PERFECT L1 DE LA BILOGÍA: SIN ESPERARTE

CAPITULO 44:

NOTA DE AUTORA: Y COMO NO PODÍA SER DE OTRA FORMAAAAAAAAA. TAMBIEN ESTE CAP VA CON DEDICATORIA. A MI MAS, MAS, MAS, MAS, MAAAAAAAAAAS MEJOR AMIGA. ESMERALDA. PRECIOSA, GRACIAS POR TANTOOOOOO. FUISTE LA PRIMERA EN LEERME EN TODO WATTPAD Y EN COMENTAR MIS LIBROS. AUN RECUERDO CUANDO EMPECÉ A ESCRIBIR DULCE DELIRIO Y SOLO DOS DÍAS DESPUÉS YA ESTABAS ENGANCHADA CON EL LIBRO Y ESPERANDO MAS. ES UNA AMISTAD DE CINCO AÑOS, Y ESPERO SEAN MUCHÍSIMOS MAS. Y QUE PODAMOS CONOCERNOS EN PERSONA ALGÚN DÍA. FELIZ, FELIZ CUMPLEAÑOS, QUE SEAN MUCHOS MAS. TE QUIERO UN MONTÓN. Y TANTO ES MI CARIÑO Y AGRADECIMIENTO, QUE SABES QUE EN TODAS Y CADA UNA DE MIS HISTORIAS, YA ESCRITAS Y POR ESCRIBIR, SIEMPRE SERÁS UN PERSONAJE. LA ESME AMIGA DE WILL - MARIFER LA AMIGA DE PENELOPE - COREOGRAFA EN EL LIBRO DE MARIAN - ENFERMERA EN EL LIBRO DE DULCE MARÍA Y ALGUNO SECUNDARIO POR AHÍ EN MI SEGUNDA OPORTUNIDAD Y ENSÉÑAME A VIVIR. SIEMPRE, SERÁS UN PERSONAJE EN MIS LIBROS Y MI MEJOR AMIGA EN TODO EL MUNDO. BESOS.

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Alicia terminó marchándose. A su dichosita cita con amigos. Después vendría a dormir aquí. Y se enojara o no, no dormiría en mi cama. Así de sencillo. Fui a la cocina por algo de comer, dejando que Marian recibiera a su visitante. Me había imaginado a su amiga, como una rubia mal encarada, y con personalidad ambiciosa. Al contrario. Era morena, de cabello negro, un poco más alta que Marian, y tenía apariencia de que sería mamá gruñona cuando tuviera hijos.

Cuando salía, con un pote de yogur griego para hacer algunas cosas antes de la llegada de Julieta del colegio, sonó el timbre de la casa, y Roberto le abrió a un chico con un bello ramo en manos. Fue Magdalena quien lo recibió.

— ¿Se le ofrece algo?—miré, con algo de curiosidad.

— ¿Marian Jenks?—miró su hoja. La mujer asintió.

—Está aquí en la casa—le entregó el ramo.

—Aquí le envían. Firme por favor—el sujetó el ramo, mientras el ama de llaves anotaba algo en una hoja.

¿Quién mandaba flores? ¿Tenía más amigos además de la tal Carolina? ¿Maxwell?

—Muchas gracias—cerró la puerta y se encaminó con ellas a las escalas—Ah, que flores tan bellas—la detuve.

— ¿Eso es para la señorita Jenks?—afirmó, oliendo el ramo.

—Se lo envió...—miró de forma disimulada la tarjeta—Rick Maxwell. Que galante. Y que buen gusto por las flores. Se las llevaré ya mismo. Se pondrá feliz—

Uy sí. Muuuuy feliz.

Mirando con mala cara a la espera de que se hicieran cenizas solo con mi furia, esperé a que el ama de llaves subiera hasta los cuartos, para hacerlo yo, aun con el yogurt en la mano.

¿Cómo me la estaba dejando quitar tan fácil? Me ponía de cobarde a hacerle caso a Alicia, y permitía que un gusano como Maxwell le mandara flores y la tuviera a sus pies. Tenía que poner freno a esto cuanto antes.

Volví a bajar hasta donde estaba Roberto.

—Necesito que cumplas una orden—me miró atento.

—Sí señor. Diga en que puedo servirle—puse las manos en jarras.

—Maxwell. No quiero que le permitas la entrada a esta casa—parpadeó confundido.

—Pero tiene usted las conferencias de cada mes con él. ¿Hay algún motivo en específico?—afirmé.

—Marian. Ese es el único motivo que debes saber. Si viene a visitarla, quiero que le metas alguna mentira de que no está, por andar de terapias o que no quiere recibirlo. ¿Queda claro?—asintió, y no sé porque, él sonrió de forma disimulada.