¿soy tan estúpida? - no pasara nada con intentar. - abrí la bolsa lentamente hasta que....
- Nat baja a comer linda. - mi padre me interrumpió.
- Ya bajo....
Mejor espere hasta el anochecer. La luna es intensa, las estrellas iluminan el cielo como fuegos artificiales. Estoy mirando el celular, por maldita suerte veo una hermosisima foto de Bruno y la tarántula vieja. Le doy like a su foto y procedo a aventar el celular a la pared, enojada, desesperada enredo mis manos en mi cabello. Miró aquel contenido a lado mio, esperando a ser consumido, lo pienso, lo tomo entre mis manos, su reflejo cristalino a la luz de la luna me aqueja.
Recuerdo sus palabras.
- me importa un bledo tu patetica vida, siempre seras un error. - siento humedas mis mejillas, es obvio que sus palabras me dañaron.
Tome un respiro y enojada quite los bedajes de mis manos. - claro que soy un error. - cerré mis ojos con fuerza dejando caer dos lágrimas al suelo. - pero tú eres mi estúpido error. Porque estoy enamorada de ti. - abrí el paquete. - La necesito. - entonces cometí un grave error. Pueden creerlo, por un problema termine llegando a este punto.
Pronto imagine a mi madre, a Rafa, ambos me miraban tristes.
- No lo hagas Nat. - mi hermano limpió las lágrimas que caían de mi rostro.
- He echo todo mal. - me sentía renovada, adicta a la peor cura de todas. Nadie escucha mi llanto por el sonido del cuarto de Kilo digo Kile. Gracias Rubiesito. - Perdonenme por todo. Los decepcione siempre. - mi madre se sentó a mi lado.
- No es tu culpa, la vida solo te ha puesto obstáculos. - ambos me abrasaron, y si de esta manera podria verlos, lo seguiria haciendo.
Mis ojos se cerraron, quede en un profundo sueño donde no encontraba un camino libre.
Al abrir los ojos me presipite a levantarme y por apresurarme me olvide de destruir aquella evidencia. Salí ya dispuesta a decir adiós.
- Hija desayunas?
- ¡Me voy de aquí! - asote la puerta.
Llegue a la escuela, busque a Sebastián para vengarme y devolverle su traición. Pero choque con él.
- Disculpa.... Nat? - seguramente me veo fatal.
- Quitate de mi camino imbécil. - lo empuje. - por cierto el error aquí fue cruzarme en tu camino. - me aleje y allí esta.
- Natalia? - aquel chico que inicio con mi odio esta aquí, frente a mi. - tienes que escucharme... - se acerco..
- No.... tú escucha.... dile a Brenda que logró su objetivo, me quede sin nada. Mi corazón esta destrozado desde aquel maldito día, lo odio pero los odio más a ustedes. - vi a Peter.
- Naty. - me miró. - necesitamos un doctor, solo mirate.
- Yo ya tengo la única solución... y la cumpliré hoy. - bese dulcemente su mejilla y corri hacia la salida.
PETER.
- Maca? - ella me miro y brincó a mis brazos.
- Mi vida que sucede? - me besó muy alegre.
- ¿Qué sucede con Natalia?
- Dicen que tiene bastantes problemas.
- Necesita ayuda.
- Amor solo hay una persona que la puede hacer reaccionar...
BRUNO.
Estoy en la cancha de basketboll, lo recuerdo...
- Sabes yo creo que muy en el fondo la persona que Nat ama eres tú... - me quede confundido, James parecía honesto. - confía en ella. - asentí con la cabeza.
Pareciera que todo encaja pero que hago con esto. Lance el balón a la canasta fastidiado de pensar en ella.
- Bruno necesitamos tu ayuda. - Bastian, Bryan, Tomas, Víctor, Peter y Macarena entraron a la cancha sin importarles que estubiera entrenando.
- Te necesitamos.
- Para? - me valía un cuerno su preocupación.
- Creemos que Natalia piensa hacerce daño.
- ¿Y? ¿qué tiene? - los mire irónico. - ella dijo que no me metiera en su vida y eso es lo que estoy haciendo.
- Es capas de hacer cualquier cosa... no te importa? - Peter se acerco pero yo segui jugando.
- Si yo no le importo porque ella me importaría? - sonreí falsamente. Fui por mi balón para volver a lanzarlo pero...
- ¡Ya basta Bruno! - gritó Víctor quitándome el balón y lanzandolo lejos. - te estas comportando como un idiota amigo.
- Y que quieren? - los mire desafiante. - esperan que le ruegue, ya me lastimó bastante. - grite harto. - no sirvió un Carajo haberla conocido porque desde aquel día que entró a mi habitación no la puedo sacar de mi cabeza y estoy pésimo, la veo dejándose caer, me duele su comportamiento, pero que puedo hacer si ella me quiere a millones de metros de distancia.
- Buscala. - Macarena.
- Por favor? - reí sintiendo dolor. - ella esta mejor sin mi, lo dijó y me quedo claro.
- Dejaras que se vuelva a hacer daño? - Tomás.
- Eso jamas. - la buscare, voy por ti.
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Mi Secreto Confidencial.
Teen FictionEn la vida suceden cosas que no tenemos previstas o en mente como le sucedió a Natalia Evans, una simple chica que no tiene compromisos escolares, ni metas a futuro, ni un novio de revista, tampoco es la típica chica popular, ni la más guapa, solo...