Capítulo 52

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Ese día llegué super feliz a la casa, obviamente por muchas razones, estaba emocionado que gracias a Dios estudiaría lo que me gusta. Pero por otro lado no sabía que hacer, no tenía a quien decirle lo feliz que me sentía, y recurrí a él, nuevamente mis pensamientos estaba él y no porque me hiciera falta, si no porque me sentía sola, me sentía verdaderamente sola.

De qué sirve tener muchas personas alrededor si ninguna me interesa de esa forma en la que quiero querer a alguien, pero no se me ha dado por nada en el mundo y me pregunto tantas veces ¿Qué me pasa? O es que acaso espero por alguien, realmente no sé qué pasa. Me entra la frustración de no saber que es lo que espero, no necesito a nadie, pero si me acostumbré tener a alguien que me cuidara de la forma en la lo que hizo él, aunque me mintió, pues lo amé, me amó, fue una linda historia que no tuvo un final feliz.

Me he acostumbrado a estar en estas cuatro paredes que nadie me parece interesante para salir, ni mucho menos para conocernos, yo solo quiero alguien que me escuche. Tengo a mi mejor amigo, pero el no vive cerca, no vendría cada vez que me sienta mal, tiene su vida, y yo solo necesito a alguien que esté para mi.

Pienso que estoy bien, pero mierda que me pasa. No quisiera que nadie conociera la forma en la que lo amé, pero que hiciste en mí que no he encontrado a alguien que me haga sentir bien. No quisiera volverte a ver, o no sé qué querría realmente si te llegase a ver, desde aquella vez no se más de ti, desde el día que rompiste mi corazón, diría que la herida ya sanó, pero como dicen no sabes si algo realmente ya sanó si no ves a la persona, yo solo creo que no quiero verte, no sé si me dolería verte con alguien más, no sé que pasaría si te llego a encontrar en mi camino.

Dicen que cada persona nace con un hilo rojo invisible, atada a la persona que amaremos por siempre, sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancias, el hilo se podrá estirar, contraer o enredar, pero jamás romperse. Me preguntó, serás mi hilo rojo?, pero no estaremos destinados a estar juntos. Me decías que si la vida nos daba la segunda oportunidad de estar juntos, esa vez no me dejarías ir, pero siento un dolor cuando cuento esto, no entiendo, no entiendo que me pasa, juro que podía decir que estabas fuera de mi. No sé por qué pasó esto, no sé si es que sigo aquí con la maldita esperanza que vuelvas, si algo tengo claro es que no te extraño, porque no pienso en ti, solo hasta que recuerdo que existes, pero me pongo a pensar en todo lo que pasamos ese preciso momento y me lleno de nostalgia, como si quisiera que estuvieras ahí, al menos para poder decirte adiós de la manera correcta.

Duele Como El Infierno [Completa✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora