Capítulo 25

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ELLA:

Los leves golpes llamando la puerta me hicieron levantar la mirada y antes de que pudiera decir algo mamá ya estaba entrando a la habitación.

— Algún día, me voy a deshacer de ese tapete.

— Lo haces y me molestaría contigo de por vida.

— Eres imposible — reí levemente, ella empezó a caminar y se sentó a mi lado observando a detalle todos los diseños que tenía esparcidos por el suelo.

— No estoy segura de esté — dije tomando en mis manos la hoja donde a mi parecer era el mejor diseño — me gusta pero no resaltaría el buen trasero de Valentina.

— ¡Adriana! — solté una carcajada ante su reacción.

— ¿Qué? Ella dijo que quería robarse el show — dije repitiendo las palabras exactas que me había dicho cuando soltó la noticia — tiene un buen trasero, no lo vamos a desperdiciar.

— Bueno, es su boda, ella escogerá el diseño — tomo dos hojas — intenta hacer una mezcla de estos dos, la parte de arriba le favorece y lo de abajo, resaltaría su trasero — dijo entre risas.

— Entendido jefa — obviamente tomare en cuenta su opinión pero llevo alrededor de 3 horas tirada en el suelo sobre mi tapete diseñando sin parar, son uno de esos momentos en los que te da inspiración y tienes que aprovecharlo pero mi espalda ya lo empezó a resintir así que me estire sobre mi propio lugar y me quité los lentes dejándolos a un lado — ¿A qué debo tu agradable visita a mi humilde roca?

— Venía a decirte que saldré está noche con Jorge.

— ¿A hacer el super o a una cita romántica? — dije arqueando mis cejas mientras una sonrisa ladeada se formaba lentamente en mis labios.

— A una verdadera cita — dijo sonriendo ampliamente.

— Entiendo, y te pondrás uno de esos vestidos super ajustados, te maquillaras y arreglarás para dejarlo sin aliento.

— Yo no tengo que arreglarme para quitarle el aliento.

— Oh por Dios — dije en medio de una carcajada — ¡ayuda! Tu ego ocupa mucho espacio y me está ahogando.

Escuché la risa de mamá mezclarse con la mía mientras yo hacía expresiones dramáticas como así de una obra de teatro se tratará. Llevamos viviendo más de un mes aquí y sinceramente creo que las cosas han mejorado, no mucho sin embargo vamos avanzando poco a poco en nuestra relación y no me refiero solamente yo con Alan o Jorge, sino que mamá también. A veces sólo llega y se sienta a un lado mío mientras hablamos de como nos sentimos, son pláticas serias y profundas que a ambas nos importan porque nos hacemos saber el bienestar de la otra.

Ese tipo de pláticas no las teníamos antes y hasta ahora me doy cuenta que son esenciales para nuestra relación.

— Debes tener cuidado no querrás quitarle el aliento de más y provocar un paro cardíaco...

— ¡Adriana! — reí aún más mientras esquivaba los golpes que ella me quería dar. No era porque estuviese molesta, tenía una gran sonrisa plantada en el rostro y esa chispa de diversión en sus ojos.

— Y a qué se debe está cita, si se puede saber.

— A que estamos en una relación — dijo cómo si fuera algo demasiado obvio — en los noviazgos hay citas, Adriana.

— Perdóname por no haber tenido un noviazgo antes y no estar al tanto de eso — tomó de mi brazo y me jalo hasta su lado rodeándome en un sorpresivo abrazo. Sentí sus hombros sacudirse de tanto reír y recargue mi cabeza en su hombro, mamá es agradable, cariñosa, risueña y un tanto alocada. Pero claro, yo sabría todo eso sí hubiera convivido más con ella anteriormente.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora