Capítulo 55

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ÉL ESPECIAL:

— Por Dios Alan — dijo mamá en un suspiro. Apenas cruzó la puerta principal y evidentemente sus nervios se esfumaron al verme.

— ¿Dónde carajos estabas? — preguntó papá hecho una furia. Estaba completamente cabreado y en ese momento sentí la intención de Adriana para interponerse. Este no era un regaño que ella merece así que extendí mi brazo frente a ella para detenerla y afortunadamente fue justo ese momento en el que papá empezó a tallar su rostro con desesperación — Si no hubiera sido porque Emma se topo contigo en la mañana no tendríamos ni idea de dónde estuvieras ¿Con quien estabas?

— Marlene y Erick — en eso momento el semblante de papá cambio y no por uno que me favoreciera. Parece que mi respuesta lo hizo cabrearse más.

— ¿Por qué?

— Me llamaron, preguntaron que si podía ir.

— ¿A las ocho de la mañana?

— Era una emergencia.

— Y tu estás a su disposición las veinticuatro horas del día.

— Papá... — dijo Adriana levemente pero él no siquiera le prestó atención, por otro lado mamá nos miraba atentos. Ella no sabe el porqué de todo lo que está pasando y tal vez tendría la misma actitud que papá si supiera la verdad.

— Te dije desde un principio que eso era un error.

— Estoy haciendo algo bueno papá...

— Sí pero ellos no, y jamás lo vas a entender porque estás cegado con lo que pasó — dijo interrumpiendome. Desde entonces está es la segunda vez que papá toma esta actitud respecto a este tema, es intimidante debo admitir — Necesito que abras los ojos y veas como te tratan desde mi perspectiva Alan. Lo que están haciendo ellos no es justo, disponen de tu vida como si fueras su hijo.

— ¡Papá! — habló Adriana interrumpiéndolo. Claramente estaba sorprendida por la actitud que estaba tomando papá pero yo ya sabía que esto iba a pasar tarde o temprano.

— Si tú no les pones un alto lo voy a ir a hacer yo.

— Papá — interrumpió Adriana está vez más seria. Su voz se hizo más fuerte y eso pareció crear más conflicto en la mente de papá ya que fue directo a cubrir su rostro para enseguida suspirar pesadamente — Es suficiente.

— Dime que fuiste a ese jodido hospital y que te trataron bien — no respondí y empecé a evadir su mirada — anda, dímelo — dijo plantándose esta vez más cerca de mi pero seguía sin el valor de responderle — Te conozco y se cuando esos hijos de puta te hacen sentir mal.

— Jorge... — habló mamá intentando intervenir pero no lo logró.

— Tu ya tuviste suficiente con lo que pasó. Ellos no tienen porque seguirte arrastrando en su lamento.

— ¡Papá! — el grito de Adriana al parecer lo hizo regresar a la realidad, dio dos pasos hacia atrás y empezó a negar mientras miraba que mis ojos se empezaban a invadir de lágrimas.

— Algún día vas a entender porque te digo todo esto.

Dio una última mirada y se giro para empezar a subir las escaleras está vez sin voltear atrás. Me sentía mal por muchas razones pero el hecho de que haya explotado frente a Adriana y mamá me ha dejado más sensible de lo que esperaba. Intento entender su punto, claro que lo hago pero a veces siento que el no intenta verlo desde mi perspectiva. No puedo alejarme, simplemente no lo haré...

— Alan, oye... — hablo parándose frente a mi — Está cabreado porque está preocupado, eso es todo. Iré con él — Asentí levemente y enseguida la escuché subir las escaleras. Mi mirada estaba perdida en el suelo y mi mente divagaba más que nunca. No tenía el valor de dar una explicación, mucho menos de siquiera mirarla, apuesto a que ella ya debe de estar imaginadose lo peor mientras que yo estoy aquí intentando evadir el problema.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora