Capítulo 49

171 17 0
                                    

ÉL:

— Princesa, no llores.

— Te voy a extrañar.

— Yo tambien a ti, mucho— dije mientras acariciaba su espalda intentando calmar su llanto. Estamos listos para irnos, nuestras maletas ya se encuentran en la entrada de la casa y no seremos los primeros en irnos ya que Madeline, Issac y Joe salieron rumbo al aeropuerto ayer por la tarde, sin embargo ese es el momento que a nadie le gusta: despedirse — regresaremos pronto.

— ¿Mañana?

— No lo creo, — dije entre risas — tal vez para verano o hasta navidad.

— ¿Tanto tiempo? — me arrepentí de lo que dije al momento de escucharla partir en llanto de nuevo — ¿Por qué?

— Ileana deja a Alan tranquilo, se va a poner a llorar él si tu sigues llorando — dijo Mayra acercándose a nosotros — el tiempo se pasará muy rápido, ya lo veras.

— Y ¿por qué no se quedan aquí?

— Porque allá viven Ileana, todas sus cosas están allá, el tío Jorge tiene un trabajo en puebla y Alan irá a la escuela. Tú también tienes escuela en unos días — Escuchar a Mayra solo la hizo llorar más y se aferró a mi cuello. No me negaba a seguir cargándola pero me temo que seguirá triste por el momento — Lo siento.

Dijo mirándome y yo solo negué levemente mientras sonreía. Es difícil para todos pero ella tiene razón. Hay momentos en el que el tiempo pasa demasiado rápido que ni siquiera lo notamos, Ileana es muy pequeña para entenderlo y más cuando está llorando por ello pero creo que yo lo he entendido. Papá me hizo darme cuenta de eso en noche buena: Hay que vivir un día a la vez.

— Hola pequeña — dijo en cuanto llego a mi lado y empezó a acariciar la espalda de Ileana — ¿Todo en orden? — ella levantó la mirada en su dirección y negó levemente.

— Los voy a extrañar. 

Me tomo desprevenido cuando de un segundo a otro Ileana se abalanzó sobre mamá al terminar de hablar. Ella puede ser muy habladora pero la manera de demostrar su cariño es con el afecto físico y de no haber sido porque la sujetaba bien, probablemente se hubiera caído al momento de lanzarse.

— ¿Puedes con ella? — pregunté mirándola a lo que asintió, así que fui soltando a Ileana mientras mamá la rodeaba con sus brazos y le susurraba cosas lindas intentando calmar su llanto.

Dejé de escucharlas en cuanto me dediqué a observar a todas las personas que se encontraban en este lugar mientras empezaba a sentir una pequeña presión en mi pecho, abundaban las sonrisas. Definitivamente era un momento triste pero sabíamos que nos volveríamos a ver y que las cosas no iban a cambiar.

Este ha sido el mejor viaje de mi vida.

Mire a los abuelos sonreír ampliamente mientras Adriana hablaba con ellos y de la misma manera ella sonreía también.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para dejar de preguntarme si esto es un sueño cada que las veo?

— Oye tu, zopenco — su voz llamo mí atención y me giré para verla — te voy a extrañar — sonreí levemente y de inmediato nos fundimos en un abrazo. Era extraño poderla abrazar ahora sin la preocupación de que cargaba a mi sobrino en su cuerpo. Jessica ha estado más feliz que nunca en los últimos días y estoy realmente feliz de verla de esta manera. Merece ser feliz.

Era uno de esos momentos en los que sabía que era muy probable el hecho de no volver a sentir esto en toda mi vida, el viaje lo haremos de nuevo, de eso estoy seguro, pero es nuestro primer viaje como familia y las he visto completamente cómodas estando alrededor de todos, sonríen ampliamente y eso también a fortalecido nuestra relación. No esperaba que después de no vernos por 14 años me sintiera de esta manera sin embargo me siento más completo que nunca. Estoy con las personas que amo, son mi familia.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora