Capítulo 37

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ÉL:

— ¿Y si el avión se cae?

— Eso no va a pasar.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso?

— Porque vengo del futuro y esto ya lo viví.

— Creo que empiezo a odiarte — reí al ver su expresión y ella solamente se removió en su lugar.

Hoy es 17 de diciembre y estamos a unos minutos de abordar el avión, Emma y papá están comprando algo de comer y he notado que Adriana solo demuestra su nerviosismo frente a mi, algo que creo quiere decir que hay confianza entre nosotros.

Ella estaba mal el día que regreso de ver a nuestro abuelo en el cementerio pero nada comparado con la noche en que me dijo lo de Noah. Verla de esa manera provocó un sentimiento en mi difícil de explicar, así que desde ese día yo me prometí que haría todo lo posible por siempre sacarle una sonrisa y eso es lo que he estado intentando hasta ahora.

Si esta dentro de mis manos, haré que no vuelva a pasar por momentos tan horribles como lo que la hizo vivir ese bastardo.

— El tiempo pasará tan rápido que ni siquiera lo vas a notar.

— Eso espero — suspiro — ya vienen — mire en la dirección que ella veía y sí, caminaban con unas bolsas en sus manos mientras reían.

— ¿Por qué cambias tu actitud al estar con ellos?

— ¿De qué hablas?

— Aclarando, esto no me molesta pero he notado que solamente me haces preguntas a mí sobre que haremos si el avión se cae.

— Es que, bueno, tú sabes la dimensión de ese miedo y no los quiero preocupar, a ti tampoco pero es que, tengo que decirlo sino mi cabeza va a explotar — está tan nerviosa que incluso tratamudea un poco al hablar.

— ¿Por qué no propusiste ir a otro lugar con tal de no ir en avión? Estoy seguro que no se molestarían en lo absoluto.

— En verdad quiero ir y eso no va a cambiar. A menos que el avión caiga.

— El avión no se caerá, Adriana tranquila.

Sin duda alguna sus nervios y su bienestar no dejan de preocuparme pero al mismo tiempo se ve tan emocionada que luce adorable. El sonrojo de sus mejillas es fuerte y permanente, se está moviendo constantemente y observa todo a su alrededor como si quisiera ver cada detalle del lugar. Habíamos llegado suficientemente temprano al aeropuerto puesto que Emma y papá justo salieron de su trabajo y prefirieron comer algo en los restaurantes de el aeropuerto para luego abordar y ahorrarnos algo de tiempo.

— Hey, miren quien viene — dijo papá cuando estaban a punto de sentarse, señaló detrás de nosotros y volteamos para mirar. Era Mauricio junto con Adam quienes estaba a unos metros de llegar a la mesa.

— ¡Se iban a ir sin despedirse de mi! — por supuesto que él haría algo como esto, aparte de llegar de sorpresa, Mauricio gritó llamando la atención de las personas a nuestro alrededor.

Me puse de pie y cuando estuvimos cerca sin duda alguna nos fundimos en un abrazo.

Mauricio había regresado hace tres días y estos han sido unos meses completamente diferentes, estábamos acostumbrados a vernos diario y ahora las circunstancias nos ha separado un poco. No pudimos estar tanto tiempo juntos como nos hubiese gustado desde que regresó y no sé si el día que nosotros regresemos de Baja California él siga aquí, es por eso que el hecho de que haya venido me hace feliz.

Por otro lado la presencia de Adam también me alegra, apesar de que seguimos viviendo en el mismo sitio las cosas se tornaron incómodas después de la situación con Samuel pero finalmente lo entendí, bueno, en realidad Adriana me hizo entenderlo, Adam no hizo nada malo todo lo contrario, en su momento ayudo y bastante pues era el único cuerdo esa noche.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora