23 de julio de 2010
Me quedé inmóvil, al leer el titular.
¿SE ROMPE EL COMPROMISO? Charles Jiménez tiene una amante.
Y en primera página, una foto de Alicia y yo, con un rayo en la mitad, indicando separación. Y abajo diminuta, una foto de Marian, en una de sus salidas con su amiga, muy sonriente.
Lo había hecho la muy estúpida de Pembroke.
Mi móvil timbró con una llamada.
Alicia.
—Debes estar muy feliz, ¿no?—mascullé. Se carcajeó del otro lado.
—Bastante. Mira lo que me obligaste a hacer—apreté los dientes—deberías ver los comentarios en redes sociales. Pobrecitaaaa, la están haciendo pedazos—entré a la red del periódico donde estaba la nota.
—Esta te saldrá muy caro, Alicia—
—Yo puedo cobrarte aún más caro. Te atreviste a ignorar mis órdenes. Ahora asume las consecuencias—miré al techo y recordé las palabras de mi prima el día anterior cuando vino a visitarnos.
— ¿Qué importa lo que vaya a hacer Alicia? Marian te tiene a ti, tú vas a protegerla, no la dejarás sola, no permitirás que le hagan daño. El amor puede con cualquier cosa. Si Alicia va a hacerla quedar mal, se tú el que le demuestre al mundo la maravillosa mujer que tienes al lado. Demuéstrale a ella que los insultos no son nada, si tú la amas como lo haces—
Y tenía razón.
— ¿Sabes qué? Has lo que te venga en gana. Publica lo que te plazca. Amenaza. Mientras ella me tenga a mí para cuidarla, para demostrarle amor, los chantajes de una arpía como tú, no tienen relevancia—gritó del otro lado.
—Te vas a acordar de mí. Imbécil. No voy a quedarme así con esto—
—Deja de amenazar. Y recibe esta verdad de una vez—esperó—Marian es a la mujer que amo. Te duela o no. Nada de lo que digas va a cambiar eso—le tiré el teléfono.
Volví la vista al titular, odiando sin embargo a mi ex prometida por esto. Una manito se apoyó en mi hombro.
— ¿Qué es eso, papi?—busqué la página donde salía la nota.
—Una idiotez. No tiene importancia—afirmó, sentándose frente a mí para el desayuno.
—Si es una idiotez, ¿qué hacía mami allí?—negué.
—No sé—le pidió el desayuno a Geneva.
Maurice me trajo el mío. Alguien bajó las escaleras, recogiendo su cabello y con un enterizo en jean.
—Buen día—le besó la cabeza a mi hija— ¿Qué es eso?—arrugué el periódico.
—Basura matutina—levantó las cejas.
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PERFECT L1 DE LA BILOGÍA: SIN ESPERARTE
RomanceLa vida de Charles Jiménez, ha sido siempre organizada, y desde niño, la buena suerte le ha hecho compañía. Tiene una familia numerosa, el trabajo de sus sueños, y con él, unos empleados diligentes. ¿Pero qué pasa cuando olvidas agradecer lo bueno? ...