— ¡Que estás haciendo aquí! Gen me dijo que te quedarías hasta tarde en la empresa—
Bien dicho. Me quedaría. En pasado.
La miré de arriba abajo. Así vestida solo provocaba dejarla prisionera de mis brazos el resto de la noche.
—Me cansé de estar allá leyendo apuntes y quise venir a ver a mi hija—se sonrojó ante mi atrevida mirada.
—Entonces si quieres verla porque estás aquí en mi cuarto. ¿Y cómo carajos entraste?—
—Por la puerta. Tengo llave de todas las habitaciones. Es mi casa después de todo. ¿O no? Y estoy aquí, porque Julieta está abajo coloreando en su cuaderno de dibujo y muy animada hablando con Geneva. Ambas me dijeron que te preparabas para tu cena, y quise venir a ver como estabas—se cubrió la cara.
—Pero no así. Tápate los ojos o vete—me indicó la salida.
¿Y perderme semejante espectáculo?
—No pienso marcharme, con lo bien que la estoy pasando—se dio la vuelta, mirando el espejo por no ver como mis ojos se recreaban en semejante belleza del Olimpo y semejante tentación.
—Rick va a llegar en cualquier momento—
Esa era la idea. Que llegara encontrándonos juntos. Así le enseñaría a no presumir delante de su adversario.
Se apoyó en el mesón como si le faltara el aire. Caminé hasta ella, acorralándola contra el lavabo. Le acaricié los brazos y ella tembló.
—Y mejor que no te encuentre aquí—
—Mejor que llegue, así se acaba todo con el de una vez—besé su piel.
Ladeó la cabeza, suspirando.
—Dime cuál es tu propósito. Que es lo que pretendes—sonreí en su cuello, con mis dedos rozando la cintura, hasta tocarle el bajo vientre.
— ¿En general? O justo ahora—abrió la boca en muda protesta, cuando me pegué más a ella, provocándola. Mi mano en uno de sus senos.
Repitió lo mismo que yo. Sonreí, viendo sus ojos brillar de deseo.
Era mi prisionera.
—Sí. En general, hacer que termines con ese bobo y seas mía. ¿Justo ahora? Hacerte el amor para conseguirlo—eso pareció activar sus hormonas.
—Eres un descarado, ¿lo sabías? Y un canalla tambien—gimió.
Aparté sus cabellos, dejando el cuello y la oreja al descubierto.
—Ay amor mío. Me han llamado cosas peores—le besé el cuello.
Cayó rendida a mí.
—Debería darte vergüenza—cerró los ojos, poniendo la mano encima de la mía, en sus pechos.
— ¿Por qué habría de darme vergüenza si tú estás disfrutando más que yo?—
Y lo hacía, frotando su delicioso trasero en mí.
—Porque yo tengo novio y aunque lo repita un millón de veces, tú estás con Alicia—me reí.
Punto uno: ¿Eso era tener novio? Semejante partido se tiraba. Punto dos: yo ya no estaba con la señorita Pembroke.
—Eso crees tú. Le terminé esta mañana. Hay una flor más preciosa en mi jardín, tentándome de entrarla a casa y cuidarla cada día—colé una mano entre su ropa interior—no sabes lo sexy y deliciosa que estás en este momento—se apartó—eres la reencarnación de Afrodita—
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PERFECT L1 DE LA BILOGÍA: SIN ESPERARTE
RomanceLa vida de Charles Jiménez, ha sido siempre organizada, y desde niño, la buena suerte le ha hecho compañía. Tiene una familia numerosa, el trabajo de sus sueños, y con él, unos empleados diligentes. ¿Pero qué pasa cuando olvidas agradecer lo bueno? ...