ELLA:
Mañana iríamos de nuevo a la Ciudad de México, Alan tiene esa fecha para presentar sus pruebas físicas. Debe estar allá tres días y aprovecharemos que serán viernes, sábado y domingo para hacer un mini viaje express. Alan asegura que ha viajado un par de veces solo pero mamá y papá insisten en ir para apoyarlo durante las pruebas. Eso se ha vuelto el tema de conversación más popular entre nosotros. Alan está que no lo calma nada, mamá se encarga de alentarlo constantemente y papá hace su mayor esfuerzo por hacerlo entender que el resultado no define su capacidad.
Todos han estado bastante concentrados en eso y yo me encargado junto con Mauricio de prepararle una sorpresa cuando lleguemos a México. El domingo por la tarde le dan los resultados de las pruebas y el lunes es su cumpleaños, así que llegando allá y resolviendo los últimos detalles que me faltan para su sorpresa, me encargaré de convencer a nuestros padres en quedarnos una noche más. Probablemente sea una decisión muy precipitada ya que tienen que regresar a su trabajo pero al ser éste el primer cumpleaños después de todo el lío que no envuelve, quizá accedan.
Saqué del bolsillo de mi pantalón el nuevo móvil que papá me había comprado después de haber destrozado el mío y noté que ya se había retrasado veinte minutos. Empezaba a sentir el cansancio en mis piernas así que decidí sentarme en unos escalones de la entrada de la escuela mientras seguía esperándolo.
— Me estaba preguntando ¿Por qué no respondías mis llamadas y mensajes? — me giré al instante después de que su voz llamará mi atención y verlo acercarse hizo que mi sangre se helara — pudiste siquiera avisarme ¿No crees? Estaba a punto de cometer una tontería de la cual te hubieras arrepentido. ¿Por que cambiaste de celular?
— No tengo que darte explicaciones — dije mirando como se sentaba justo a un lado de mi y actuaba indiferente. En verdad que es un cínico.
— Cuida muy bien cómo me hablas. Estás sola aquí y no te recomiendo enfrentarme.
— Me has hecho pasar los peores momentos de mi vida.
— Me preocupo por ti. Te preparo para enfrentar el mundo real.
— Eres un idiota...
— Primera advertencia Algora. O debería de decir ¿Basurto? — rió sarcásticamente — sabes, tu hermanito y tú tienen muchas cosas en común. Intenté investigar sobre él pero se tiene muy bien guardados sus secretos. Seguro es un maldito cobarde igual que tú.
— Eso no es cierto.
— Adriana, cállate de una buena vez — dijo tomando de mi muñeca y apretando con fuerza — Cada que te veo tienes una actitud diferente, piensas que ya serás capaz de ser valiente pero no es así. Eres una inútil y yo estoy para ayudarte. Te espero hoy por la noche en el edificio del centro. No olvides llevar tu nuevo móvil, hay que hacerle un par de modificaciones para estar en contacto.
— ¿Podrás aceptarnos a ambos? — la voz de Alan detrás de nosotros me hizo girarme y por un momento sentí alivio de que hubiese llegado — Digo es que, salimos juntos a todos lados... Aunque pensándolo bien, estaremos ocupados, disculpa. Para la próxima nos avisas con tiempo — Noah soltó mi brazo y se puso de pie mientras reía levemente.
— El hermanito mayor — dijo plantandose frente a él — sabes algo, en realidad me agradas bastante. A ella siempre le hizo falta alguien fuerte en su vida ¿Me entiendes, no? Alguien de quien aprendiera lo que es ser valiente. Tú no lo eres pero al menos lo intentas y algo está aprendiendo.
— Cuidado con lo que dices.
— Alan... — me escuché decir nerviosa mientras me ponía de pie.
— Quién debería tener cuidado, eres tú. También un poco de miedo en realidad. No sabes con quien te estás metiendo.
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Otro tipo de amor.
Novela Juvenil¿Amor? ¿Qué significa realmente para ti? Él: Daría lo que fuera por meterte en una burbuja donde no te ocurriera nada, que nadie te lastimara, que todo tu dolor fuera hacia mí y tú seas quien vive feliz... Ella: Daría lo que fuera por verte feliz, t...