Otro tipo de amor.

Capítulo 38

ELLA:

— Oye, despierta.

— No quiero... — dije removiéndome en la cama, mi voz era ronca y perezosa, típica de despertar temprano — Sigue oscuro, déjame dormir un poco más.

— Listo, ya hay luz — dijo encendiendo las lámparas de la habitación y al instante cubrí mi rostro con el cobertor de la cama.

— Alan apaga eso.

— Quién debería querer seguir durmiendo soy yo. Tú me despertaste anoche.

— Fue tu maleta con la que me tropecé, no te quejes — lo escuché reír.

— Tenemos como 20 minutos antes del amanecer — Después de responder con un leve 'de acuerdo' Alan entro al baño mientras yo terminaba de despertar.

Anoche después de una maravillosa cena fuimos a dormir, quería estar más tiempo en la playa pero el viento era realmente fuerte, no veía nada y tenía sueño, sin embargo fue hermoso presenciarlo.

Por alguna sospechosa y extraña razón dormimos separados en dos habitaciones, mamá con Jorge y yo con Alan. No dije absolutamente nada al respecto, sin embargo mi mente se hizo ideas que al instante intenté alejar, ellos son una pareja y ya tuvieron dos hijos, creo que no hay nada que esconder pero tampoco quiero imaginarlo.

Y siendo honesta no me molesta para nada dormir en la misma habitación que Alan. Quiero decir, somos hermanos y apesar de no haber hecho gran cosa el día anterior, creo que los nervios y la emoción consumieron mucha de mi energía y eso fue lo que me hizo sentirme cansada al final del día así que nosotros dormimos al instante entramos a la habitación.

Había una cama para cada quien y la mía era la más alejada a la puerta del baño, desperté en la madrugada y no encendí la luz, malamente confíe en mí vista y como consecuencia tropecé con una maleta camino al baño. El ruido despertó a Alan y en un principio estaba asustado pero luego rió al ver la situación. Eran alrededor de las dos se la mañana y después de eso tuvimos una alegre plática mientras comíamos el resto de las chucherías. Volvimos a dormir después de dos horas y ahora estamos despiertos porque acordamos levantarnos temprano para ir a la playa y ver el amanecer.

Error mío al no aprovechar mis horas de sueño.

Me puse de pie y dudosamente caminé hasta el ventanal que se encontraba en la habitación, tenía una cortina de gasa y detrás de ésta una tela más gruesa para evitar que entrara la luz. No sabía si esto era buena idea pero la curiosidad me invadió de un segundo a otro. Estábamos en quinto piso así que de dos cosas estoy segura: desde aquí tendría una vista increíble y es lo suficientemente alto para hacerme temblar.

Moví la cortina solo un poco para mirar a través de la ventana. Empezaba a haber un poco del luz gracias al sol sin embargo seguía siendo oscuro para distinguir ciertos colores.

Definitivamente que la altura me aterro en un principio pero en cuanto mis ojos dieron con el mar, no sentí más miedo.

Era intimidante lo inmenso que es pero ahora hay paz y tranquilidad comparando con el clima de ayer.

— Anda, no te lo querrás perder — la voz de Alan me sorprendió al escucharlo, gire sobre mis pies para mirarlo y noté que tenía una pequeña sonrisa en sus labios, él nunca esconde su emoción.

Y por supuesto que no me lo quiero perder así que está vez fui yo quien entró al baño para hacer todas mis necesidades mañaneras lo más rápido posible cuidando de no tropezar con ninguna maleta está vez.

En cuanto estuve lista tomé un par de chamarras asegurándome que fuesen las suficientes para no tener tanto frío y todo bajo la atenta mirada de Alan.