Capítulo 15

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ELLA:

Han pasado dos días.

Dos largos días que declaró los más difíciles que he vivido.

Siempre que pienso que algo es lo peor en mi vida, llega otra situación tiempo después que hace ver el problema anterior como una pequeña piedra en el camino.

Se escuchara raro pero en estos dos días simplemente no ha habido algún sentimiento en mí. Mi mente divagaba con flojera, las ideas venían e iba con tranquilidad pero jamás abandonaban mi mente. No sé que hacer o que decir al respecto, no he hablado con nadie desde entonces y no sé si lo que estoy haciendo esté bien o esté mal, pero no encuentro explicación alguna para describir mi sentir en estas horas.

Todas esa preguntas que siempre tuve sobre mi "padre" simplemente se fueron por el caño, ahora las preguntas eran referente a mi abuelo. ¿Por qué carajo lo hizo? ¿Por qué me separo de mi padre? ¿Por qué no quería que mamá estuviera con él? A lo largo de estos días han pasado por mi mente miles de preguntas como estás y empezaba a ponerme nerviosa al ver que las preguntas parecían no tener fin y tristemente tampoco podría conseguir respuestas...

No he dormido en lo absoluto, me levanto solamente para prepararme café a la mitad de la noche y regreso al mismo sitio en mi habitación: en la orilla de la cama recargando mi espalda en las paredes esquinadas.

Lo último que dije fue que quería ir a casa cuando en realidad, no solo quería, necesitaba hacerlo. Estoy acostumbrada a la soledad de mi vida y las únicas personas que a veces dejaba entrar para romper esa barrera era a mamá o a Valentina, sin embargo ahora no me parece la mejor. Mamá intentó hablar conmigo una vez pero no logré articular una sola palabra. Se supone que hago esto para pensar pero lo único que se repite en mi mente son las palabras de mamá diciéndome la ¿Verdad?

Ahora entiendo que cada uno se destruye a su manera y esta es la mía.

Me voy a volver loca.

Miraba un punto fijo de la habitación en cuanto la escuché entrar. Aquí va su segundo intento de saber lo que pienso.

— Adriana, necesito escucharte... — retire la mano que cubría mi boca e intenté suspirar pero ni siquiera eso podía hacer, tenía una horrible presión en el pecho permanente que no me dejaba hacer mucho — Por favor, llora, grita o has muchas preguntas lo que sea que me haga saber lo que pasa por esa cabecita...

Al notar que no respondí se alejó del marco de la puerta y se sentó a un lado de mí, no se moverá de aquí, simplemente esperaría y espero lo haga suficiente tiempo porque de verdad quiero hablar pero por más ridículo que suene, las palabras no salen de mi boca.

— No sé qué hacer — hablé sin mirarla después de unos minutos, la sentí suspirar profundamente, aliviada porque hablé pero nerviosa al no saber qué responder — Soy un desastre, no sé cómo debería actuar, ¿Feliz, triste, molesta? porque no simplemente me dan ganas de correr y abrazarlos...

— No tienes que hacer "lo correcto" haz lo que te nazca del corazón.

— ¿Qué si no me responden de buena manera? También es incómodo y extraño para ellos ¡Claro que lo es! Mi padre y mi hermano que ni siquiera recuerdo, aparecieron ¡Dios! — dije para luego llevar mis manos hasta mi rostro y restregarlas con frustración — Simplemente no puedo creer que los olvidará, dejé de pensar en ellos ¿Entiendes eso mamá? — dije mirándola con rabia no hacia ella, sino hacia mi misma por haber hecho algo tan estúpido — ¿Y si mi corazón en realidad no quiere verlos? Eso seria lo correcto pero ¿para quien? ¿para mí?, para alejarlos del desastre de persona que soy o porque en realidad no los quiero volver a ver jamás... Simplemente no entiendo porque hice algo tan estúpido.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora