Capítulo 5

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ELLA:

— No te estreses por el futuro mamá, si es el indicado para ti, — la mire y me atreví a corregir — para nosotras, se quedará.

No sé qué estaba pasando por mi mente en ese momento. Ni siquiera lo pensé con claridad y simplemente salió de mis labios y desde ese momento, esa frase a rondado en mi cabeza constantemente.

Quería preguntarle, quiera hablar al respecto de una vez por todas.

Supongo que si está empezando una relación ya supero la anterior.

Me puse de pie y mire mi celular, el reloj de este marcaba las 10:53 am. Salí de mi habitación y entré al baño, hice mi rutina mañanera en éste y antes de salir me miré en el espejo. No tengo un cutis perfecto y es estresante. Podría empezar a enumerar los defectos tanto físicos como psicológicos en mi pero necesitaría una vida entera para terminar esa lista.

Nunca me a gustado ver mi reflejo en el espejo y esta vez no es la excepción. Menie la cabeza intentando regresar a la realidad y concentrarme en lo que estaba a punto de hacer. Nunca encuentro las palabras correctas para expresar mis sentimientos, sin embargo mamá tiene ese don de descifra lo que pasa por mi mente así que y camine hasta su habitación con la última de las esperanzas por conseguir información de mi padre.

— Mamá... ¿Puedo hablar contigo? — dije desde el marco de la puerta, estaba despierta viendo el televisor acostada. Sabía que le intrigaba mi actitud, no suele pasar este tipo de cosas entre nosotras.

— Claro, ven acá — Me hizo un espacio en la cama y llegue a acurrucarme a su lado, mientras que ella sin dudarlo empezó a acariciar mi cabello. Podría quedarme dormida de nuevo en cualquier momento — ¿Está todo en orden? Has estado muy callada y eso no es común en ti.

— ¿Cómo fue papá contigo?

— Wow, Adriana... Ah, no, no creo que sea el momento correcto— me separe de su agarre y me gire para verla de frente.

— Si no es hoy, en entonces cuándo — suspiro profundamente para luego pasar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja — ¿Podemos hacer la excepción esta vez? — evadió mi mirada por unos segundos y luego tomo el control de la televisión bajando el volumen de éste.

— ¿Qué es lo que quieres saber?

— Ah, bueno, yo... No esperaba que accedieras... — rió levemente— ¿Cómo era el contigo? ¿Llego a ser un imbécil? ¿Por qué se separaron?

— No nos separamos por problemas ni por falta de amor, simplemente fueron circunstancias que se presentan en la vida y no podíamos controlarlo. Y no, no es un imbécil, todo lo contrario.

— ¿Ya lo olvidaste?

— Jamás lo voy a olvidar, me dio la oportunidad de ser madre de la mejor niña del mundo, la más hermosa y elocuente, eso siempre se lo voy a agradecer.

— ¿Lo amaste?

— Muchísimo Adriana, como no tienes una idea. Es el amor de mi vida, visualizamos un futuro juntos pero no se pudo, en su momento.

— ¿Esta muerto?

— ¿Qué? No — dijo entre risas, eso me hizo soltar todo el aire que estaba reteniendo. Esa siempre fue una duda muy grande pero a la vez no quiera saber la respuesta.

— ¿Te molestaría si en algún momento quisiera conocerlo? — no habló, no había expresión que indicara algo malo en su rostro, simplemente parecía estar con una tranquilidad impresionante en este momento y eso me aterraba.

— No — dijo después de unos segundo que parecieron eternos — No me molestaría.

— ¿Tienes su número? — sus ojos se abrieron demostrando sorpresa ante mi pregunta dejando por un lado la tranquilidad con la que me estaba contestando.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora